sábado, 9 de junio de 2012

SOMOS TU FAMILIA: ADOLESCENCIA: AYUDAR A LA ESTABILIDAD

(Colaboración de Lorena Zabala)
Habitualmente se habla de esta etapa de la vida como de un momento que está lleno de problemas. Sin embargo, es un periodo también de grandes búsquedas La adolescencia, por otro lado, está precedida por una infancia cada vez más corta y por una post-adolescencia que cada vez se prolonga más en el tiempo. Cuando sentimos que “la casa se tambalea” es entonces el momento de poner refuerzos y de definir los puntos clave. He aquí algunas de las ideas para padres y profesores de adolescentes:
1 Para favorecer el desarrollo de la autoestima en el adolescente hay que favorecer las capacidades del adolescente y fomentarlas, ya sean de tipo cultural, deportivas, de acción social, entre otras. Resulta clave que el adolescente se vea recompensado y reconocido por los logros conseguidos en aquello que se le da bien y de igual manera es positivo que se vea apoyado en aquello en lo que no destaca pero que se le valore el esfuerzo realizado. La mejor autoestima, la verdadera, es la que se consigue por méritos propios; la autoestima se desarrolla formando el carácter, educando la voluntad. Sin duda, el éxito no se improvisa. En palabras atribuidas a Picasso: “la inspiración llega, desde luego, pero siempre te encuentra trabajando”.
2 Proponerles actividades creativas que alimenten el espíritu y que enriquezcan la personalidad para el tiempo libre. Es un error identificar el tiempo libre con el no hacer nada. El “no hacer nada” paraliza el cuerpo y la mente. En la edad adulta este hecho se hace más evidente sobre todo en las personas que se han jubilado y no han sabido invertir su tiempo libre en este tipo de actividades, con lo que se llega a producir desilusión, depresión y otros estados que debilitan el bienestar físico y mental y una muerte anticipada incluso.
3 Motivación y esfuerzo de los adolescentes para el estudio. La motivación es consecuencia y no premisa. Esta observación es muy interesante pues la función de padres y educadores ha de ser lograr la automotivación y orientar al adolescente en una actividad en la que en principio no encuentre interés pero que con el esfuerzo conseguirá motivarse o no (pero ¡hay que intentarlo!). Además estudiar se ha de hacer con sentido del deber para adquirir unos hábitos que serán positivos para diversas circunstancias en la vida. Los estudios pasan ahora a un segundo plano y además el estado vital del adolescente en ésta época es poco adecuado para el estudio: se encuentra cansado y aparece como abatido, y distraído. Además, el adolescente es impaciente y busca el camino fácil lo que convierte el estudio en una actividad poco atractiva. Lo que interesa es terminar cuanto antes, estudiar se convierte en un trámite que hay que pasar y por ello mira continuamente el reloj.
4 Se ha de valorar el esfuerzo realizado y saber esperar cuando no salen las cosas bien. “Tener tacto” para no resultar agobiantes, recurrir a algún experto (profesor de apoyo, técnicas de estudio, pedagogo, etc.) y observar las actividades que realiza durante su tiempo libre (si le quitan horas de sueño o dedica un tiempo excesivo que le quita al estudio). El proceso de hacerse mayor es el proceso también en cierta manera de hacerse persona. Toda la vida es un aprendizaje constante. Y no hay aprendizaje sin ensayo y error. La propia vida con cada una de sus etapas, incluidas la adolescencia y la vejez, es un intento de ser persona, la mejor que se puede ser respecto a uno mismo. Y para eso, tenemos que tener paciencia.


No hay comentarios: