sábado, 26 de agosto de 2023

PREGUNTANDO POR UN SENTIDO: SER ROCA PARA MUCHOS CORAZONES (HOMILIA XXI DOMINGO CICLO A 20230827)







 PREGUNTANDO POR UN SENTIDO: SER ROCA PARA MUCHOS CORAZONES

(HOMILIA XXI DOMINGO CICLO A 20230827)


Lo que da peso a la vida de los seres humanos es el sentido que tienen. Por desgracia, millones de seres humanos viven sin sentido, de modo que más que vivir, sobreviven, con un destello de existencia, oprimidos por la pobreza, la enfermedad, la esclavitud, el abuso, la condición de calle. A ellos les da igual quién sea Napoleón o Gengis Khan, quién sea el artista de moda o el deportista más famoso. Solo quieren vivir. Sin embargo, sea que lo hagamos consciente o no, la persona de Jesús es profundamente relevante, como es relevante para un enfermo el que Alexander Fleming haya descubierto la penicilina, aunque no tenga idea de cómo funciona ni de la vida de su descubridor. Así nos lo hace ver San Pablo en la segunda lectura de hoy cuando nos dice que "En efecto, todo proviene de Dios, todo ha sido hecho por Él y todo está orientado hacia Él. Dios es quien da sentido verdadero a la vida. Él la sustenta aunque no seamos conscientes de ello, como la mamá sustenta la vida de su bebé en su vientre, sin que el niño lo sepa." Millones de personas viven sin darle importancia a Jesús, porque no lo conocen o se han vuelto indiferentes. Entonces, ¿da igual quién sea Jesús? La verdad es que no.

Este domingo, Jesús nos invita a preguntarnos por nuestra relación con Él con dos preguntas. La primera es sobre lo que piensa nuestro mundo de Jesús. En una cultura tan diversa, es lógico que haya muchas opiniones sobre quién es Jesús: desde un simple hombre sabio, hasta el Hijo de Dios, para quienes son capaces de entrar en el misterio de su persona. Junto a la pregunta por quién es Jesús, está el interrogante sobre quién es Jesús para mí y si Jesús es relevante o no. La pregunta que hace Jesús es para saber lo que cada uno de nosotros dice de Él desde el fondo del corazón. ¿Quién es de verdad Jesús para ti? ¿Una historia, un mito, un poco de cultura? ¿O es Alguien, así con mayúsculas, alguien que puede dar un sentido a la vida? Jesús es tan central que cambia el nombre, que hace descubrir que somos personas con un sentido, con un valor. Esto es lo que está detrás de las palabras de Jesús a Simón, que, a partir de ahora, se llama Pedro: "¡Dichoso tú, Simón, hijo de Juan, porque esto no te lo ha revelado ningún hombre, sino mi Padre, que está en los cielos! Y yo te digo a ti que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia. Los poderes del infierno no prevalecerán sobre ella. Yo te daré las llaves del Reino de los cielos; todo lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo."

Jesús le expresa cuatro rasgos que podemos revisar de atrás hacia adelante. Primero, es que todo lo que Pedro haga en esta vida tiene una dimensión de eternidad, que lo que escribimos en esta vida llega hasta el cielo, tanto lo grande como lo pequeño. Segundo, es que Pedro tiene las llaves del Reino de los cielos, una llave que está hecha de fe y amor, pues lo que abre el Reino de Dios es el modo en que desde nuestro corazón hacemos mejor poco a poco nuestra vida. Tercero, es que Pedro es la roca sobre la que construirá su iglesia, es decir, una comunidad de personas que viven en el amor a Dios y al prójimo, con el corazón lleno de Dios y las manos llenas de cercanía a los hermanos, con la certeza de que no hay ningún mal que la destruya. En cuarto lugar, Pedro es el nombre nuevo que le da Jesús, un nombre que le cambia la vida, la identidad que llena de sentido todo lo que haga en la propia vida y la de los demás.

Ahora bien, esta relación con Jesús es un compromiso. El compromiso de custodiar lo que se nos da para el bien de los demás, como señala la primera lectura al hablar de quitar y dar llaves. Se pierden las llaves por la incoherencia con la riqueza recibida porque el egoísmo encierra y nos hace olvidarnos de los demás. Recibir llaves significa reconocer que lo que hemos descubierto tiene que redundar en el bien de los que nos necesitan, pues en cierto sentido tenemos las llaves de la esperanza de los demás. Como decía la primera lectura: "Será un padre para los habitantes de Jerusalén y para la casa de Judá."

Hoy Jesús nos dice quiénes somos nosotros para Él: somos la roca de nuestros hermanos, que a veces sufren en la oscuridad de sus corazones, somos los que abren la esperanza a quienes la necesitan, somos los que con nuestras buenas obras vamos sembrando felicidad eterna. Hoy Jesús nos vuelve a preguntar: ¿Quién soy yo para ti? Ojalá que nuestra respuesta sea como la de Pedro, "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo", porque entonces tendremos la certeza de que estamos siendo una roca con la que construir un mundo mejor.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias Padre por recordarme mi responsabilid que tengo frente a mi fe. Carmen OM de Flores