La navidad es un tiempo en que todos nos hacemos muchos regalos. Esto nos tiene que recordar que todos hemos recibido otro regalo mucho más importante. El regalo de la presencia de Jesús en nuestras vidas. Como sucede con todos los regalos, requiere una actitud de apertura, una actitud de sencillez interior. Nuestra cultura es tan compleja que lo sencillo nos cuesta. Sin embargo Dios eligió lo sencillo, lo simple, lo que no aparentaba gran cosa para trazar su camino. Eligió lo que no tenía mucha fuerza en sí mismo para demostrar que tener fuerza es un don, que no viene de uno mismo, sino de otro que hace el don de esa fuerza a la propia vida, cuando parece que uno no tiene ya nada que recibir. Un don que recibimos de Dios, pero también de las personas que Dios pone en nuestra vida. Este don reconoce a las personas como fuente de esperanza. Nunca est tarde para recibirlo. Les comparto este video tomado de la película NATIVIDAD en la que en dos breves diálogos se nos hacen dos regalos: el regalo de la fortaleza que Dios da, el regalo de la persona del Niño para nosotros que llegamos a verlo como el anciano pastor, necesitado de tocar algo que le dé esperanza. Y la esperanza ilumina la noche más oscura. La esperanza a partir de hoy es un Niño en Belen.
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