lunes, 11 de abril de 2011

YURI GAGARIN

Yuri Gagarin, fue el primer hombre en salir al espacio exterior en la nave Vostok I de la Unión Soviética en el lejano año de 1961. Yo supe de él hasta que tuve trece años, en un retiro que tuve con los hermanos maristas en un pequeño pueblo de la sierra de Madrid, y fue a propósito de la frase que se atribuye a Yuri: he subido al cielo y allí no he visto a Dios. El comentario era para hacernos ver que Dios era algo más que la imagen infantil que posiblemente teníamos. Parece ser que él nunca dijo esa frase. Que lo que dijo en verdad al ver la tierra desde el espacio fue: «Pobladores del mundo, salvaguardemos esta belleza, no la destruyamos».
Nunca supe nada más de Yuri Gagarin. Hasta que me doy cuenta por la prensa que el doce de abril se celebran cincuenta años de aquella primera aventura del hombre en el espacio. Parase ser que el motivo por el cual se eligió a Yuri como el adecuado para volar al espacio fue en parte su capacidad para seguir instrucciones. Yuri tenía que permitir que lo pilotasen durante todo el tiempo de vuelo. Los primeros astronautas eran experimentos para saber las consecuencias de lo que le podía pasar al ser humano en el espacio y la gravedad cero: ¿se volvería loco? ¿Le cambiaría la forma de los ojos? ¿La sangre dejaría de circular? Posteriormente Yuri diría que no sabía bien si era el primer hombre en el espacio o el último perro. Después de su regreso se convirtió en un hombre famoso y parte de la propaganda ideológica de aquellos años. Su muerte en un accidente aéreo fue también motivo de propaganda. Todos decían que Yuri era un buen hombre, simpático, un hombre sencillo. Y sin embargo su vida se vio destrozada por ser parte de una serie de mecanismos que lo manipularon hasta su muerte, lo que añadido a sus problemas con el alcohol y las mujeres, hizo que su salud y su matrimonio se fueran a pique.
Yuri fue importante para hacerme ver que Dios no era un personaje de juguete. De haber conocido un poco más su vida, me habría dado cuenta de que tampoco el ser humano puede ser un personaje de juguete. Con el ser humano no se puede jugar, asi como el ser humano no debe permitir que jueguen con él, ni tampoco puede permitirse jugar consigo mismo. No sé si para Yuri habría sido importante o no ser el primer hombre en el espacio, lo que si sé que es que para cada uno de nosotros es importante ser el primero en la propia vida. No me parece relevante que según la frase famosa no hubiera ningún dios más allá de la atmósfera. Me parece relevante que cada uno pueda encontrar a Dios en su propio interior y en la coherencia de sus propios actos. El ser humano es grande cuando se descubre a sí mismo, cuando se hace mejor, cuando viaja a su interior y descubre lo que tiene dentro para desarrollar y compartir. Yuri Gagarin nos enseñó el camino del maravilloso espacio exterior. A cada uno de nosotros le toca viajar cada día hacia el prodigio del propio espacio interior. Ahí siempre nos encontraremos con nosotros mismos, podremos encontrar a Dios y desde ahí tender una mano a los demás.

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