Hay temas del
catolicismo complejos o alejados de la comprensión de las personas normales. Algunos
de estos temas tienen una etiqueta que los hacen más oscuros: “dogma de fe”. Esta
palabra, que significa que lo que se afirma debe ser creído por quien se
considere católico, nos huele a intolerancia e imposición. Y eso no nos gusta
porque nuestra cultura es contraria a todo eso. ¿Se trata de aceptar algo porque
sí? Eso no me va con mi modo moderno de pensar. Y en la caja del “no me va”,
metemos muchas cosas que la iglesia enseña. Además, como parecen no tener trascendencia
en la vida diaria, pues es más fácil pasar de ello.
Esto sucede con el dogma de
la Inmaculada Concepción: ¿de qué se trata esto? Se refiere a la Inmaculada
Concepción de la Virgen María. Más confusión en el asunto. O sea ¿que la Virgen
María qué? Que la Virgen María fue concebida inmaculada. Inmaculada significa
sin mancha. ¿Sin mancha de qué? Pensar que quien es concebido tiene una mancha
de algún tipo, es todavía más lejano a nuestra mentalidad. ¿Cómo es posible que
un niño, o que un embrión humano tenga una mancha? ¿Y una mancha moral? O sea ¿un
pecado? Bueno, después de todas estas preguntas, estamos acercándonos a lo que significa
eso de la Inmaculada Concepción de la Virgen María: se quiere decir que María
no tuvo ningún pecado desde el seno de su madre. Es decir, que la Iglesia (o
sea la comunidad de los que tienen fe en Jesucristo) afirma como esencial a
esta fe, que «la bienaventurada Virgen María fue preservada inmune de toda
mancha de pecado original en el primer instante de su concepción”.
¿en qué consiste
eso del pecado original del que es preservada? Consiste en que María no queda
encerrada en un modo de ser que tenemos los seres humanos, por el cual estamos
inclinados al mal. La experiencia universal nos dice que desde que el ser
humano tiene conciencia de sí, tiene también conciencia de no siempre hace las
cosas bien. Esa tendencia, que luego genera muchos problemas entre nosotros y
con Dios, es el pecado original. Esta tendencia es un modo de ser por el que el hombre no se fía de Dios, en su corazón oscurecido,
abriga la sospecha de que Dios es un competidor que limita su libertad, y no
quiere recibir de Dios la plenitud de su vida. Así, se fía de la mentira más
que de la verdad y se orienta hacia el vacio del egoísmo en vez de la plenitud
del amor.
¿qué tiene que
ver conmigo y con la Inmaculada Concepción de María? Tiene que ver, porque precisamente
este dogma, aunque no nos guste la palabrita, viene a decirnos que hay alguien
más fuerte que esa tendencia y que, ese “más fuerte”, es Jesucristo, Salvador
del género humano. Viene a ser muy importante la certeza que se me da en esta
cualidad de María, la madre de Jesús: Hay alguien más fuerte que el mal, que el
mal que hay en mi corazón, que el mal que hay en el corazón de todos los seres
humanos. que Jesús haya preservado a su madre del dominio de ese mal (eso es la
Inmaculada Concepción) desde el inicio, es para nosotros una garantía de que también
lo puede vencer en nosotros. Por ello, este dogma (ya me empieza a gusta más la
palabreja) es una garantía fundamental, pues si Dios no fuera más fuerte que el
mal, “dejaría de ser Dios”: este dogma es esencial a la fe cristiana. Pero hay
más. Lo que Jesús hizo con María, lo puede hacer conmigo. Su victoria sobre el
Mal en su Madre, es la seguridad de su victoria sobre el mal en mí. ¿Hay que
hacer fiesta? Una y muy grande. Porque lo que me dicen los periódicos cada día
es que el mal crece y cree. Y lo que esta fiesta me dice, es que hay un amor
que siempre es capaz de crecer más que todo ese mal. Así que no dejes de
alegrarte en este día en que celebramos la Inmaculada Concepción de la Virgen María. Asi curiosamente pensaba tambien Lutero: Es dulce y piadoso creer que la infusión del alma de María se efectuó sin pecado original, de modo que en la mismísima infusión de su alma ella fue también purificada del pecado original y adornada con los dones de Dios, recibiendo un alma pura infundida por Dios; de modo que, desde el primer momento que ella comenzó a vivir fue libre de todo pecado.
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