lunes, 11 de julio de 2011

FACUNDO CABRAL ¡VUELA ALTO!

Ya no está entre nosotros Facundo Cabral. Da igual si los sicarios que lo asesinaron iban por el o por el empresario que lo acompañaba. El caso es que murió de modo violento. La muerte de alguien famoso invita a profundizar en su vida, a buscar quien era, a que se dedicaba, cuáles eran sus raíces y sus metas. Así me enteré que la infancia de Facundo Cabral fue un desastre de abandono, de lucha por ganarse la vida. Un jesuita le enseñó a leer y escribir y le animó a terminar sus estudios. Su éxito comienza en 1970 con la canción No soy de aquí, ni soy de allá. Facundo era un hombre de profunda observación espiritual de todo lo que le ocurría y eso le hizo ser inconformista, crítico, y con mucho humor. Él nunca quiso militar en nada organizado, ni religioso, ni político, ni social y esto le trajo muchos ataques. El dolor lo marcó por la muerte de su mujer y de su hija en un accidente de avión. Facundo Cabral es un hombre de lo esencial. A lo mejor por eso no fue bien aceptado por muchos de los que van por la vida poniendo etiquetas. El se definía así: "Fue mudo hasta los 9 años, analfabeto hasta los 14, enviudó trágicamente a los 40 y conoció a su padre a los 46. El más pagano de los predicadores cumple 70 años y repasa su vida desde la habitación de hotel que eligió como última morada".
Me quedo de su herencia con dos composiciones. La que se llama "no estás deprimido, estas distraído",  y la canción "Vuela bajo". Vuela bajo nos habla de la importancia poner en su lugar las cosas materiales, de no perder lo que es más valioso, por lo que es simplemente transitorio. Facundo Cabral nos enseñó que lo importante en la vida no es a lo que perteneces sino lo que eres, y que lo que perteneces tiene sentido solo si tienes claro lo que eres. La riqueza del ser humano no viene de las etiquetas que trae puestas, sino de la esencia que va descubriendo en su interior, esa esencia que, como dice la canción, no es otra cosa sino la verdad. Vivir la verdad, buscar la verdad, hacer la verdad, es lo que nos hace felices. Esta verdad nos permite relacionarnos con las cosas, con los seres humanos y con Dios.

Y así podemos  caminar por la vida dándonos cuenta de que como decía Facundo Cabral muchos de los problemas que nos deprimen son porque estamos distraídos de toda la riqueza interior, de las posibilidades y  de la fuerza que sí tenemos. De la cuna a la tumba todo es una escuela, lo que llamamos problemas son lecciones para desarrollar toda la capacidad de amar en cada circunstancia. Esto podría sonar paradójico con el tipo de muerte que sufrió Facundo Cabral. Y sin embargo esa es quizá su última y mejor canción. Como dijo alguien hace dos mil años: ¿Qué nos separara del amor? Ni la vida ni la muerte, ni la persecución ni la espada, ni la tribulación ni la angustia. La violencia que sufrió Facundo no lo separó del amor que le hizo decir: Haz sólo lo que amas y serás feliz, y el que hace lo que ama, está benditamente condenado al éxito, que llegará cuando deba llegar y llegará naturalmente. Ahora Facundo Cabral vuela para siempre por todo lo alto. Gracias por todo lo que nos dejaste Facundo Cabral.

(Para quien quiera escuchar estas dos composiciones, les dejo el link a You Tube

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