HOMILIA DOMINGO TOB XXVIII
20211010
¿Se
acuerdan de la historia de Pinocho? Su problema no era decir mentiras, era no
elegir bien el camino de la felicidad y por eso se equivoca de amigos y casi
acaba convertido en burro y casi lo mata una ballena. Se equivoca a la hora de
reconocer donde está su felicidad. Las lecturas de hoy nos muestran a un hombre
que se equivoca a la hora de elegir la felicidad. Estas lecturas,
aunque las hemos visto muchas veces solo
en términos de la vocación religiosa, o como una critica a las riquezas en
cuanto un obstáculo para estar cerca de Dios, realmente nos cuestionan por el
modo en que guiamos nuestra vida, tanto en nuestra relación con Dios, como en
nuestra relación con los bienes materiales. Siempre la gran pregunta es por la
vida eterna, es decir por la felicidad, que llena de verdad el corazón, la que todos
los seres humanos necesitamos y buscamos.
¿En qué consiste la felicidad? ¿Consiste
en tener cosas? Todos sabemos que no. ¿Consiste en cumplir reglas? También
sabemos que no. Si recordamos una experiencia de cuándo hemos sido felices de
verdad en la vida, nos daremos cuenta de que siempre ha sido cuando hemos hecho
algo con alguien o para alguien. Porque una felicidad que se queda encerrada en
nosotros mismos, al final, es un acto de egoísmo, lo cual no nos hace felices.
El hombre rico pensaba que la
felicidad consiste en tener, por eso hace la pregunta:¿cómo puedo poseer la
vida eterna?. Pero Jesús justamente le hace ver que la felicidad consiste en
dar. Por eso los papás son felices cuando dan la vida a un hijo, o un joven es
tan feliz cuando da su vida a la joven con la que quiere pasar el resto de su
vida, o un abuelo es tan feliz, cuando hace que los nietos pasen un buen rato.
Es lo que Jesús le dice al joven rico, no te aferres a tus cosas, úsalas para
el bien de los demás, para que los que son más pobres que tú no solo en dinero,
sino en tiempo, en cariño, en cualidades, sean más felices. Y cuando el hombre
rico le dice que ya cumple con sus deberes, Jesús le hace ver que es necesario
siempre dar un paso más.
Ese paso más es darse uno mismo
en una relación de amor: ese es el camino de la felicidad. El evangelio nos
dice que el hombre rico se fue triste, porque tenia muchas riquezas. Todos
pensamos que la tristeza era porque no podía dejar las riquezas. Pero quizá lo
que el evangelio nos quiere decir es que, si solo tienes riqueza, lo único que
tendrás es tristeza. Si la riqueza es un medio para que los que amas sea
mejores, para que haya más gente con más posibilidades de desarrollarse,
entonces siempre estarás feliz. Pero cuando las riquezas, o sea las cosas
materiales, son como murallas que te protegen para no entregarte a los demás,
siempre estarás triste.
Por eso las lecturas de hoy nos
hablan de la sabiduría, es decir de la capacidad de descubrir lo que es primero
y lo que es importante de verdad. La sabiduría es lo que nos ayuda a elegir
entre muchas cosas las que en verdad nos hacen un bien. La
sabiduría es algo que adquirimos a lo largo de la vida, a veces a través de
lecciones difíciles que nos ayudan a descubrir lo que es bueno y lo que es
malo. Pero como no siempre somos capaces de alcanzarla con nuestras fuerzas, necesitamos
al Espíritu Santo, para que nos ilumine y nos ayude a descubrir en nuestra
conciencia lo que es bueno y lo que no lo es. Debemos pedir la sabiduría, ya
que no siempre somos capaces de liberarnos de nuestros egoísmos sin recibir
este don. Como decía el Papa Francisco a los jóvenes: Invoca cada día
al Espíritu Santo, ¿Por qué no? No te pierdes nada y Él puede cambiar tu vida,
puede iluminarla y darle un rumbo mejor y te ayuda a encontrar lo que necesitas
de la mejor manera. ¿Necesitas amor? No lo encontrarás en el desenfreno, usando
a los demás, poseyendo a otros o dominándolos. Lo hallarás de una manera que
verdaderamente te hará feliz ¿Buscas intensidad? No la vivirás acumulando
objetos, gastando dinero, corriendo desesperado detrás de cosas de este mundo.
Llegará de una forma mucho más bella y satisfactoria si te dejas impulsar por
el Espíritu Santo.
Empezábamos
hablando de Pinocho. ¿Cuándo es feliz Pinocho? Cuando elige salvar a Gepetto
aun a costa de su propia vida, y como premio el hada madrina lo convierte en
un niño de verdad. Este domingo Jesús llega a nuestra vida y nos pregunta ¿eres
feliz? ¿Eres feliz de verdad? ¿Cuál es la sabiduría con la que guías tu vida? ¿Con
la de la moda? ¿Con la del materialismo? ¿Con la de la comodidad? ¿O con la
sabiduría del amor? Jesús hoy nos invita a que seamos sabios con la sabiduría
del amor, que es lo que hemos recitado todos juntos en el salmo cuando hemos
dicho: Sácianos Señor de tu misericordia, es decir llénanos de ese amor
que nos permite ser mejores con los demás, que nos permite distinguir, entre
las situaciones que nos rodean, las que nos llevan al bien, el amor que siempre
nos acompaña y nos hace estar siempre dispuestos a obrar el bien dándonos a los
demás.
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