domingo, 31 de enero de 2010

NIÑOS Y TAMALES, LAS RAICES DE UNA FIESTA


El próximo día dos de febrero, celebraremos la fiesta de la candelaria. Una fiesta de profundas raíces que refleja una síntesis maravillosa de los diversos elementos que forman la cultura mexicana. Por un lado, está la fiesta cristiana, que recuerda el momento en que siguiendo la ley de Moisés, María y José llevan al templo al niño Jesús para ofrecerlo al Señor, llevando dos pichoncitos pues los judíos, a diferencia de muchos pueblos de su alrededor no sacrificaban a sus primogénitos, sino que los sustituían por unos animalitos pacíficos. En este episodio el anciano Simeón proclama a Jesús como la luz que ilumina a las naciones. De aquí le viene a este día la denominación de candelaria, o la fiesta de las candelas, y el que en muchos templos se bendigan velas o se haga una procesión con velas. Por otro lado, está la fiesta prehispánica, en la que era costumbre, el llevar ofrendas a Tlaloc, Dios de la lluvia, para que fuera propicio y las cosechas fueran buenas. Este rito suponía que junto con las mazorcas de maíz, se llevaban unos niños, vestidos de gala, a los que en lo alto de la pirámide donde se encontraba el templo de Tlaloc, se les sumergía en agua donde terminaban sus vidas. Este rito cruel, fue visto por los evangelizadores franciscanos, quienes lo sustituyeron por la ofrenda de otros niños, en este caso figuras del niño Jesús, que vestido de gala eran llevados al templo cristiano para ser bendecidas y para llevar esa bendición a los hogares a los que iban a regresar. Por eso que el próximo día dos tenemos en México la costumbre de ir a la Iglesia a bendecir la imagen del niño Dios, como un símbolo de que Dios no quiere la crueldad, ni el fanatismo, sino que quiere bendecir nuestros hogares con algo tan lleno de ternura como es la imagen de un niño, que representa a Jesús el Hijo de Dios. ¿Y de los tamales que podemos decir? Pues resulta que como el día 2 de febrero era el primer día del calendario azteca, se tenía la costumbre de compartirlos como una ofrenda religiosa con los dioses aztecas. Hoy nosotros nos los comemos como un festejo en el que compartimos con nuestros amigos o seres queridos esta rica comida. Feliz fiesta de la Candelaria.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias Padre Cipriano por sus magnificas publicaciones, siempre de gran valor.
Elsi Galán