miércoles, 14 de septiembre de 2011

¡VIVA MEXICO! ¡MEXICO VIVO!

Esta semana celebramos un aniversario más de la independencia de México. Cada año podemos caer en frases rutinarias que sirven en el mejor de los casos para enfervorizarnos con unos gritos que hemos oído desde que éramos pequeños. Nos podríamos quedar solamente un grito que no lleva a ninguna otra cosa. Como si lo que saliera de nuestro ser fuera simplemente aire, vacio, nada. El grito central es viva México, como si con nuestra voz quisiéramos dar vida a este país que nos recibe y en el que vivimos. Es como si nos diéramos cuenta de que el proyecto de país que es México depende de nuestra voz, de nuestra participación responsable. Viva México tiene que significar que nosotros queremos que el proyecto que es México continúe vivo, siga pujante, siga latiendo. La celebración de las fiestas patrias tiene que ser un momento de regocijo, de celebración, de ilusión y de sonrisa, de sacar la parte alegre que presenta nuestra idiosincrasia  de modo que destaque con claridad nuestra identidad como país, que se afirma ante el mundo por algo más que unos gorros de paja y unos bigotes.

¿Qué es lo que mata o da vida a un país? Lo que puede matar a un país son sus enemigos internos o externos. Los externos son los que quieren someter al país a su voluntad, usarlo para el propio interés, manejarlo por encima de la voluntad y dignidad de sus habitantes. Los internos son los que buscan más el propio provecho que el del bien común. Y no me refiero al legítimo crecimiento que cada uno de nosotros tiene derecho a tener. Me refiero a esa mentalidad de aprovecharse de las circunstancia sin medir las consecuencias, destrozando a las personas, a las comunidades, a los lugares de trabajo, la ecología. Cada uno de nosotros puede ser una negación del grito de viva México, cuando con nuestro comportamiento matamos la convivencia, cuando matamos los valores, o cuando despreciamos la vida de nuestros hermanos. O cuando descuidamos la salud de las siguientes generaciones, o no les inculcamos principios y estructuras que los hagan mejores ciudadanos. Somos incongruentes con la vida de México cuando permitimos que las adicciones se apoderen de nuestra vida, o de la de nuestra familia, o de los entornos en que vivimos. No podemos gritar viva México solo para reventarnos con unas cervezas o unas cubas en la mano. Porque eso sería decir que realmente no nos importa que viva México.

Cuando se gritó viva México hace doscientos años fue para ponerse en marcha en un proceso de libertad. Gritar viva México significa hacer una patria fuerte a base de honestidad, de valores. Significa hacer un país vigoroso ante sus dificultades en el camino diario, en nuestro trabajo y nuestra familia. Decir viva México es dar vida a este país por medio del trabajo profesional, honesto, bien hecho. Decir viva México es dar vida a esta nación por medio del acatamiento de las instituciones y la legalidad. Decir viva México es respeto a los demás en las pequeñas cosas del convivir diario, como poner los intermitentes, y en las grandes, como participar en la vida democrática. En este mundo se requiere de cada país una aportación. Posiblemente nosotros, los mexicanos de lo cotidiano,  no tengamos mucho que aportar, salvo nuestro esfuerzo por hacer un país mejor, un país de orden. Podemos aportar nuestra decisión de que en nuestro metro cuadrado se celebre la independencia de México porque México está vivo.

No hay comentarios: