Semana Santa ya está aquí. Es el momento más importante del año para todos los cristianos y también para los judíos, que celebran su Pascua en estos días. El origen de la Pascua nos viene de la Biblia, cuando Moisés saca, bajo el mandato de Dios, a los israelitas de Egipto y cruzan el Mar Rojo. La pascua judía se celebra unos días antes de la pascua cristiana y tiene un complicado ritual centrado de modo especial en la cena de un cordero. Los cristianos, desde el primer momento, celebraron la Pascua como la memoria de la muerte y resurrección de Jesús. Por eso la Pascua se pasó al domingo, que es el tercer día desde la muerte de Jesús en el Viernes Santo.
Con mucha tranquilidad, llamamos a estos días santos, días de vacación. Sin embargo cuántos millones de personas no tendrán descanso, porque sus vidas caminan junto a la cruz de Jesús, como nazarenos dolientes. Cada año, la Semana Santa nos recuerda tantos viacrucis que hay en el mundo. Los viacrucis de las catástrofes naturales que han golpeado a varios países. Los viacrucis de las guerras o de la violencia que hieren en tantos lugares. Los viacrucis de las personas secuestradas, humilladas, abusadas, comercializadas. Los viacrucis del hambre, de la enfermedad, de la pobreza. ¿Sabremos ser solidarios en estos días?

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