El Papa Francisco está en Brasil desde el pasado lunes en
un programa interesante e intenso para un hombre de 76 años. En el primer encuentro
del primer papa latinoamericano con nuestro continente, el papa hablará no solo
a los ahí presentes, sino a todos los que estamos en este lado del atlántico. Pero
el papa va de modo especial a encontrarse con los jóvenes. Y dejarles dos
grandes mensajes:
El primero es la importancia de servir a los demás. El papa Francisco
visitará tres lugares de dolor humano: una favela donde se encuentra el dolor
de la pobreza, un hospital, donde se encuentra el dolor de la enfermedad y con jóvenes
reclusos, para encontrarse con el dolor de la pérdida de la libertad. El papa Francisco
no va a que le saquen fotos, sino a decir que ante los sufrimientos del mundo no
podemos cerrar los ojos y que algo tenemos que hacer, aunque sea ofrecer
consuelo, solidaridad, apoyo y en algunos casos soluciones. Abrir los ojos a
estas realidades da la posibilidad de llenar de esperanza la vida.
Lo segundo
es la importancia de la espiritualidad en la vida de los jóvenes. En un mundo
que ofrece prioritariamente éxito económico y reconocimiento social, el papa
insiste propone una honda espiritualidad para dar sentido a lo que se hace. Por
eso ofrecerá la confesión a varios jóvenes y se reunirá en momentos de fiesta y oración el sábado y el
domingo. Una vez más el papa Francisco nos indica que no se trata de dejar de
lado lo propio de la juventud, como el entusiasmo, las ganas de un mundo mejor,
la amistad, sino de enriquecerse con valores que los hagan vigorosos y capaces de ofrecer felicidad. ¡Mucha
suerte en lo que queda de viaje en Brasil Papa Francisco!
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