martes, 5 de septiembre de 2017


        DIAMANTES Y ESPEJITOS
        DECISIONES QUE NOS DAN VERDAD O MENTIRA

        VIVIR EN UN MUNDO COMPLEJO
        la Universidad es un cuerpo complejo,
        muchos ámbitos, estructuras, funciones, puestos, numerosos elementos,
        que no tienen todos la misma tarea
        que se coordinan para poder funcionar en modo eficaz, honesto, disciplinado y ejemplar,
        Y todo, a pesar de las diferencias de origen, educación, formación, mentalidad de sus miembros.
        VIGILAR EL CORAZON
        por este dinamismo, es necesario cuidarse y alimentarse de las motivaciones que dan sentido a nuestro trabajo.
        la Universidad en todas sus dimensiones, no puede vivir sin tener una relación vital, personal, auténtica y equilibrada con la misión que le da sentido.
        Vigilar el corazón
        Un miembro de la universidad que no tiene la misión de la universidad
        en sus ojos y en su corazón,
        en el manejo de su tiempo y de su afectividad,
        se convertirá en un burócrata (un formalista, un funcionalista, un simple empleado)
        una rama que se seca y muere lentamente y acaba por no servir, aunque funcione.
        El estilo de vida desde la misión nutre y refuerza en el trabajo de todas nuestras áreas como un solo equipo, pues el espíritu del bien nos une y el espíritu maligno nos divide.
        EL SENTIDO DE TODO
        Sin un sentido de vida no podemos hacer nada.
        EL SENTIDO SE ALIMENTA DE
        reflexión personal,
        análisis de la propia profesionalidad,
        renovación de la propia inteligencia,
        actualización en las propias competencias,
        cuidado de la propia psicología y afectividad,
        la sanación de las relaciones con los demás,
        y la renovación de nuestra espiritualidad (por los sacramentos, la oración, la Eucaristía y la reconciliación, el contacto diario con la Palabra de Dios y la espiritualidad traducida en caridad vivida)
        LA FORMA EN QUE NOS VEMOS
        Es hermoso pensar en nuestro trabajo en la universidad como el trabajo que se hace para ofrecer cada día un mejor servicio a la comunidad universitaria, a nuestros jóvenes, a las personas que trabajan para nosotros, a nuestros compañeros, a quienes nos coordinan o dirigen.
        intentar seriamente y cotidianamente ser alguien más vivo, más sano, más armonioso y más unido en sí mismo y con la misión de la universidad.
        LA LEY DEL CRECIMIENTO
        Todos los equipos de diferente servicio de la universidad, están llamados
        a siempre mejorar en LO personal y en sabiduría
        A crecer en integración
        Crecer es fruto de la conciencia de lo débil y amenazante y de la decisión personal y comunitaria de ir a mejor soportando pacientemente y con perseverancia el proceso de crecimiento
        Crecer es responder a la llamada a vivir ‘según la verdad en la caridad, tratando de orientar cada cosa hacia la misión
        Los espejitos y los diamantes
        como toda comunidad hecha de seres humanos, estamos expuestos a la enfermedad, al mal funcionamiento, como al buen funcionamiento.
        El corazón se puede ver tocado por enfermedades y por tentaciones. Las primeras que vienen del interior y las segundas que se originan en el exterior.
        Analicemos nuestro trabajo para la misión que nos congrega en la universidad, en el servicio que estamos llamados a dar.
        Los cauces para este análisis se pueden hacer examen de conciencia de análisis de los procesos interiores con los que nos conducimos.

https://goo.gl/forms/5TXqy6y2rikMNoTh2

        Primer espejo, sentirse “inmune” o “indispensable”
        Compramos espejos
        Cuando descuidamos los necesarios y habituales controles.
        Cuando no generamos una sana autocrítica, dejamos de lado la actualización, y el tratar de mejorarnos.
        Cuando Nos transformamos en reyezuelos que se sienten superiores a todos y no al servicio de todos.
        Cuando nos domina el narcisismo que mira apasionadamente la propia imagen y no ve la imagen de Dios impresa en el rostro de los otros
        Compramos diamantes
        cuando reconocemos nuestras áreas de superación
        Cuando descubrimos que haciendo nuestra tarea estamos aportando el grano de arena que se nos pide por los dones recibidos: ‘Somos siervos inútiles. Hemos hecho lo que teníamos que hacer’ (Lc 17,10).
        Segundo espejo, pensar que somos mejores porque nos ahogamos en trabajo
        Compramos espejos
        Cuando cambiamos lo que hacemos por lo que somos.
        Cuando nos llenamos de estrés y agitación.
        Cuando nos da miedo darnos tiempo a nosotros mismos porque podemos encontrar vacíos que no estamos dispuestos a llenar.
        Compramos diamantes
        Cuando buscamos el equilibrio que nace de la eficiencia y de la eficacia
        Cuando tomamos momentos de recarga espiritual y física;
        Cuando aprendemos lo que enseña Eclesiastés que “hay un tiempo para cada cosa” (3,1-15).
        Tercer espejo: permitirnos la ‘fosilización’ mental y espiritual.
        Compramos espejos
        Cuando poseemos un corazón de piedra que mira resentido el pasado (‘tortícolis espiritual’.
        Cuando perdemos la serenidad interior, la vivacidad y la audacia y nos escondemos bajo los papeles
        Cuando nos convertimos en ‘máquinas de prácticas’ y no en ‘seres humanos de sentido de vida’.
        Cuando perdemos la sensibilidad humana necesaria para llorar con quienes lloran y alegrarse con aquellos que se alegran.
        Compramos diamantes
        Cuando con realismo vemos siempre al prójimo, aunque no siempre podamos ayudarle en sus necesidades,
        Cuando somos capaces de escuchar, con generosidad, magnanimidad, proactividad.
        Cuarto espejo: dejarnos llevar por la rivalidad y la vanagloria.
        Compramos espejos
        Cuando la apariencia, los colores de la ropa o las medallas honoríficas se convierten en el primer objetivo de la vida
        Cuando nos permitimos ser hombres y mujeres que llenan la boca de palabras y vacían la vida de obras.
        Compramos diamantes
        Cuando generamos comunión, dialogo, servicio, realismo.
        Quinto espejo: vivir en una esquizofrenia existencial.
        Compramos espejos
        Cuando vivimos una doble vida, fruto de la hipocresía típica del mediocre
        Cuando pensamos que licenciaturas o títulos académicos pueden llenar el vacío existencial porque nos ensalzan ante los demás.
        Cuando perdemos el sentido de la misión porque nos limitamos a las cosas burocráticas,
        cuando perdemos el contacto con la realidad, con las personas concretas.
        Compramos diamantes
        cuando trabajamos en la congruencia y la coherencia,
        cuando hacemos constante referencia a nuestros valores y a nuestra conciencia,
        cuando volvemos a poner ante los ojos el valor de lo que en verdad cuenta en la vida.
        Sexto espejo: Ser portador de chismes, murmuraciones y habladurías.
         Compramos espejos
        Cuando comenzamos la pendiente del chisme pensando que siempre nos podemos detener
        Cuando la murmuración se acaba adueñando de la persona haciéndonos ‘sembradores de cizaña’ (como Satanás),
        Cuando nos permitimos ser ‘homicidas a sangre fría’ de la fama de los propios colegas y prójimos.
        Compramos diamantes
        cuando hacemos de nuestras palabras una senda del bien hacer y del bien hablar.
        Cuando valemos de verdad porque hemos descubierto el valor de los demás.
        Séptimo espejo: cultivar la falsa honra del otro
         Compramos espejos
        Cuando manipulamos al jefe, compañero o dependiente esperando obtener su benevolencia,
        Cuando nos contagiamos de carrerismo y oportunismo.
        Cuando vivimos nuestra misión en la universidad pensando únicamente en lo que debemos obtener y no en lo que debemos dar.
        Cuando nos permitimos ser Personas mezquinas, infelices e inspiradas solamente por el propio egoísmo.
        Compramos diamantes
        cuando respetamos el lugar que cada uno tiene, le damos su valor en las decisiones, pero nuestro servicio está orientado a la verdad.
        Cuando ejercemos la prudencia que siempre busca los medios mejores para hacer el bien,
        Cuando junto a la justicia y la fortaleza damos a cada uno lo que le corresponde y nos mantenemos con caridad en la senda de la verdad.
        CONCLUSION
Que los espejos no sean para nosotros motivos de autosatisfacción,
sino lo que son en verdad,
caminos para descubrir los diamantes

que debemos tallar en lo mejor de nuestro corazón.






No hay comentarios: