martes, 9 de noviembre de 2010

¿QUE HACE EL PAPA EN ESPAÑA?

Los periódicos nos llenan de noticias que se encabalgan unas con otras, y a veces la noticia se queda enganchada en la anécdota insustancial o morbosa, y no nos deja llegar hasta el fondo de lo que nos traía. Es como si un niño viniera a decirnos que se nos está quemando la casa y nosotros nos preocupáramos de si trae pantalones cortos o largos. El problema es que a esto nos han acostumbrado los medios de comunicación: a estar informados sin saber de qué estamos informados. ¿Por qué es importante que el Papa haya ido a España?. Todos nosotros tenemos algo en común con los europeos a los que el Papa ha ido a visitar en España: somos parte de la civilización occidental. Es decir, compartimos una escala de valores en la que damos valor absoluto a la persona humana, creemos en los derechos de cada persona, creemos que la libertad es importante en la vida, creemos que la justicia debe ser igual para todos. Todo esto es creer en la cultura occidental.

El Papa Benedicto ha ido a España a decir algo. Ha ido a proponer la necesidad de hacer un alto en nuestra civilización y a descubrir que, entre las miles de cosas que tenemos en los bolsillos, nos falta el sentido de la vida. Corremos, subimos y bajamos para tener más instrucción en la escuela, mejor salud en los hospitales, más alimentos en nuestros refrigeradores, más tecnología en nuestras comunicaciones. Todo eso está bien. Pero eso no es todo. Porque una vez que tenemos "todo", nos falta ALGO, nos falta el para qué de todo lo que tenemos. La vida diaria nos pone constantemente esta tentación delante de los ojos: La tentación de tener cosas, sin saber para qué las tenemos una vez que están en nuestro poder. Se nos repite la historia del rey Midas, anhelante de tener tanto oro, que todo lo que tocaba se convertía en el preciado metal, hasta que se murió de hambre.

Es importante que el Papa haya ido a España para que volvamos a reflexionar que el ser humano es un peregrino, necesitado en su vida de dos pies, la verdad y la libertad, y que eso solo se lleva a cabo en plenitud, cuando el ser humano abre su corazón a la trascendencia, es decir, cuando el corazón humano abre su interior y lo armoniza con su relación con Dios.

Cuando esto no sucede, siempre falta algo. Aunque tardemos mucho en darnos cuenta de que nos falta, aunque pensemos que no nos hace falta. El Papa ha ido a España a decir estas cosas. El Papa ha venido, desde España, a cada uno de nuestros corazones y a cada uno de nuestros hogares para que no se nos olvide que, al tiempo que buscamos el sustento justo y el desarrollo digno, también tenemos que crecer en nuestro corazón, siendo conscientes de que el primer lugar de crecimiento del bien es desde la familia, y conscientes de que la primera infiltración del mal es también por la familia. Seguramente no vamos a leer todos los discursos del Papa en España, pero ojalá sepamos hacer jornada diaria su enseñanza: que el ser humano en su peregrinación no solo necesita tener un camino debajo de sus pies, también tiene que tener un destino en su corazón.

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