lunes, 27 de septiembre de 2010

VIVA MEXICO: LOS RETOS DELBICENTENARIO

Estamos a punto de terminar el mes del bicentenario de la independencia. Nos podríamos preguntar y tú ¿qué has hecho con el bicentenario? Respondernos exige vislumbrar algunos retos: El reto social, el reto personal, el reto de las amenazas, el reto de la construcción política, el reto de la construcción social, el reto espiritual. No se trata de repetir esquemas de hace doscientos años, aunque el cumplirse de una fecha hace que los seres humanos pintemos rayas en el aire para estructurar propuestas y compromisos que nos sean útiles para que la reflexión sobre el bicentenario nos impulse hacia delante. Ciertamente que poco podemos hacer la mayoría de nosotros por los altos círculos de la política y de la economía, pero mucho podemos hacer por los entornos en que nos movemos. Los retos del bicentenario son los retos de todos los días.

Creo que lo primero es combinar individualismo con participación. Nuestra sociedad necesita volver a descubrirse comunitaria, que no significa aplicar un totalitarismo aplastante, sino un sano protagonismo en la preocupación por lo social. Cada uno tiene que ver cómo puede aportarse a si mismo en la construcción de su contexto. aunque algunos podrán preocuparse de cómo colaborar con algunas instituciones políticas, lo que no se puede hacer es quedarse quieto viendo cómo otros toman las riendas sociales, sin otra finalidad que el poder por el poder, y cómo el ideal de servicio se olvida al primer golpe de presupuesto o de escaño.
Lo segundo, es fortalecer las comunidades primarias: La familia, la colonia, el pueblo, la parroquia, las asociaciones culturales, sociales o religiosas. El tipo de sociedad que tenemos ha ido disgregando cada vez más estas comunidades básicas. Hay que reconstruir nuestra capacidad de asociación donde desarrollemos nuestros valores e ideales.
Lo tercero es asimilar, vivir y arraigar nuestros valores. No es tan difícil. La coyuntura actual nos da muchos medios para tener mayor conocimiento de los valores necesarios a nivel personal, familiar o comunitario. Aprovechemos la fuerza que da la conciencia del valor personal para afianzar y vivir los valores.
Lo cuarto es construir una mentalidad de instituciones y leyes. Uno de los grandes daños que todos nos hacemos es brincarnos las leyes cívicas o dañar los procesos institucionales que llevan a darle a las cosas una formalidad que es orden. Respetemos los sentidos de las calles, el lugar de la basura, las reglas de la convivencia.
Lo quinto es erradicar vicios, déjenme destacar algunos: querer que sean los demás lo que nos arreglan la vida, ese clientelismo que nos hace dependientes y nos lleva a cambiar ideas por tortillas, el hábito del encaje abusivo, o del oportunismo deshonesto, que no tiene que ver con la capacidad de aprovechar las oportunidades, el buscar subir a base de rebajar a los demás, en vez de hacerlo por los propios méritos humanos, espirituales, materiales, el desorden perezoso con que enfrentamos la vida: que las cosas funcionen como sea, sin importar si es como tienen que hacerlo.

Finalmente, aprender historia. El bicentenario nos invita a revisitar la historia para deshacernos de mitos que creados para la exaltación de ciertas ideologías políticas. Hay que descubrir las verdades que llevaron a la forja de nuestra nación, quitando los oropeles manipuladores e interesados. Conocer la verdad de nuestra historia nos hará más conscientes del papel que tenemos en la construcción de la misma, y de ello se beneficiará el México que se construye desde cada uno de nuestros hogares.
Si nos esforzamos por vivir así les aseguro que podremos gritar en verdad VIVA MEXICO.

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