miércoles, 1 de mayo de 2013

EL TRABAJO AGRADECIDO




Normalmente,  dedicamos días especiales a situaciones o personas que nos generan afecto, como el día de la madre o el día del medio ambiente. Sin embargo, el día uno de mayo lo dedicamos a algo que, si pudieran, muchos seres humanos lo evitarían, pues hoy se celebra, en varias partes del mundo, el Día Internacional De Los Trabajadores. Esta conmemoración comenzó por parte de los movimientos obreros americanos y europeos, en un momento de la historia en que se estaba formando una visión clara de los derechos de los trabajadores. El Día Internacional de los trabajadores, que es como se llama oficialmente la fecha de hoy, se ubica en el contexto de los inicios de la revolución industrial en los Estados Unidos, donde la oferta de trabajo provocaba la generación de villas de miseria que acogían a cientos de miles de obreros. Cuando el uno de mayo de 1886 estalla una huelga para reclamar una jornada justa de trabajo, la represión policial tiene como resultado seis muertos, que se convirtieron en el símbolo de la lucha de los trabajadores por unas condiciones más justas y dieron origen a esta celebración.

Pocos años después, en 1891, el Papa León XIII publica la gran carta social del catolicismo bajo el título de Rerum Novarum (de las nuevas cosas) en la que denunciaba la situación en que se encontraba la clase obrera con palabras como estas: “es urgente proveer de la manera oportuna al bien de las gentes de condición humilde, pues es mayoría la que se debate indecorosamente en una situación miserable y calamitosa, ya que, disueltos en el pasado siglo los antiguos gremios de artesanos, sin ningún apoyo que viniera a llenar su vacío, desentendiéndose las instituciones públicas y las leyes de la religión de nuestros antepasados, el tiempo fue insensiblemente entregando a los obreros, aislados e indefensos, a la inhumanidad de los empresarios y a la desenfrenada codicia de los competidores”. Posteriormente, el 1 de mayo de 1955, el Papa Pio XII instituía la fiesta de San José Obrero, para destacar el sentido cristiano del trabajo, del que el Concilio Vaticano II diría: los hombres y mujeres que, mientras procuran el sustento para sí y su familia, realizan su trabajo de forma que resulte provechoso y en servicio de la sociedad, con razón pueden pensar que con su trabajo desarrollan la obra del Creador, sirven al bien de sus hermanos y contribuyen de modo personal a que se cumplan los designios de Dios en la historia. Siguiendo esta huella, los Papas siguientes han dejado una magnífica enseñanza sobre el trabajo humano, que hace de la tierra una morada digna de toda la familia humana y, al perfeccionar la creación, perfecciona al ser humano. Hoy recordamos que el trabajo permite al ser humano solucionar cómo comer, vestirse y atender sus necesidades primarias personales y familiares, y que, además, el trabajo debe ser visto como la actividad con la que el ser humano realiza sus capacidades y coopera al progreso de la sociedad. Durante mucho tiempo, se hablaba del trabajo como de una maldición bíblica. Hoy somos cada vez más conscientes de que el trabajo es parte importante de la realización del ser humano y una bendición que hemos de cuidar y perfeccionar cada día.

Ciertamente, hay trabajos más vistosos que otros, pero los trabajos que se llevan los aplausos no son posibles sin los trabajos de quienes nadie conoce ni reconoce. En este día es de honor reconocer a todos aquellos que hacen, con su trabajo, que la sociedad funcione: en sus comunicaciones, en su transporte, en sus drenajes, en su seguridad, en su sanidad, en su limpieza, etc. Cuantas personas son invisibles para nosotros y sin su trabajo no podríamos vivir. Por ello, además de reivindicar la gran dignidad de los trabajadores y sus importantes derechos, hay que recordar que no hay trabajo insignificante, pues toda actividad humana hace mejor y más provechosa la convivencia de la sociedad... Hoy tenemos que felicitar a todos los que con su trabajo buscan que este mundo sea excelente, y ser muy agradecidos y respetuosos con quienes hacen nuestra vida mejor y más llevadera.

1 comentario:

bloggerbassman dijo...

Otra observación aguda, sincera y "al grano". Llamando cosas por su nombre. Gracias y felicidades, Cipriano!