sábado, 25 de febrero de 2012

SOMOS TU FAMILIA: ¿QUIÉNES Y CÓMO ME PUEDEN AYUDAR ANTE UNA PÉRDIDA? (Mari Loli Fernández)

Seguramente, para estas alturas de nuestra vida, ya hemos vivimos una pérdida significativa, como por ejemplo:
* La noticia del diagnóstico de una grave enfermedad ó
* La muerte de un ser querido
* El desempleo
* Un cambio de ciudad en mi familia
* Una separación
* Un divorcio
* Una ruptura familiar
Situaciones que, por supuesto, nos han causado un gran dolor por un tiempo indefinido y en ocasiones permanente. Cuando tenemos más apego afectivo a la persona o a la situación vivida, en esa proporción sufriremos ante la ruptura o pérdida de ese apego. Apegarnos no es malo, es humano, no lo razonamos, simplemente amamos. Pero claro, ello conlleva a un sufrimiento cuando este vínculo se rompe, cuando nos tenemos que separar. Cuando vivimos una pérdida, y sobre todo recién inicia este proceso, surgen las llamadas “Emociones Entremezcladas” así llamadas por la Dra. Kübler-Ross, pionera de la Tanatología en el mundo y quien a base de observar a las personas en sus reacciones ante las pérdidas, las pudo establecer. Estas emociones son:
* Angustia la cual podemos traducir como “miedo al futuro” y ¿quién de nosotros no experimenta alguna vez angustia? , si en realidad dentro de nuestra naturaleza humana no tenemos conocimiento de lo que será de nuestro futuro a ciencia cierta. Todos en el día a día experimentamos esta emoción ya que vivimos sin poder controlar todo lo que nos sucederá, y esta falta de control nos tiene inquietos, nerviosos, angustiados.
* Culpa, a esta se le conoce también como “el gran absurdo”, ya que no debiera existir, pero sí existe. La generamos cada vez que dejamos de hacer algo “adecuado” a nuestro criterio, o bien alguien “omite” alguna acción adecuada en un momento determinado, y tiempo después la ausencia de ese acto “que debió ser” genera esta emoción llamada culpa.
* Frustración, se experimenta cuando no logramos lo que pretendemos, o cuando las cosas resultan de otra manera a lo esperado por nosotros y se expresa mediante tristeza o enojo. Por ejemplo una persona que cursa con una enfermedad terminal tiene como decimos “días buenos y días malos” y es que experimenta desde su frustración momentos de una gran tristeza y llanto, que en ocasiones confundimos con una depresión, o bien momentos de mucho enojo y reacciones diferentes a las esperadas por esa persona, que incluso las tomamos como agresiones a nivel personal y no son otra cosa que reacciones de frustración por lo que está viviendo.
* Depresión, que se acompaña de síntomas como, el aumento o la baja en el apetito, el desgano por disfrutar de las cosas que antes se disfrutaban, como por ejemplo una llamada telefónica a un ser querido, y de pronto, no se quiere hablar con esa persona. Otros síntomas son el rechazo al baño diario cuando antes se disfrutaba tanto, la falta de sueño, la dificultad para conciliarlo o bien el excesivo dormir en todo momento.
Estas 4 emociones que acabamos de analizar seguramente las has vivido tú o tú familiar en más de una ocasión y puede ser que las hayas vivido las 4 al mismo tiempo o 3 de ellas o sólo dos, por eso se llaman emociones entremezcladas pues se nos presentan varias a la vez. Una vez que hemos identificado estas emociones, estamos listos para pedir ayuda a un especialista, a través de asistir en repetidas sesiones a lo que se llama una terapia psicológica o psicoterapia, en donde a través de una previa cita ya sea con el psicólogo, con el tanatólogo, o con el psiquiatra, acordamos reunirnos con un especialista para platicarle lo que nos inquieta y nos hace sufrir, haciendo memoria de situaciones que hemos vivido y que al parecer no podemos manejar solos sin la ayuda oportuna del especialista. El éxito de la terapia sin duda alguna será la constancia de las sesiones, es decir no faltar a las citas que el terapeuta nos solicite y con la frecuencia que se considere adecuada. Pues bien, si tú consideras que estas emociones entremezcladas no te están permitiendo vivir en paz pues no has logrado manejarlas adecuadamente, acude a un especialista.

(Mari Loli Fernández, Tanátologa)


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