Con fe lo imposible soñar, al mal combatir sin temor, triunfar sobre el miedo invencible, en pie soportar el dolor (El Hombre de la Mancha)
Los periódicos presentan con frecuencia grandes declaraciones de los políticos. Algunas de ellas rezan de la siguiente manera: hay que acabar con la discriminación, hay que dejar atrás la pobreza, urge cambiar la infraestructura de esto o de aquello. Pero cuando alcanzan su objetivo, no los vemos en primera persona cambiar lo que tan bien habían diagnosticado. Este problema no es solo de los políticos, muchos caemos en el mismo hoyo. Ovidio, el poeta latino, lo decía: Video meliora proboque, deteriora sequor (veo el bien y lo apruebo, pero sigo el mal). La dificultad para ser congruentes con lo que nuestra mente nos muestra, es casi una condición del ser humano.
Nos cuesta poner en marcha lo que nos hemos propuesto con claridad. Y es que los ideales tienen que caminar entre el barro de los defectos que entorpecen su progreso. Sin embargo, el problema no es que las cosas que vemos como buenas sean costosas. El problema es que dejemos de luchar por ellas en medio de lo que nos cuesta. Y que dejemos de luchar en primera persona. Como decía el periodista del New York Times A. H. Weiler: "Nada es imposible para el hombre que no tiene que hacerlo por sí mismo”.
Lo costoso es una parte de la realidad en que nos movemos los seres humanos. Es costosa la construcción de la familia y del matrimonio, porque se mueve en una danza de voluntades que no siempre saben hacerlo en armonía. No basta la declaración solemne del tenemos que estar unidos, sino que se impone dar pasos de renuncia personal, de diálogo paciente, de escucha respetuosa, de fortaleza interior, de sano humor ante los problemas, y, en un gradual camino, llegar a la meta de una constante conjunción, superando las tentaciones del desánimo, de la desilusión, del encuentro con los defectos propios y del otro, y de la tentación de las virtudes que descubres en las faldas o pantalones externos. Como hace el nadador en la piscina, al ideal de nadar en línea recta, hay que acompañarlo con la vista fija en la raya del piso.
Hoy se nos dice que no hay imposibles, que todo lo podemos conseguir. Sabemos que no es verdad, que sí hay muchos imposibles, la mayoría de ellos derivados de la fragilidad innata en el ser humano por alcanzar el bien y la verdad. Pero también sabemos que muchas de las cosas que llamamos imposibles, sólo lo son porque no nos hemos puesto a trabajar en ellas, porque hemos esperado que, como en la noche del Cascanueces, los juguetes tomen vida y resuelvan las situaciones.

2 comentarios:
Pa
Pdrdre lo que Ud. escribe al final de su publicación: "Dios no manda cosas imposibles, sino que, al mandar lo que manda, te invita a hacer lo que puedas y pedir lo que no puedas y te ayuda para que puedas", hay tres cosas que debemos reflexionar, la falta de humildad en pedir ayuda, y la falta de espiritu de lucha para poder desarrollar los talentos que Dios nos dió a cada quién, y sobre todo hacer lo necesario para poder tener una real y profunda comunicación con Dios.
Además siempre he creído que Dios te da y te pide lo que realmente puedes hacer.
Gracias por su publicación
Pardre lo que Ud. escribe al final de su publicación: "Dios no manda cosas imposibles, sino que, al mandar lo que manda, te invita a hacer lo que puedas y pedir lo que no puedas y te ayuda para que puedas", hay tres cosas que debemos reflexionar, la falta de humildad en pedir ayuda, y la falta de espiritu de lucha para poder desarrollar los talentos que Dios nos dió a cada quién, y sobre todo hacer lo necesario para poder tener una real y profunda comunicación con Dios.
Además siempre he creído que Dios te da y te pide lo que realmente puedes hacer.
Gracias por su publicación
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