tag:blogger.com,1999:blog-23827954659398125882024-03-17T07:53:56.877-06:00EN EL CENTRO DE ANAHUACCipriano Sanchezhttp://www.blogger.com/profile/04167618951501997169noreply@blogger.comBlogger456125tag:blogger.com,1999:blog-2382795465939812588.post-36322072851246541012024-03-17T07:53:00.000-06:002024-03-17T07:53:23.648-06:00GRANOS DE TRIGO CON MUCHO FRUTO<p style="text-align: center;"> <a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg6i0b2hfzUJUZhQfOxiHGRQkoXH8G4qOc6oyBHDueIt1TtAcMDRU4qdgXWzWMlTIc7o-GwbzoYuLOcP-AkQcVb6eDktvEwib1obTgTE3WrsvXKk3Z2-Mo3ljLSKFK7vC_3bsHkgosXvG6tj7t30d9DbukdRQD-4-ZX4pjnkrzQYhGnuYAPpIm0iVE8Ts3D/s1024/_0b8753e5-e162-4b7d-9f29-146e684a0d50.jpeg" imageanchor="1" style="font-size: 18.6667px; margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1024" data-original-width="1024" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg6i0b2hfzUJUZhQfOxiHGRQkoXH8G4qOc6oyBHDueIt1TtAcMDRU4qdgXWzWMlTIc7o-GwbzoYuLOcP-AkQcVb6eDktvEwib1obTgTE3WrsvXKk3Z2-Mo3ljLSKFK7vC_3bsHkgosXvG6tj7t30d9DbukdRQD-4-ZX4pjnkrzQYhGnuYAPpIm0iVE8Ts3D/s320/_0b8753e5-e162-4b7d-9f29-146e684a0d50.jpeg" width="320" /></a></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;">HOMILÍA Vo. DOMINGO DE CUARESMA
CICLO B 20210321<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Quizá </span><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;">hemos hecho el experimento de poner una
semilla, en un algodón húmedo y, en unos días, vemos que de ese grano comienza
a salir un brote verde, y después una plantita que nos dará más granos. Pero
para que eso suceda, es necesario que el grano se rompa, y que deje salir la
vida que está en su interior. Jesús nos dice que él es como un grano de trigo: </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Yo les aseguro que si el grano de trigo, sembrado en la tierra, no muere,
queda infecundo; pero si muere, producirá mucho fruto. </span></i><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;">Cada domingo de Cuaresma nos
presenta un aspecto de Jesús que tenemos que hacer propio. En este domingo, Jesús,
al enfrentar la etapa final de su vida mira de frente el dolor físico y moral,
no como quien se resigna, sino como quien lo elige por amor como el camino de
Dios para vencer al mal y al pecado. Por eso hoy Jesús nos dice que él es como
un grano de trigo. Él es la semilla de la vida nueva que Dios da al mundo. El
mundo sin Jesús era como una tierra en la que no había vida. Pero Dios nos envía
la semilla de vida que es Jesús mismo. Para que pueda haber vida en la tierra
de nuestra vida es necesario que el grano que es Jesús se rompa, se abra y nos
dé la vida que está en su corazón. Como decía la segunda lectura: </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">A pesar de que era el Hijo, aprendió a obedecer padeciendo, y llegado a
su perfección, se convirtió en la causa de la salvación eterna para todos los
que lo obedecen.</span></i><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;">¿En qué consiste la vida que nos
da Jesús? la vida que nos da Jesús es la vida que nace del amor que Dios nos
tiene. Solamente donde ponemos amor hay vida y si en cualquier cosa que hagamos
no ponemos amor, todo será sin sentido. ¿Para qué trabajar si no es por amor a
la familia? La diferencia entre una casa y un hogar es que la casa está hecha de
ladrillos mientras que el hogar está hecho de corazones que se aman. El amor de
Jesús no es solo un sentimiento bonito, el amor de Jesús está hecho de
servicio. Por eso cuando Jesús habla del grano de trigo, también nos habla del
servicio. Servir es ponerse a disposición de otro, llevar a cabo lo que el otro
necesita y hacer algo concreto para el otro.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Esto fue lo que hizo Jesús, él se puso a nuestra
disposición, se hizo uno como nosotros, y está siempre a nuestra disposición,
de modo especial en los sacramentos. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;">Jesús se puso a nuestra
disposición para llevar a cabo lo que nosotros necesitábamos. Necesitábamos
amor, necesitábamos un sentido para nuestra vida, necesitábamos que el bien
fuera más fuerte que el mal, necesitábamos que la muerte no fuera la prisión
oscura en la que todos caemos sin remedio, necesitábamos que en nuestra
debilidad alguien nos diera fortaleza, necesitábamos que alguien nos enseñara
el camino de la felicidad. Por eso en el misterio de su muerte y resurrección,
encontramos el amor más grande, encontramos que el mal no vence al bien,
encontramos que nuestra vida tiene un sentido que no se acaba en la rutina de
cada día, encontramos que después de esta vida se nos abre la puerta de la
eternidad feliz con Dios y con todos los que amamos, encontramos que tenemos la
fuerza de la gracia de Dios para poder superar nuestra fragilidad y ser cada
vez mejores, encontramos que la felicidad es posible en esta tierra y en la
eternidad. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;">Finalmente, Jesús se puso a
nuestra disposición con obras concretas. Mientras vivía, Jesús acompañó a sus
palabras con obras, los milagros que hacía nos enseñaban que lo que él decía era
verdad. En la Pascua, Jesús con sus obras, dejándose llevar a la pasión y a la
muerte, nos enseñó que estaba dispuesto a amarnos hasta el final. No como en
las películas en las que los actores solo se aman hasta el final de la
película. Jesús nos amó hasta entregar totalmente su cuerpo en la cruz y su
amor haciendo que nada nos pudiera separar de él por su resurrección. Como
decía el Papa Francisco: <i>La cruz de Cristo es fecunda. La muerte de Jesús,
de hecho, es una fuente inagotable de vida nueva, porque lleva en sí la fuerza
regeneradora del amor de Dios. Inmersos en este amor por el Bautismo, los
cristianos pueden convertirse en «granos de trigo» y dar mucho fruto si, al
igual que Jesús, «pierden la propia vida» por amor a Dios y a los hermanos</i>.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">En la ya próxima Semana Santa, la Iglesia nos animará a
compartir el corazón de Jesús, preparándonos para revivir el misterio
de su crucifixión, muerte y resurrección. No seremos meros espectadores, sino
protagonistas junto a él, pues donde esté Cristo, allí deben encontrarse
también sus discípulos, llamados a seguirlo en su entrega, para así ser
partícipes de su victoria. En este domingo, dejemos que nuestro corazón quiera
ver a Jesús, para ser como él un grano de trigo que está puesto al servicio de
los demás. Si queremos ser felices, nunca será guardándonos. Siempre, como
Jesús, será dándonos. Así el amor de Jesús en nosotros, también será el amor de
Jesús para los demás.</span></p><p></p>Cipriano Sanchezhttp://www.blogger.com/profile/04167618951501997169noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2382795465939812588.post-83073042257300761092024-03-09T20:46:00.000-06:002024-03-09T20:46:21.883-06:00TANTO AMO DIOS AL MUNDO...<p style="text-align: center;"> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjrUwfiBetnMbeHiPBZKakPI76_IAi4sVr15O0e2OCSgMQRqlCX8uSNn5bpNLqk1HhAJ3o4XfOwOKOMgcEzmJtUOLyunnIxSIGwG4jtggSeSUR0CQzPpt1bfquZj5zGz93rLBNOH6zQKH8_gwBwDrDx-cHeQYaaZPaFVgBKTPpIaBsLINwW8o8I69UJeo9a" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="1024" data-original-width="1024" height="298" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjrUwfiBetnMbeHiPBZKakPI76_IAi4sVr15O0e2OCSgMQRqlCX8uSNn5bpNLqk1HhAJ3o4XfOwOKOMgcEzmJtUOLyunnIxSIGwG4jtggSeSUR0CQzPpt1bfquZj5zGz93rLBNOH6zQKH8_gwBwDrDx-cHeQYaaZPaFVgBKTPpIaBsLINwW8o8I69UJeo9a=w298-h298" width="298" /></a></div><br /><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-left: 36pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">HOMILIA IV DOMINGO DE
CUARESMA CICLO B 20210314<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpFirst" style="line-height: 150%; margin-left: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="line-height: 150%; margin-left: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;">Con mucha frecuencia en las grandes historias todo
comienza mal: Blancanieves come una manzana, la cenicienta se queda sin baile,
la bella durmiente se pica con la rueca de tejer. Este cuarto domingo de
cuaresma nos enseña que, aunque las cosas no estén bien, Dios va encaminando
todo hacia lo bueno. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="line-height: 150%; margin-left: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;">La situación de destrucción del pueblo de Israel de la
primera lectura la podemos ver nuestro mundo, con tantas guerras e injusticias.
También lo podemos ver en nosotros, al constatar que, a pesar de que queremos
hacer las cosas bien, tenemos errores y pecados. Por eso Jesús recuerda en el
evangelio el episodio del éxodo en el que el pueblo es atacado por serpientes:
también nosotros a veces sentimos que nuestro corazón se envenena, como si le
hubiese picado una serpiente. Sentimos la envidia que nos pica y envenena, y
nos hace buscar el mal de alguien, sentimos que la avaricia nos contamina, y
nos hace que se rompan las familias, o nos pica la soberbia y pisoteamos a los
demás. Entonces nos pasa lo que dice Jesús: preferimos las tinieblas a la luz,
porque nuestras obras son malas y no queremos que se descubran. <i>A veces el
hombre ama más las tinieblas que la luz, porque está apegado a sus pecados. Sin
embargo, la verdadera paz y la verdadera alegría sólo se encuentran abriéndose
a la luz y confesando con sinceridad las propias culpas a Dios. <o:p></o:p></i></span></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="line-height: 150%; margin-left: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;">Sin embargo, lo malo no es lo definitivo. El gran mensaje
de cada cuaresma es que, aunque parezca que lo malo es muy fuerte, el bien
siempre vence y podemos ir hacia delante en el camino del bien. La razón de esto
nos la da San Pablo: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La misericordia y el
amor de Dios son muy grandes; porque nosotros estábamos muertos por nuestros
pecados, y él nos dio la vida con Cristo y en Cristo. Por pura generosidad
suya, hemos sido salvados. <o:p></o:p></i></span></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="line-height: 150%; margin-left: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;">Para llevar esto a cabo Jesús afirma tres cosas: primero
que él va a ser levantado (levantado en la cruz y levantado en la resurrección)
para que lo malo no sea más fuerte que nosotros; segundo, que, aunque tengamos
el corazón oscuro, él siempre nos ofrece su amor, y tercero que él ha venido a
nosotros no para señalar lo malo, sino para sacar lo bueno que hay en nosotros
y así darnos la felicidad eterna. Por eso la cuaresma es el tiempo en que Jesús
viene a buscar todo lo bueno que tenemos en nuestro corazón.<span style="background: yellow; mso-highlight: yellow;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="line-height: 150%; margin-left: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;">En Cuaresma Dios toma la iniciativa para hacernos volver
al bien, que es lo que de verdad nos va a hacer felices y para ello pone en
nuestra vida personas o circunstancias que nos permiten volver a empezar. En el
caso del destierro de los judíos, Dios se sirvió del rey Ciro para que los
judíos pudieran regresar a su tierra, en nuestro caso, Dios nos envió a Jesús:
Dios amó tanto al mundo que nos entregó a su hijo. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="line-height: 150%; margin-left: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;">Para entender la importancia de esto, podemos pensar que lo
que nosotros hacemos cuando queremos dejarle a alguien algo o alguien muy
valioso para nosotros: ¿A quién le dejarían ustedes a sus hijos? ¿Al primero
que pasa por la calle? ¿Verdad que no? Se lo dejan a alguien en quien pueden
confiar y que es digno del amor que ustedes les tienen a sus hijos. Dios nos
entregó a su hijo por amor. Solamente que, en el caso de Dios, él no nos
entregó a su hijo porque fuéramos buenos, sino porque puso el amor que nos
tiene por delante del amor a su hijo. Ciertamente que no siempre somos como
deberíamos ser, pero Dios es siempre como debe ser y por eso siempre nos da su
amor. Así de grande es el amor que nos tiene. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="line-height: 150%; margin-left: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;">Jesús habla de una serpiente que es levantada en el
desierto refiriéndose al episodio en que los israelitas, para curarse de las
mordeduras de unas serpientes venenosas, tenían que mirar la serpiente de
bronce que Moisés había levantado en un palo. Esto es un símbolo de Jesús.
También él ha sido levantado, en la cruz, para que todo lo que es malo de
nuestro corazón pueda desaparecer. En cada misa, después de que el sacerdote
consagra el pan y el vino, ha dicho las palabras de Jesús en la última cena, el
sacerdote levanta el cuerpo y la sangre del Señor, para que volvamos la mirada
hacia él, para que sepamos que en ese momento dándonos todo el amor que le
llevó a la cruz por nosotros. Y antes de comulgar, el sacerdote levanta el
cuerpo de Jesús, como el cordero de Dios que quita el pecado y que nos hace
felices porque hemos sido llamados a estar cerca de él.<span style="background: yellow; mso-highlight: yellow;"><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpLast" style="line-height: 150%; margin-left: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;">Cada domingo de cuaresma nos prepara para entender lo que
significa la pascua, es decir, Jesucristo que padece, muere y resucita. Este
domingo nos invita a mirar quién es Jesús para nosotros y quienes somos
nosotros para Jesus. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Volvamos a mirar a
Jesús y a poner en sus manos lo que no está bien en nuestra vida, con la
seguridad de que su amor está presente en nosotros, para que lo que haya de
oscuro en nuestro corazón nunca nos impida buscar su amor y encontrarlo como el
que quita nuestros males y nos da la certeza de ser felices, de pensar lo que
es digno y grato a sus ojos y amarle con sincero corazón.<o:p></o:p></span></p>Cipriano Sanchezhttp://www.blogger.com/profile/04167618951501997169noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2382795465939812588.post-44841358134409527102024-03-02T14:18:00.000-06:002024-03-02T14:18:13.419-06:00LIMPIAR, CUIDAR Y CONSTRUIR TEMPLOS<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiA8SQr8AUKr-Noa5HIQE5fwupue8YYVTgaPG-tk_xb8cv_QQ0kNLwoKHnCvPHsPzukB24AbseELXATiCJeOnBkbgy0xIS2MVhyjMnTOBXbsZ3qHv70eg34SbwKaoINtdYeILFk5WlSVLxzcPdyrC7TrOiwRwzzNw5vYs_toXREix66kqkiR4jMGQVJG5k7/s1024/_3037371a-d11a-40e2-a898-f926ce993f0c.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1024" data-original-width="1024" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiA8SQr8AUKr-Noa5HIQE5fwupue8YYVTgaPG-tk_xb8cv_QQ0kNLwoKHnCvPHsPzukB24AbseELXATiCJeOnBkbgy0xIS2MVhyjMnTOBXbsZ3qHv70eg34SbwKaoINtdYeILFk5WlSVLxzcPdyrC7TrOiwRwzzNw5vYs_toXREix66kqkiR4jMGQVJG5k7/s320/_3037371a-d11a-40e2-a898-f926ce993f0c.jpeg" width="320" /></a></div><br /><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: center;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-size: 11.0pt;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: center;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">HOMILÍA
III DOMINGO DE CUARESMA CICLO B 20210306<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Llegamos
al tercer domingo de cuaresma, que nos presenta una escena que es inusual en
Jesús que siempre se presenta como alguien humilde. Jesus, al expulsar a los
mercaderes del templo nos hace ver que no debemos manipular las cosas de Dios
para nuestra conveniencia. En el templo de Jerusalén, las autoridades
religiosas, impulsadas por la avaricia, obligaban a la gente a comprarles los
animales para el sacrificio, y es por eso que Jesús denuncia que han convertido
la casa de su Padre en un mercado. Esto nos puede pasar a los seres humanos que
hacemos de las cosas buenas, oportunidades para hacer cosas malas: usamos
nuestra inteligencia para pensar cómo hacer el mal, cuando Dios nos la dio para
buscar la verdad y el bien; usamos los descubrimientos de la ciencia para la
guerra, en vez de usarlos para combatir el hambre o las enfermedades, como
decía Juan Pablo II: <i>Cristo alza su voz también contra los «vendedores del
templo» de nuestra época, es decir, contra cuantos convierten el mercado en su
«religión» hasta ofender, en nombre del «dios-poder y del dios-dinero», la
dignidad de la persona humana con abusos de todo tipo. Pensemos, por ejemplo,
en la falta de respeto a la vida, ..; pensemos en la contaminación ecológica,
la comercialización del sexo, el tráfico de drogas y la explotación de los
pobres y los niños.</i><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">También
podemos usar la religión para nuestra soberbia, cuando nos creemos mejores que
los demás, o somos intransigentes con los demás. Por eso el evangelio de hoy
termina diciendo que Jesús, conoce muy bien el corazón de los seres humanos y
sabe que tenemos la posibilidad de hacer el bien o el mal. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Para
evitar el mal tenemos los mandamientos de la ley que son marco de referencia de
lo que está bien o de lo que está mal. Pero también somos conscientes de que el
hecho de saber lo que está bien o lo que está mal no nos soluciona el problema
de ser más fuertes que el mal. Es como el niño que sabe que no debe comer mucho
dulce y a pesar de ello se llena pasteles y luego le duele la panza. O como el
adulto que sabe que debe apartarse de ciertos ambientes y personas, y a pesar
de eso pone en riesgo su familia, su trabajo, o su salud. Está claro que hace
falta algo más. Lo único que nos puede dar la fuerza para ser más fuertes que
nuestra fragilidad, es el amor de Dios que se manifiesta en Jesús. Es la
certeza de que nuestras miserias pueden ser eliminadas por Jesús, por su perdón
y su gracia.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><a name="_Hlk160267629"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Por eso podríamos hacernos dos preguntas; la primera es: ¿qué
es lo que tiene que limpiar Jesús en nuestros corazones como lo hizo en el
templo? Como decía el papa Francisco:</span><span lang="ES"> </span></a><span style="mso-bookmark: _Hlk160267629;"><i><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">¿se siente el
Señor verdaderamente como en su casa en mi vida? ¿Le permitimos que haga
«limpieza» en nuestro corazón y expulse a los ídolos, es decir, las actitudes
de codicia, celos, mundanidad, envidia, odio, la costumbre de murmurar y
«despellejar» a los demás? Jesús hará limpieza con ternura, con misericordia,
con amor. La misericordia es su modo de hacer limpieza.</span></i></span><span style="mso-bookmark: _Hlk160267629;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-size: 11.0pt;"> Hemos de
pedir a Jesús: ven al templo de mi vida y ayúdame a quitar todo lo que no debe
estar, por mi soberbia, mi pereza, mi avaricia, todo lo que impide que mi
corazón esté lleno de cosas buenas.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk160267629;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Y lo segundo es preguntarnos, ¿qué es lo que Jesús tiene
que reconstruir en nuestro corazón? Todos tenemos deseos de ser buenos, de
hacer las cosas bien para construir el templo de nuestro corazón, de nuestra
vida mejor. Esto se construye apoyados, como dice Jesús en el evangelio, en en
su pasión, muerte y resurrección ´por eso Jesus habla de tres días-, en su amor
total por cada uno de nosotros. En esta cuaresma analicemos junto a Jesús lo
que tenemos que quitar y lo que tenemos que construir en nuestro templo.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk160267629;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Una cosa más.
Hay otro templo que tenemos que cuidar. Ese templo que son nuestros hermanos
que nos rodean. Hay que cuidar el templo que son las mujeres y las niñas,
tantas veces son despreciadas, ninguneadas o maltratadas. Cuidar el templo de
los ancianos que a veces despreciamos porque parece que no son útiles. Cuidar
el templo de la familia que se llena de vendedores de egoísmo, y que necesita
construirse todos los días con generosidad. Como Jesús se preocupa porque la
casa de su Padre esté bien y la construye con su amor, nosotros tenemos que
preocuparnos por las casas de Dios que están cerca de nosotros: el corazón de
nuestros hijos para construirlos con las mejores virtudes; la casa de Dios que
es nuestro esposo o esposa y construirla con respeto, amor y fidelidad. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk160267629;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">En esta cuaresma, dejemos que Jesús nos enseñe a cuidar
lo más valioso que ha puesto en nuestras vidas: su amor por cada uno de
nosotros. "Un amor que se hace presente especialmente en cada eucaristía,
donde él viene a nuestro corazón para que seamos su templo, eliminando lo que
nos hace indignos y construyendo lo que nos hace mejores hijos de Dios y
hermanos de los demás. </span></span><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-size: 11.0pt;"><o:p></o:p></span></p>Cipriano Sanchezhttp://www.blogger.com/profile/04167618951501997169noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2382795465939812588.post-58745613878562236922024-02-24T19:24:00.002-06:002024-02-24T19:24:49.220-06:00TRANSFIGURADOS POR AMOR<p style="text-align: justify;"> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiOuP4X2x32J-xN7YbD-fjDBtG4-HN8R2se0rgcqTrvpoy9etlhCW_R-PeTAd9kfdnB65TupWw8zkhA23uxNKtKwdEDCpuTGwm3eNXRO4aZC3Z3jeD5HKuVF3XJhm6-dT2HU97jYh94rh0TDMImYLINed614lXwyz6YbtSKtjB3WQo7Lu6Xxc7g8792gQzF/s1024/_2842bb77-0967-4fcb-9a72-9696a4409f1b.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="797" data-original-width="1024" height="249" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiOuP4X2x32J-xN7YbD-fjDBtG4-HN8R2se0rgcqTrvpoy9etlhCW_R-PeTAd9kfdnB65TupWw8zkhA23uxNKtKwdEDCpuTGwm3eNXRO4aZC3Z3jeD5HKuVF3XJhm6-dT2HU97jYh94rh0TDMImYLINed614lXwyz6YbtSKtjB3WQo7Lu6Xxc7g8792gQzF/s320/_2842bb77-0967-4fcb-9a72-9696a4409f1b.jpg" width="320" /></a></div><br /><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;">CUARESMA II B 20240225<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;">Todos hemos visto como una oruga
bonita se queda quieta, y comienza a ponerse de color muy feo y se queda
colgada de un rincón, sin belleza. Sin embargo, si esperamos unos días, veremos
cómo de esa cosa fea sale una mariposa llena de color. Así son muchas cosas de
la vida. Pero lo que se ve muy fácil en la mariposa, no es tan sencillo cuando
lo estamos pasando mal. Todos en la vida tenemos momentos difíciles, por
enfermedad o por algo malo. Son situaciones que tapan todo lo que pueda haber
de bueno. En este domingo se nos invita a no desanimarnos cuando tengamos que
enfrentar las cosas que nos cuestan para ser mejores en la vida. En especial cuando
sintamos que lo que nos daba seguridad puede llegar a desaparecer. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;">Lo que nos narra la lectura de Abraham
es la historia de muchos seres humanos. Muchas veces tenemos la experiencia de que
en la vida perdemos lo que amamos, lo que da sentido a nuestra vida. Es un
sentimiento de un profundo dolor y oscuridad. En el caso de Abraham, Dios le
había prometido un hijo y ahora resulta que ese hijo tiene que morir. Aunque
eso le podría quitar a Abraham toda la confianza en Dios, la confianza en el
futuro, la confianza en sí mismo, sin embargo, Abraham obedece y descubre que
Dios nunca abandona a quien, aunque sea con dificultades, pone su confianza en
Él. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;">¿Por qué tenemos que tener la
seguridad de Dios va a estar siempre cerca y que, de modos que ni siquiera
podemos prever, Dios nos va a sacar de las dificultades? Porque Dios nos ha
dado a su mismo hijo, como dice San Pablo: Dios está dispuesto a darnos todo en
su hijo amado. Así decía Juan Pablo II: </span><em><span style="background: white; border: none windowtext 1.0pt; color: black; font-family: "Book Antiqua",serif; font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-border-alt: none windowtext 0cm; padding: 0cm;">Cristo es el
Hijo amado del Padre</span></em><i><span style="background: white; color: black; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">, la palabra "amado" … nos da a
conocer el amor infinito del Padre al Hijo y, al mismo tiempo, nos revela su
"pasión" por el hombre, por cuya salvación no duda en entregar a este
Hijo tan amado. Todo ser humano puede saber ya que en Jesús, es objeto de un
amor ilimitado por parte del Padre celestial.</span></i><i><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;"><o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;">Dicho de otro modo, en todo
momento podremos tener la certeza de que el amor de Cristo estará siempre a
nuestro lado, porque Dios nos ha dado a su hijo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;">Jesús es quien puede sostenernos
en medio de nuestros miedos, de nuestras dudas. La Transfiguración es el momento
en el que Jesús permite a los apóstoles verle como lo que es de verdad: el Hijo
de Dios glorioso, y el Hijo de Dios amado. Jesús quiere que sus discípulos no
se olviden de quién es cuando lo tengan que ver derrotado en la pasión, lleno
de sufrimientos, despreciado por todos, colgado de la cruz. Cuando parezca que
nada tiene remedio. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;">Jesús les dice que no cuenten
nada hasta que él haya resucitado de entre los muertos. Los discípulos que no
saben lo que va a pasar y se preguntan: ¿qué quiere decir eso de resucitar de
entre los muertos? Nosotros sí sabemos lo que quiere decir. Resucitar de entre
los muertos quiere decir que antes ha tenido que sufrir y morir, pero también
que todo eso tan malo no es lo definitivo: que lo definitivo es Jesús glorioso
lleno de luz y la presencia del amor de Dios por nosotros. Lo definitivo es que
pase lo que pase, él va a resucitar y vencer el mal. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;">¿Cuáles son los momentos
difíciles que están pasando en nuestra vida? ¿Cuáles son las montañas que
tenemos que subir con mucha fatiga?, ¿cuáles son los momentos de pasión y de
sufrimiento que en este momento piden que volvamos los ojos a Jesús para
descubrir la presencia del amor de Dios? Jesús con su transfiguración nos da la
seguridad de que el amor de Dios está presente pase lo que pase, por eso es tan
valioso lo que hemos repetido en el salmo: <i>siempre confiaré en el Señor</i>.
Como dice el mismo salmo: aun abrumado de desgracias, Dios siempre nos saca
adelante con la certeza de que lo que es feo como una crisálida de oruga se va
a transformar en una bella mariposa. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;">Quizá algunos de ustedes han
leído “la bruja, el armario y el ropero” de las Crónicas de Narnia, libro para
niños y para no tan niños. En ella un león, Aslan, es la figura de Jesús. En esta
obra, el león es hecho prisionero y es sacrificado. Pero al amanecer, sus
amigos lo vuelven a encontrar vivo. Cuando le preguntan qué ha pasado, Aslan
les dice que a veces el mal piensa que tiene el poder sobre la gente buena,
pero que </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">cuando una víctima voluntaria, que no ha cometido
traición, es ejecutada en lugar de un traidor, la Mesa se quiebra y la Muerte
misma comienza a trabajar hacia atrás.</span></i><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%;"> La transfiguración no es un truco de magia, es la manifestación
de Jesús como el Hijo Amado, que nos muestra un amor más fuerte que nuestros
problemas. La transfiguración de Jesús es el cambio de lo que es malo en bueno
por la fuerza de su amor por nosotros. También en cada misa se produce una
transfiguración: la de un poco de pan y de vino, en el cuerpo y la sangre del
Hijo Amado del Padre, que está ahí para estar en nosotros. Cuando lo recibamos en
nuestro corazón digamos llenos de confianza: SIEMPRE CONFIARE EN TI SEÑOR,
PORQUE ESTOY SEGURO DE CUANTO ME AMAS.<span style="background: white; color: black;"> </span><o:p></o:p></span></p>Cipriano Sanchezhttp://www.blogger.com/profile/04167618951501997169noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2382795465939812588.post-63967631257777634462024-02-17T13:58:00.002-06:002024-02-17T19:49:14.667-06:00UN TIEMPO PARA SER MEJORES<p style="text-align: justify;"> <a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhRSXpfE6e1caOuFOm2Xou4b64MbAAcaI7MwltylGGnNim8Wklyrb01F0Vmc6lHe2hwuyIWU5PHl04dk7dQQIwGwtzI8Afjn-3l9cd3Gsq5M03fk2zZ7ImBNMGlruZSmw8LnnyvrU7WwpC0xsfe1U0aKloaY_SKakH21eVO98mGNf791c-ZogGMgjKxGUu7/s500/imagenes-de-jesus-orando-para-facebook.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" data-original-height="318" data-original-width="500" height="204" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhRSXpfE6e1caOuFOm2Xou4b64MbAAcaI7MwltylGGnNim8Wklyrb01F0Vmc6lHe2hwuyIWU5PHl04dk7dQQIwGwtzI8Afjn-3l9cd3Gsq5M03fk2zZ7ImBNMGlruZSmw8LnnyvrU7WwpC0xsfe1U0aKloaY_SKakH21eVO98mGNf791c-ZogGMgjKxGUu7/s320/imagenes-de-jesus-orando-para-facebook.jpg" width="320" /></a></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="line-height: 150%;">Homilía primer domingo de cuaresma 20240218</span> </p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">En esta Cuaresma Jesús nos llama a la conversión, es decir a
vivir de un modo mejor. La conversión, no es un acto negativo para ver lo que no
está bien en nosotros, sino un acto positivo para ser mejores. Como dice el
Papa Francisco:<i> Cuaresma es tiempo de conversión, tiempo de libertad. Jesús
mismo, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>fue conducido por el Espíritu al
desierto para ser probado en su libertad. El desierto es el espacio en el que
nuestra libertad puede madurar en una decisión personal de no volver a caer en
la esclavitud. </i>Esto requiere, como dice el evangelio saber tres cosas: que hay
que aprovechar este tiempo, que el reino de Dios está cerca y que tenemos que
tener fe en una buena noticia. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">En la vida es necesario saber cuándo es el momento para hacer
algo. Si alguien con 40 años no ha encontrado el momento de ser independiente
de su familia de origen, algo no está bien. O si una pareja después de 20 años
de noviazgo no sabe si deben casarse, algo no va bien. Jesús nos dice que ya ha
llegado el tiempo. Ese tiempo es la cuaresma, el momento del año en el que nos
tenemos que poner a trabajar en ser mejores personas, en descubrir lo que
Cristo ha hecho por nosotros, en tener la certeza del amor de Cristo por cada
uno. No es que el resto del año no sea importante. Pero se acerca la Pascua, el
recuerdo de la muerte y la resurrección de Cristo por nosotros, el tiempo en
que Él nos enseñó un modo nuevo de ser personas con una fe que empuja a amar de
verdad, porque nuestro corazón está lleno de esperanza. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">El fruto de este tiempo es la cercanía del reino de Dios. El
reino de Dios es la presencia en nuestras vidas de todo lo que nos permite
desarrollarnos hacia lo mejor de cada uno. El reino hace que nuestro amor no
sea egoísmo, que nuestra inteligencia busque la verdad, que nuestras decisiones
se orienten hacia el bien, que en lo que vivamos, sean cosas positivas o
negativas, descubramos una esperanza que nos permite ir más allá de las cosas.
Como cuando estamos a la orilla del mar y vemos la arena, las olas, el cielo,
el sol. Nuestros ojos no ven solo unos elementos físicos, nuestros ojos descubren
en todo eso la belleza. La maravilla del reino de Dios es ser capaces de
encontrar un sentido a todas las cosas, un sentido que da plenitud a cada
momento que vivimos. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">La consecuencia es que abramos nuestra vida a una buena
noticia, eso significa “evangelio”, y que pongamos nuestra fe en esa buena
noticia. ¿Cuál es la buena noticia? La noticia buena es, como nos dice San
Pedro, que Cristo murió, por nuestros pecados, para llevarnos a Dios, aunque no
siempre hemos sido buenos, y que resucitó glorificado. Esto es una buena
noticia para nosotros porque como el mismo San Pedro nos dice: <i>Aquella agua
(se refiere al diluvio) era figura del bautismo, que ahora los salva a ustedes
y que no consiste en quitar la inmundicia corporal, sino en el compromiso de
vivir con una buena conciencia ante Dios, por la resurrección de Cristo Jesús</i>.
Es decir, todos hemos sido salvados, ¿salvados de qué? De lo que nos hace vivir
sin esperanza, de lo que nos hace sentirnos mal y sentirnos malos. De eso hemos
sido salvados para vivir con una conciencia buena, que busca siempre hacer el
bien y evitar el mal, que nos enseña el bien, lo hermoso, lo que vale, porque
está iluminada por la resurrección de Cristo, la victoria de Dios sobre el mal.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Descubrir que tenemos este tiempo como oportunidad para ser
mejores, de que el reino de Dios está cerca de nuestras vidas y de que es importante
creer en el evangelio, requiere esfuerzo y ser más fuertes que nuestras tentaciones
de pereza, de egoísmo, de desesperanza. Jesús nos acompaña en nuestras
tentaciones para que seamos más fuertes: <i>Jesús permaneció cuarenta días en
el desierto y fue tentado por Satanás</i>. Satanás es el ángel rebelde que, lleno
de soberbia, se apartó de Dios y quiere que nos apartemos de Dios. Pero junto a
Dios es donde encontramos la paz, la esperanza, la felicidad y el amor. Como
dice el Papa Benedicto: <i>(Jesús desciende) a los peligros que amenazan al
hombre, porque sólo así se puede levantar al hombre que ha caído. Jesús tiene
que entrar en el drama de la existencia humana, para encontrar así a «la oveja
descarriada», cargarla sobre sus hombros y devolverla al redil</i>.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Como una señal de que Dios está cerca, Dios dice a Noé: <i>Pondré
mi arco iris en el cielo como señal de mi alianza con la tierra, y cuando yo
cubra de nubes la tierra, aparecerá el arco iris y me acordaré de mi alianza
con ustedes y con todo ser viviente.</i> La señal que Dios nos da de su amor en
Jesús, es la cruz de Jesús. La cruz es la certeza de que Dios siempre nos ama,
de que no hay ninguna cosa que él no esté dispuesto a hacer para mostrarnos su
amor. Esa señal la vivimos en cada eucaristía, donde Jesús hace presente el
amor que nos entregó en la cruz y en la resurrección. Que esta cuaresma sea el
tiempo en que nos convertimos, es decir hacemos que el bien, el reino, esté más
presente en nuestra vida y que llevemos la buena noticia del amor de Dios a
todos los que lo necesiten con nuestras palabras y nuestras buenas obras.</span></p><p></p>Cipriano Sanchezhttp://www.blogger.com/profile/04167618951501997169noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2382795465939812588.post-47437218402384500052024-02-10T10:50:00.002-06:002024-02-10T10:50:55.034-06:00DE MONSTRUOS A HERMANOS: TOCADOS POR JESÚS<p style="text-align: center;"> <a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiQzdw4s_Sg835bc9UxFnJK-eKeDO8Lg6xabrMuTV6dhYQLwyV1T6k15gjsBwHT9EokEIXChNPcfBLOWKOlVT34DqI6_nx9hPrDv_8tHmVTzAAALnhDqIkACnwQPqSReCdIAMk84CbiDzy-F0Mi2G3mZYEArPRdiYbljalExSj6SSm0jssFU4zF9rlUom5t/s1600/image.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1264" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiQzdw4s_Sg835bc9UxFnJK-eKeDO8Lg6xabrMuTV6dhYQLwyV1T6k15gjsBwHT9EokEIXChNPcfBLOWKOlVT34DqI6_nx9hPrDv_8tHmVTzAAALnhDqIkACnwQPqSReCdIAMk84CbiDzy-F0Mi2G3mZYEArPRdiYbljalExSj6SSm0jssFU4zF9rlUom5t/s320/image.jpg" width="253" /></a></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br /></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">HOMILIA 6° DOMINGO ORDINARIO CICLO B </p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">20240211</p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">¿Recuerdan cuando se encuentran Esmeralda y Quasimodo, la
criatura jorobada, en la película del Jorobado de Notre Dame? él defiende al
malv<o:p></o:p>ado Frollo: <i>"¡Él me salvó la vida! Me acogió cuando nadie más lo haría.
Soy un monstruo, ¿sabes?"</i>, Esmeralda le pregunta: <i>"¿Frollo te dijo
eso?"</i>, Quasimodo asintió. <i>"Mírame..."</i>, Esmeralda le dice
"<i>Dame tu mano, Déjame ver...",</i> ella examina su mano. <i>"Hmm, una
línea de larga vida... Oh, y esta significa que eres tímido. Mmm... Pero hay
algo raro..."</i>, dice Esmeralda. Quasimodo le dice: <i>"¿Qué?"</i>. Con
una sonrisa, Esmeralda responde: <i>"No veo ninguna... línea de monstruo. Ni
una sola. Ahora mírame: ¿Crees que soy malvada?"</i>. Quasimodo exclama:<i>
"¡No! Eres amable y buena, y.…"</i> Esmeralda lo interrumpe: <i>"Y una
gitana. Y tal vez Frollo se equivoque sobre los dos..</i>.".</p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">En el evangelio de hoy sucede una escena semejante, cuando
Jesús cura al leproso. Los leprosos en la antigüedad eran personas como
monstruos. <span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Hoy la lepra es una
enfermedad que con un tratamiento adecuado puede curarse. En tiempos de Jesús <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la lepra llevaba consigo la expulsión de la
persona de la convivencia con los demás y de la cercanía a Dios. La ley de Moisés
era inflexible: <i>traerá la ropa descosida, la cabeza descubierta, se cubrirá
la boca e irá gritando: '¡Estoy contaminado! ¡Soy impuro!' Mientras le dure la
lepra, seguirá impuro y vivirá solo, fuera del campamento.</i> Podemos
imaginarnos lo que significa para una persona, el no encontrar puerta abierta
ni la puerta de los hombres, ni la puerta de Dios. Si alguno de nosotros se ha
sentido así, con todas las puertas cerradas, podrá entender al leproso. </span><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="line-height: 150%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Pero Jesús permite que el leproso se le acerque y le
hable. En tiempo de Jesús, cuando un leproso se acercaba a los sanos , le
tiraban piedras para que se alejase. ¿</span><span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Es esta nuestra respuesta cuando alguien se nos
acerca? No sé... </span><span lang="ES" style="line-height: 150%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Pero Jesús no. El, seamos como seamos, nos
permite acercarnos, sin los disfraces del orgullo y de la autosuficiencia, para
que le abramos nuestro corazón, y le digamos: </span><span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">"Si tú quieres, puedes curarme”. Cuando nos damos
cuenta de que solos no podemos con un problema, o con la situación de un hijo,
o de mi cónyuge… Cuando hemos intentado ser mejores y no lo logramos. Al final
siempre nos queda Jesús para acercarnos y pedirle: Si tú quieres puedes
curarme. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Ante
el leproso Jesús solo tiene una respuesta: </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-family: TimesNewRomanPSMT; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Jesús se compadeció de él, y extendiendo la mano, lo tocó y
le dijo: "¡Sí quiero: ¡Sana!"</span></i><span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-family: TimesNewRomanPSMT; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">. Jesús primero
se compadece, luego lo toca y luego le habla. Primero se hace cercano con su
corazón, luego con su presencia y al final con su palabra. Así nos trata Dios, como
una mamá a su hijo, lo acaricia con su corazón, con su mano y con su palabra. Cuando
nos acercamos a Dios, Él nos toca con su amor, con su misericordia. En estos
días en que celebramos el amor y la amistad, debemos darnos cuenta de que el
primero que nos ama y el primer amigo es Dios. El corazón de Dios es el primer
corazón que nos ama, incluso antes de que nuestra mamá sepa que existimos. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-family: TimesNewRomanPSMT; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Luego Jesús toca al leproso, aunque
estaba prohibido. Todos hemos sentido la necesidad de que alguien nos toque,
nos abrace, nos acaricie. Jesús quiere estar tan cerca como para tocarnos.
Jesús nos toca en los sacramentos: cuando en la eucaristía se hace una sola
cosa con nuestra alma, o cuando en la confesión saca de nuestra alma lo que nos
separaba de él y nos hace sus amigos. Jesús me toca para que yo experimente que
lo que me angustia, no es más fuerte que el amor que él me tiene. Tocarme es
decirme: mi amor es más fuerte que tu debilidad. Como decía el Papa Francisco: <i>La
misericordia de Dios supera toda barrera y la mano de Jesús tocó al leproso. Él
no toma distancia de seguridad y se expone directamente al contagio de nuestro
mal; así nuestro mal se convierte en el lugar del contacto: Él, Jesús, toma de
nosotros nuestra humanidad enferma y nosotros de Él su humanidad sana y capaz
de sanar. Cada vez que recibimos con fe un Sacramento: el Señor Jesús nos
«toca» y nos dona su gracia.</i> Cuando Jesús toca al leproso, que se sentía lo
peor de lo peor, le está diciendo: mi amor por ti es más fuerte que tu debilidad.
Apóyate en mí.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-family: TimesNewRomanPSMT; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Finalmente, Jesús habla al leproso y le
dice: <i>Quiero, queda limpio</i> ¿Qué
significa estar limpio? Estar limpio para el leproso era poder ser persona
completa, en su relación con Dios y con los demás, una persona completa, más
fuerte que los defectos y con toda la riqueza de sus cualidades. Estar limpio
es tener la seguridad de que puedo estar cerca de Dios y puedo estar cerca de
los demás. ¿Qué significa para nosotros estar limpios? Quiza puede significar
ser capaces de vivir coherentemente nuestra condición de hijos de Dios y de
hermanos de los demás, o cumplir los mandamientos centrales de la ley: amarás a
Dios con todo tu corazón y al prójimo como a ti mismo. Y si de nuevo un día
vemos que nuestro corazón se ha vuelto a enfermar, siempre podremos acercarnos
a Jesús, que nos mirará con misericordia, nos tocará y nos dirá con cariño: Hoy
estás limpios para empezar de nuevo. <o:p></o:p></span></p>Cipriano Sanchezhttp://www.blogger.com/profile/04167618951501997169noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2382795465939812588.post-66324187971830417242024-02-02T18:30:00.009-06:002024-02-04T12:42:09.411-06:00 UN PRINCIPE CON MUCHAS GOLONDRINAS: SANADOS PARA SANAR<p> </p><p class="MsoNormal"><span style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEivqEh4JKPKbCRQFQ4W7M9sIvOtvZJTk5uXCfreH8GS8uppvcu5UKnyrb8PLs0ncgOrs6hn5ZPBltGyFz8acJ_a05pdGjBzX7cdfshF0OLnGpVvC1o-GMKzhSntBJCj4CSGH29A7W5niBf-FWmOdGAD9MNwKzKo1dkDimO9_q1970vlO1UKiFqETi89xn--" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="631" data-original-width="777" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEivqEh4JKPKbCRQFQ4W7M9sIvOtvZJTk5uXCfreH8GS8uppvcu5UKnyrb8PLs0ncgOrs6hn5ZPBltGyFz8acJ_a05pdGjBzX7cdfshF0OLnGpVvC1o-GMKzhSntBJCj4CSGH29A7W5niBf-FWmOdGAD9MNwKzKo1dkDimO9_q1970vlO1UKiFqETi89xn--" width="296" /></a></div><br /><br /><p></p><p class="MsoNormal"></p><p class="MsoNormal" style="margin-top: 0cm; text-align: center;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">HOMILÍA 5º DOMINGO DEL TIEMPO
ORDINARIO B 20240204<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">En una ciudad, había una estatua de
un príncipe dorado con ojos de zafiro y una espada con un rubí. Una noche, una
golondrina se posó en la estatua, y el príncipe le ofreció un lugar para descansar.
La golondrina le contó al príncipe sobre la pobreza y el sufrimiento de la
ciudad. Conmovido, el príncipe decidió ayudar a los necesitados. Con la
golondrina como mensajera, regaló sus ojos de zafiro a una costurera que tenía
un hijo enfermo y el rubí de su espada a un estudiante sin comida. Al no
emigrar por ayudar a los necesitados, la golondrina murió de frío. El príncipe,
que había perdido su belleza, fue fundido, pero su corazón no se pudo derretir.
Dios, lleno de compasión, llevó al cielo el corazón del príncipe y el cuerpo de
la golondrina, y les regaló la felicidad por sus corazones generosos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Esta historia nos recuerda que hay
muchos corazones humanos con angustias por los dolores físicos o morales. Como
dicen las palabras de Job: "Al acostarme, pienso: '¿Cuándo será de día?'
La noche se alarga y me canso de dar vueltas hasta que amanece. Mis días corren
más aprisa que una lanzadera y se consumen sin esperanza". Todos tenemos
la experiencia del sufrimiento físico o moral como cuando tenemos que decir
adiós a alguien querido debido a una enfermedad o alguien se aleja de nuestra
vida por un problema o malentendido. ¿Habrá alguien que pueda sostenernos? ¿Hay
alguien que pueda estar a nuestro lado?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Como en la historia del príncipe y la
golondrina, hoy en el Evangelio nos encontramos con alguien que sabe que
estamos en problemas y que ha decidido entregarse por nosotros. Ese es Jesús. <i>Por
Cristo y en Cristo se ilumina el enigma del dolor y de la muerte, que fuera del
Evangelio nos envuelve en absoluta oscuridad. Cristo resucitó; con su muerte
destruyó la muerte y nos dio la vida»<a href="https://redanahuac-my.sharepoint.com/personal/cipriano_sanchez_anahuac_mx/Documents/Escritorio/textos%20para%20el%20blog/HOMILIAS/05%20homilias%20de%20tiempo%20ordinario/HOMILIAS%20CICLO%20B/005%20TORD%20V%20B%20HOMILIA%2020240204.docx#_ftn1" name="_ftnref1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Book Antiqua",serif; font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-family: TimesNewRomanPSMT; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[1]</span></b></span><!--[endif]--></span></span></a></i>.
Jesús se compadece de nosotros y toma sobre sí nuestros dolores y sufrimientos.
Jesús nos muestra su cercanía y que nadie queda fuera de su amor. En el
evangelio comienza curando a los que están cerca de él, como la suegra de
Pedro, luego a todos los que se acercan a él: <i>"Le llevaron a todos los
enfermos y poseídos del demonio, y todo el pueblo se apiñaba junto a la puerta.
Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó a muchos demonios</i>".
En tercer lugar, Jesús se pone en camino para llegar a los que no lo conocen, a
los que no saben que los ama hasta morir por ellos. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">A veces sabemos que estamos cerca de
Jesús y tenemos la certeza de que está a nuestro lado para darnos fuerza en
nuestra fragilidad. A veces somos de los que le buscamos y lo encontramos para
que nos sane de lo que nos aprieta en el corazón. Pero otras veces estamos
lejos, incluso podemos pensar que, por nuestra situación, estamos fuera del
alcance de Jesús. Entonces Jesús viene a nosotros, sale a nuestro encuentro como
nos proclama el evangelio: <i>"Vamos a los pueblos cercanos para predicar
también allá el Evangelio, pues para eso he venido". Y recorrió toda
Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando a los demonios.</i> Jesús está
dispuesto a recorrer las distancias necesarias para estar cerca de nosotros.
¡Cómo se lo tenemos que agradecer! Aunque las penas sean muy grandes, él va a
estar siempre ahí a nuestro lado. Como dice San Pablo: <i>Aunque no estoy
sujeto a nadie, me he convertido en esclavo de todos, para ganarlos a todos.
Con los débiles me hice débil, para ganar a los débiles. Me he hecho todo a
todos, a fin de ganarlos a todos.</i><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Hay una cosa más: no basta con que
Jesús cure nuestros corazones y esté a nuestro lado en nuestras penas. Como dice
san Pablo, todos tenemos que ser sembradores de esta buena noticia: Jesús cura
tu corazón y está a tu lado en las penas, así cuando la suegra de Pedro queda
curada, se levanta y se pone a servir a todos. ¿Dónde podemos servir a los
demás? ¿Cómo podemos hacer para que se sientan mejor porque nosotros, como hace
Jesús, nos hemos acercado a ellos?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">En la historia del príncipe, es importante
su corazón, pero también es muy importante la golondrina. Ella lleva un poquito
del príncipe a quienes lo necesitan. Si Jesús es el príncipe, nosotros somos la
golondrina. Como ella hemos de ayudar no solo a los que están cerca o a los que
se acercan, sino que también a los que nos pueden necesitar y, por diversas
situaciones, se encuentran lejos. Podemos ayudar con nuestras obras, o con
nuestras palabras, y siempre con nuestra oración. Tenemos que tener una actitud
como la que describe San Agustín: <i>Llamaré a la oveja descarriada, buscaré a
la perdida. Y aunque, al buscarla, me desgarren las zarzas de los bosques, me
deslizaré por cualquier angostura, derribaré toda valla; en la medida en que el
Señor, que me atemoriza, me dé fuerzas, recorreré todo. Llamaré a la
descarriada, buscaré a la que está a punto de perecer. </i>Hoy nuestro corazón
no se llena de rubíes, se llena de Jesucristo en la eucaristía para que tengamos
un corazón semejante al suyo y seamos esperanza en el mundo que nos rodea.<o:p></o:p></span></p>
<div style="mso-element: footnote-list;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><!--[if !supportFootnotes]-->
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<div id="ftn1" style="mso-element: footnote;">
<p class="MsoFootnoteText"><a href="https://redanahuac-my.sharepoint.com/personal/cipriano_sanchez_anahuac_mx/Documents/Escritorio/textos%20para%20el%20blog/HOMILIAS/05%20homilias%20de%20tiempo%20ordinario/HOMILIAS%20CICLO%20B/005%20TORD%20V%20B%20HOMILIA%2020240204.docx#_ftnref1" name="_ftn1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Book Antiqua",serif; font-size: 10.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-family: TimesNewRomanPSMT; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> <i><span style="font-size: 14.0pt;">(Gaudium et spes 22)</span></i></p></div></div><p></p>Cipriano Sanchezhttp://www.blogger.com/profile/04167618951501997169noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2382795465939812588.post-89965032958792032742024-01-26T11:18:00.000-06:002024-01-26T11:18:44.178-06:00HAY UN AMIGO EN MI<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhyEn7zrRnDDj4bCTXC1Z_coDwPBhbkLSptkcIX-obg8Ye5r8mj2kC6JE9upiRWlgdrydpN-nTNllQHA88P_Z_QzgrXsuoADh4JE9YrZAQs4ux5yURYg5jfRW2WHWCYB4xZ-B2VUaoDH7Bt1VXAQg-Ku93fskpcDF-KaToke4819A-HBDDJqxrpoyspMLVg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="1024" data-original-width="1024" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhyEn7zrRnDDj4bCTXC1Z_coDwPBhbkLSptkcIX-obg8Ye5r8mj2kC6JE9upiRWlgdrydpN-nTNllQHA88P_Z_QzgrXsuoADh4JE9YrZAQs4ux5yURYg5jfRW2WHWCYB4xZ-B2VUaoDH7Bt1VXAQg-Ku93fskpcDF-KaToke4819A-HBDDJqxrpoyspMLVg" width="240" /></a></div><br /><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;">Todos admiramos
a quienes han hecho algo grande por la humanidad, quienes han inventado algo
valioso o quienes han sido exitosos en algo trascendental, y nos gusta escuchar
frases que han dicho, frases que incluso se convierten en normas de conducta
para muchos de nosotros. Porque no basta con que alguien diga frases bonitas si
luego estas frases no pueden cambiar la vida de los que las oyen. Solamente los
que dicen y hacen son importantes para nosotros. La mayoría de nosotros somos
muy buenos para dar consejos, para decir cómo se tienen que hacer las cosas.
Pero nos cuesta mucho más cuando se trata de ponerlas en práctica.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;">Jesús no es así.
Hoy en el evangelio vemos que Jesús enseña y que Jesús actúa: lo que dice lo
pone en práctica. Por eso, cuando Jesús nos pide algo o nos enseña algo,
tenemos la seguridad de que él lo ha hecho ya antes, o mejor aún, que va a
estar a nuestro lado cuando lo tengamos que hacer. Muchas veces hay cosas que
nos cuesta hacer, como perdonar, ser honestos, ayudar de modo desinteresado a
otro, devolver bien por mal, ser respetuosos con los demás; siempre podremos
ver que Jesús lo ha hecho por nosotros y está a nuestro lado para que lo
podamos llevar a cabo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;">Dice el
evangelio que Jesús fue a la sinagoga y se puso a enseñar. Los oyentes quedaron
asombrados de sus palabras, pues enseñaba como quien tiene autoridad y no como
los escribas. Jesús enseñaba como alguien que habla con conocimiento y
autenticidad. Hablar con autoridad es hablar desde la experiencia personal y no
de oídas. Jesús hablaba de las cosas de Dios tal como él las vivía. Su
experiencia le decía que lo único que Dios quería era el bien del hombre. Que
Dios no pretendía nada del ser humano, sino que se ponía al servicio del hombre
sin esperar nada a cambio.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;">Jesús enseña,
pero también actúa y nos libera de lo malo que nos pudiera impedir comportarnos
bien. En el evangelio, Jesús cura a un hombre que había sido poseído por un
espíritu malo. También a veces nosotros podemos tener un espíritu malo: cuando
preferimos el enojo al perdón, cuando preferimos la comodidad a ser
serviciales, cuando preferimos tener cosas para nosotros en lugar de compartir,
cuando preferimos usar a los demás para nuestro provecho en lugar de
respetarlos, cuando preferimos nuestro orgullo a ayudar a otro, cuando nos
molesta que a otro le haya ido bien, cuando solo pensamos en darnos gusto con
cosas materiales y dejamos de lado las cosas valiosas de lo espiritual. Estas
son manifestaciones de lo que llamamos los pecados capitales que muestran que
algo no está bien.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;">Jesús vino a
enseñarnos que tenemos que luchar contra el mal, y sobre todo, a ponerse a
nuestro lado para que, junto a él, podamos caminar siempre en el bien. Jesús
enseña y actúa, nos dice lo que hay que hacer y nos da su amistad para que
tengamos fuerza de hacer el bien. Es similar a los amigos: el buen amigo nos da
fuerzas para hacer el bien, el mal amigo nos quita fuerzas para hacer el bien.
Si me cuesta obedecer a mis padres o ser auténtico en mi matrimonio, un mal
amigo nos dará un mal consejo para hacer lo que debemos o ser fieles, pero un
buen amigo me dará el consejo adecuado para ser obediente o respetuosos con la
palabra dada a nuestro cónyuge.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;">Esto es lo que
hace la amistad con Jesús. Nos ayuda a ser buenos y a hacer el bien. En un
mundo lleno de incertidumbre, en el que los seres humanos necesitamos a alguien
que nos dé estabilidad, necesitamos a Jesús para que nos dé la fuerza para
seguir haciendo el bien, para que lo malo no nos gane. Jesús es nuestro divino
Maestro, poderoso en palabras y en obras. Jesús nos comunica toda la luz que
ilumina las sendas, a veces oscuras, de nuestra existencia. Él nos comunica
también la fuerza necesaria para superar las dificultades, las pruebas y las
tentaciones. Un maestro y un amigo que nos indica el camino y nos cuida,
especialmente cuando más lo necesitamos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;">Por eso es
importante que en todo estemos siempre cerca de Jesús, de modo especial, como
nos recuerda San Pablo, cuando se trata de nuestra familia. San Pablo nos dice
que el centro de la familia debe ser la relación con Dios, que en las
ocupaciones de la casa tengamos momentos para Dios, y que, en las relaciones
familiares, tengamos como modelo el amor de Dios, de modo que pongamos a Jesús
en el centro de todo lo que hacemos: a la hora de tratarnos entre esposos,
hacerlo con el amor de Cristo, a la hora de tratarnos entre hermanos, hacerlo
con el amor de Cristo, a la hora de sacar adelante el trabajo o las ocupaciones
de la casa, hacerlo con el corazón servicial de Cristo. Seremos felices en la
familia y en todo lo que nos ocupa si en todo sabemos poner nuestro corazón
junto al corazón de Jesús. Hoy podemos poner nuestro corazón y el de nuestra
familia cerca de Jesús porque hoy Jesús va a poner en la eucaristía su corazón
cerca del nuestro para que hagamos realidad que lo bueno en nosotros es siempre
más fuerte.<o:p></o:p></span></p>Cipriano Sanchezhttp://www.blogger.com/profile/04167618951501997169noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2382795465939812588.post-40365854656971855762024-01-20T16:26:00.003-06:002024-01-20T16:27:42.794-06:00UN REINO DE VASIJAS Y PESCADORES <p> </p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjWwPJigN-T5LYd9iSB04cW5IfRsMkZy6sg9pFFlO1cWZGZwmpZx7plMe3-G2cToSoYzeQHcPEPdq3d-qm8W_JOMZa2im3TufeZEpwTVRV2M9wP2O0kXwRT19d3jj3iKeeyfHPaODcqnO4Ni-QM8ybMR_JHE2u9Oxprl16Pd8XmGT78C2sSA2uHoW_WHFOD/s524/La%20pesca%20milagrosa.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="360" data-original-width="524" height="220" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjWwPJigN-T5LYd9iSB04cW5IfRsMkZy6sg9pFFlO1cWZGZwmpZx7plMe3-G2cToSoYzeQHcPEPdq3d-qm8W_JOMZa2im3TufeZEpwTVRV2M9wP2O0kXwRT19d3jj3iKeeyfHPaODcqnO4Ni-QM8ybMR_JHE2u9Oxprl16Pd8XmGT78C2sSA2uHoW_WHFOD/s320/La%20pesca%20milagrosa.jpg" width="320" /></a></div><br /><span style="font-size: 14pt; line-height: 150%;">HOMILIA III DOMINGO TIEMPO,ORDINARIO CICLO B 20240121<br /></span><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 150%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 150%;">Cuentan que un campesino todos los
días llevaba al pozo una vasija que tenía unas grietas, por las que dejaba
escapar pequeñas cantidades de agua. Un día, la vasija, triste por sus
imperfecciones, le preguntó al dueño cuál era su valor. El dueño le respondió: ¿has
visto las flores del camino? Yo he plantado las semillas, pero han crecido
gracias al agua que tú dejas caer. Lo que piensas que no vale es lo que
embellece el camino.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 150%;">Las cosas de cada día son los
universos en los que podemos sembrar cosas muy valiosas. La casa es un
maravilloso ámbito para que en lo pequeño crezca lo grande; si hago un favor,
puede crecer la gratitud; si arreglo algo roto de mi hermano, puede crecer la
solidaridad; si ordeno el desastre en la habitación, puede crecer la
generosidad. También en el trabajo, nuestros actos son un poquito de agua que pueden
hacer crecer cosas maravillosas en nuestro entorno.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 150%;">Ese poquito de agua tiene especial
relevancia ante la presencia del mal, como en el evangelio: El rey Herodes ha
matado a Juan Bautista. El malo ha sido más poderoso que el bueno. Pero Jesús
trae un mensaje diferente al decirnos que todos podemos convertirnos, cambiar
de fondo para bien y así hacer mejor nuestra realidad. Para que el bien le gane
al mal. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Si en nuestra familia las cosas
no van bien, o en nosotros vemos cosas que no nos gustan, no estamos obligados
al conformismo, o a la resignación de que nada puede cambiar. Jesucristo nos
dice que hay posibilidades, que hay una esperanza. La marca de esa esperanza es
el Reino de los cielos. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 150%;">Cuando hablamos del reino de los
cielos, no hablamos de algo lejano, como en un cuento para niños. Jesús nos
dice que el reino de los cielos ya está aquí, solo tenemos que ver si lo
podemos encontrar y si nos ayuda para algo. Jesús nos explica lo que es el reino
de los cielos y sus implicaciones en la escena de la llamada a los apóstoles. El
Reino de los Cielos es hacer presente a Dios </span><span class="s7"><span style="background: repeat white; color: black; font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">entre nosotros,
gracias a actitudes basadas en el amor y la entrega. Dios es amor, de modo que
el Reino está</span></span><span class="apple-converted-space"><span style="background: repeat white; color: black; font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"> </span></span><span class="s7"><span style="background: repeat white; color: black; font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">allí</span></span><span class="apple-converted-space"><span style="background: repeat white; color: black; font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"> </span></span><span class="s7"><span style="background: repeat white; color: black; font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">donde exista un verdadero
amor al prójimo. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span class="s7"><span style="background: repeat white; color: black; font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">E</span></span><span style="font-size: 14pt; line-height: 150%;">l</span><span class="s7"><span style="background: repeat white; color: black; font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"> reino de los cielos
lo construimos cuando nos percatamos </span></span><span style="font-size: 14pt; line-height: 150%;">del bien </span><span class="s7"><span style="background: repeat white; color: black; font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">que podemos hacer a quienes lo necesitan.</span></span><span style="font-size: 14pt; line-height: 150%;"> Esto es lo que significa la
expresión “pescadores de hombres”. Ser pescador de hombres es comprometerse a
que quienes están en la oscuridad y en la tristeza del mar de la amargura, del
dolor, tengan la seguridad de que alguien los puede sacar de ahí y los llevará
a luz, a la paz, a la esperanza. Todos podemos ser, como Pedro o Andrés, constructores
de este Reino, cuando descubrimos que las realidades materiales, o nuestras
relaciones, pueden ser valiosas para el bien de todos. Eso es lo que significa vernos
como pescadores de hombres.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 150%;">Además, el reino de Dios es una llamada
a poner la adecuada jerarquía de valores en la vida. En nuestra sociedad, en la
que parece que todo da igual, tenemos que seguir pensando en lo que es auténticamente
importante y darle prioridad, como hacen Santiago y Juan, que ponen en segundo
lugar la barca y las redes en las que trabajaban, porque era más importante lo
que Jesús les proponía. No se trata de contraponer los valores humanos con los
del espíritu, sino de que los valores humanos se llenen, se iluminen y se ordenen
según los valores del espíritu. Es importante pensar cuál es el orden del uso
de nuestro tiempo, si es para la diversión o para la solidaridad, o de nuestros
bienes materiales, si los usamos para el egoísmo o para compartir, o si damos
importancia a nuestros hermanos necesitados de un apoyo material o de nuestro
tiempo. El reino de Dios nos invita a discernir a lo que tenemos que dar
preferencia en nuestra vida y esto es la fuente de la verdadera felicidad. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 150%;">Pero hay una cosa más. No somos
nosotros solos los que nos hacemos pescadores de hombres, ni los que nos
inventamos que hay que dejar las redes. Es el paso de Jesús, el que siembra el
bien, el que hace que nuestros ojos y nuestro corazón puedan descubrir el bien
que podemos hacer. Jesús pasa por nuestra vida para que recibamos y hagamos el
bien. Jesucristo es el reino de los cielos que nos llena de sentido y nos redime,
o sea, cambia los males para bien. De este modo, cuando nos sintamos dentro del
mar amargo, o llenos de actividades que carecen de sentido, sepamos que Jesús
pasará a nuestro lado para a darnos luz en el camino. O cuando veamos el mal
del mundo y sintamos que debemos ser pescadores de hombres, cuando nos cueste
poner primero lo más importante, tengamos la certeza de que Jesús camina cerca
de nuestra vida, para darnos un sentido en cualquier circunstancia en que nos
encontremos. Como en la historia de la vasija rota, recordemos que, con
nuestras cualidades y defectos, no estamos solos, pues siempre estamos cerca de
Jesucristo que transforma nuestro ser en un bien para los demás, como Él, nuestro
Salvador, se transforma en un bien para nosotros en cada eucaristía. <o:p></o:p></span></p>Cipriano Sanchezhttp://www.blogger.com/profile/04167618951501997169noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2382795465939812588.post-62412631248617702932024-01-13T04:01:00.000-06:002024-01-13T04:01:38.208-06:00ENCUENTROS QUE CAMBIAN VIDAS<p class="MsoNormal" style="-webkit-text-size-adjust: auto; font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua", serif; font-size: 14pt;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="-webkit-text-size-adjust: auto; font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua", serif; font-size: 14pt;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhWaF-FgDaW2ZbGBLxLPMwz1fQyvs8YzrxdVGN4LsPF4qyGn6hP-TAs0KL9yVnwWWcgPeZfRpnPegnrbERndWNrECxTjODsIPRlWIgD5RGcCplTwNSDWNUX6hNLqa_yV6MFwxq8igRRfjdEygN4HxA8R2BKd-OGgNbz2WSYV-2fpap5_vILLMlG2wkn-cVP" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="259" data-original-width="240" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhWaF-FgDaW2ZbGBLxLPMwz1fQyvs8YzrxdVGN4LsPF4qyGn6hP-TAs0KL9yVnwWWcgPeZfRpnPegnrbERndWNrECxTjODsIPRlWIgD5RGcCplTwNSDWNUX6hNLqa_yV6MFwxq8igRRfjdEygN4HxA8R2BKd-OGgNbz2WSYV-2fpap5_vILLMlG2wkn-cVP" width="222" /></a></div><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><p></p><p class="MsoNormal" style="-webkit-text-size-adjust: auto; font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua", serif; font-size: 14pt;">HOMILIA II DOMINGO TIEMPO ORDINARIO CICLO B 20240114</span></p><p class="MsoNormal" style="-webkit-text-size-adjust: auto; font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua", serif; font-size: 14pt;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="-webkit-text-size-adjust: auto; font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua", serif; font-size: 14pt;">En las grandes historias humanas, detrás de los grandes personajes, hay otras personas, menos brillantes, gracias a los cuales logran sus metas. Una estrella de la música como John Lennon encontró su vena artística gracias a una guitarra que su tía Mary Smith le regaló en la infancia. O el gran atleta Usain Bolt encontró su carrera deportiva gracias a Lorna Thorpe, coordinadora en la escuela a la que asistía, que le compró sus primeros zapatos deportivos, y a Norman Pearl, su entrenador, que le enseñó a no desperdiciar su vida.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="-webkit-text-size-adjust: auto; font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua", serif; font-size: 14pt;">Esto también pasa con nosotros, y las lecturas de este domingo muestran que, en los encuentros que nos cambian la vida, hay personas que han sido trascendentales. Así, para Samuel es esencial Elí, el sacerdote que custodiaba el arca de la alianza, para Juan y Andrés es Juan Bautista quien señala a Jesús y, más tarde, Andrés llamará a su hermano Simón, que llegará a ser San Pedro, para acercarlo al maestro.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="-webkit-text-size-adjust: auto; font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua", serif; font-size: 14pt;">A veces el mediador no es la mejor de las personas. Eli no era el más adecuado para que alguien se encontrara con Dios, pero, gracias a él, el profeta Samuel se encuentra con Dios cuando le enseña la hermosa oración que hemos oído: "Habla, Señor; tu siervo te escucha". Los caminos que Dios usa para que nos encontremos con él no siempre son perfectos, o todo lo perfectos que podríamos pensar que deberían ser. Pero es a través de esa persona, sumamente imperfecta, como Dios llega a nosotros para hacernos ver que el mérito es todo del amor infinito que Él nos tiene al buscar nuestro corazón.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="-webkit-text-size-adjust: auto; font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua", serif; font-size: 14pt;"> Otras ocasiones quien nos señala el encuentro con Dios no se convierte en seguidor, por la sencilla razón de que él tiene otro camino. Es el caso de Juan Bautista, que señala a Jesús, aunque él no es apóstol del Señor. Como cuando un amigo te presenta a una chica muy valiosa que luego será tu mujer: ella es para ti, pero no para él.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="-webkit-text-size-adjust: auto; font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua", serif; font-size: 14pt;">En tercer lugar, está quien nos indica el camino y se convierte en compañero de misión, como lo hace Andrés con su hermano Pedro. Los modos que tiene Dios de decirnos que quiere llegar a nuestra vida son diversos, pero lo que cuenta es si estamos dispuestos a dejar que Jesús cambie nuestra vida para mejor.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="-webkit-text-size-adjust: auto; font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua", serif; font-size: 14pt;">De hecho, solo Jesús puede hacer este cambio, por medio de una experiencia que nos alimente la vida. El evangelio de la vocación de los dos primeros nos muestra cómo lo hace. Primero se presenta como el cordero de Dios, que, como nos recuerda la liberación de Egipto, nos liberta del mal, en especial del mal moral que tanto daña cuando se traduce en violencia o en indiferencia. En segundo lugar, responde a nuestras búsquedas más interiores, sobre todo la búsqueda de paz. En todo lo que buscamos en la vida, buscamos la paz y la felicidad. Por eso Jesús nos preguntar por lo que buscamos, para ayudarnos a encontrar lo que nos sostiene y <a name="_Int_ojynwRJI">pacifica</a>. En tercer lugar, Jesús nos propone una experiencia, un encuentro personal. Del mismo modo que, para comprometerse durante toda la vida, no es lo mismo pensar en la teoría del amor que enamorarse, Jesús nos propone es un encuentro de modo vital, profundo, como un amigo se encuentra con otro amigo. Finalmente, lo cuarto, es que Jesús nos a mirar nuestro tiempo como un ámbito para llenarlo de sentido, de valor, de trascendencia, como le pasa al evangelista que se acuerda de que su encuentro con Jesús fue a las cuatro de la tarde (la hora décima). Jesús nos deja cuatro puntos cardinales: Ser libres, encontrar la paz, la amistad y el valor del tiempo, como faros para guiar nuestra vida y mirar hacia la eternidad. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="-webkit-text-size-adjust: auto; font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua", serif; font-size: 14pt;">El encuentro con Jesús, donde estemos cada uno, en el matrimonio, en la vida consagrada, en el trabajo o en la oración, nos da una especial dignidad que compromete a desarrollar los diversos talentos que enriquecen nuestra vida. Esta dignidad nos compromete a descubrir la dignidad del otro y a servir a Dios y a los demás en la comunidad cristiana y en el ambiente social en el que vivimos. Esto es también lo que Dios quiere de nosotros. Lo quiere con tanta intensidad que, para ello, ha entregado su vida por nosotros hasta la última gota de su sangre, como nos lo ha dicho San Pablo: "No son ustedes sus propios dueños, porque Dios los ha comprado a un precio muy caro. Glorifiquen, pues, a Dios con el cuerpo".<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="-webkit-text-size-adjust: auto; font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua", serif; font-size: 14pt;">Dios llega a nuestra vida no solo para que nos elevemos sobre las realidades terrenas, sino para que reconozcamos nuestro valor, reconozcamos lo que Dios mismo nos ha entregado y lo compartamos con los demás. Nunca sabremos por qué Dios nos ha puesto unas personas concretas para encontrarlo, pero tampoco sabemos a cuántas personas Dios ha puesto en nuestra vida para que, por nosotros, lo encuentren a Él. Este es el maravilloso círculo del bien, del bien que recibo, del bien que experimento y del bien que transmito. Este es el círculo maravilloso que hace de nuestro mundo, de nuestra familia, de nuestra sociedad, un mundo mejor.<o:p></o:p></span></p>Cipriano Sanchezhttp://www.blogger.com/profile/04167618951501997169noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2382795465939812588.post-55773301539667303852024-01-07T04:21:00.004-06:002024-01-07T04:21:33.258-06:00A EMPEZAR DE NUEVO… PERO DE VERDAD<p class="MsoNormal" style="-webkit-text-size-adjust: auto; font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua", serif; font-size: 14pt;">**HOMILÍA NAVIDAD BAUTISMO DEL SEÑOR 20230107**</span><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="-webkit-text-size-adjust: auto; font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt; margin: 0cm; text-align: right;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgeVDNTp9c9zZY-oY4oaqzleHI59vhAHxiu2N5P5pBSx8Mp2r8Z3qpufxGHFIwNgEJCwRoOYd31DV7507hDvfYmS6BCXb5zbJreaiTGsz1TVXcGefghgcs67djU0YojvvV807fUe_njRTiLpeDx0SfPILmPY4OIKWFbdiZWThE8mCPuSTMmOYjDuEQNnHEn/s1292/IMG_0395.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; font-family: "Book Antiqua", serif; font-size: 18.666666px; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" data-original-height="1081" data-original-width="1292" height="268" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgeVDNTp9c9zZY-oY4oaqzleHI59vhAHxiu2N5P5pBSx8Mp2r8Z3qpufxGHFIwNgEJCwRoOYd31DV7507hDvfYmS6BCXb5zbJreaiTGsz1TVXcGefghgcs67djU0YojvvV807fUe_njRTiLpeDx0SfPILmPY4OIKWFbdiZWThE8mCPuSTMmOYjDuEQNnHEn/s320/IMG_0395.jpeg" width="320" /></a><span style="font-family: "Book Antiqua", serif; font-size: 14pt;"> </span><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="-webkit-text-size-adjust: auto; font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua", serif; font-size: 14pt;">En los pasados cuarenta días, hemos esperado la llegada de Jesús desde los profetas de Israel hasta la anunciación en Nazaret. Hemos contemplado su nacimiento en Belén y nos hemos unido a María, a José, a los pastores y a los magos de oriente para adorar el amor de Dios en el Hijo Único de Dios. La celebración de hoy nos presenta el momento en que Jesús, va a comenzar su vida pública y nos va a acompañar en nuestra vida diaria.</span><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="-webkit-text-size-adjust: auto; font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua", serif; font-size: 14pt;">El Bautismo del Señor tiene un gran significado: él es uno de nosotros, de nuestra naturaleza, Él comparte nuestras fragilidades y aunque él no tiene pecado, él ha venido con una misión: la de quitar el pecado del mundo. Por eso va al Jordán, donde Juan llevaba a cabo un rito de bautismo, es decir, de purificación a través del agua, a quien se consideraba pecador. Entre esa multitud llega Jesús, llega como un pecador más. Dios, que quiere darnos la salvación, lo hace acercándose, levantándonos de nuestras fragilidades y volviendo a darnos nuestra dignidad. Jesús se mezcla con la multitud de penitentes, haciéndose una ofrenda por nuestros pecados, por medio de una solidaridad con los pecadores que lo llevará a la muerte en la cruz. Esta es la primera dimensión del bautismo de Jesús.</span><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="-webkit-text-size-adjust: auto; font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua", serif; font-size: 14pt;">La segunda dimensión tiene que ver con la persona de Jesús. Él no viene para estar con nosotros y dejarnos donde estamos, él viene a elevarnos, precisamente por ser él quien es. No basta con que Jesús sea solidario, también es necesario que Jesús sea capaz de sacarnos del mal. Su identidad como Hijo de Dios, que el Padre muestra en su bautismo, nos permite tener la certeza de que el pecado, que quizá llegamos a reconocer en nuestra vida, no es más fuerte que la mano amorosa que nos tiende Jesús. Así lo dice el evangelio: es mi Hijo amado, en ti me complazco. Jesús es el Hijo de Dios. Este Jesús es hijo de Dios y el hijo de María, es del que decimos en cada profesion de Fe: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero y al mismo tiempo se encarno por obra del Espiritu Santo y de María Virgen se hizo hombre. El se ha hecho uno de nosotros para ser nuestro mediador, nuestro reconciliador. El se ofrecerá en sacrificio por nosotros y resucitará glorioso para nosotros. </span><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="-webkit-text-size-adjust: auto; font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua", serif; font-size: 14pt;">Él es el hombre nuevo que vence a todo el mal de la humanidad. El evangelio nos hace recordar el primer día de la creación, cuando, como dice el Génesis, el Espíritu de Dios se cernía sobre las aguas. En el Jordán se hace presente el nuevo Adán, el hijo de Dios de la nueva creación. Todo empieza de nuevo. En Cristo encontramos la renovación total del ser humano. El ser humano que se había equivocado eligiendo la soberbia en vez del amor, eligiendo el egoísmo en vez de la comunión con el otro y con Dios, el ser humano que con su comportamiento había desordenado la creación, las relaciones entre los seres humanos, las relaciones en la familia, hoy es hecho de nuevo en Cristo, que nos muestra que el amor hasta dar la vida es la verdadera felicidad, que nos enseña que el mandamiento nuevo es amar a los demás como él mismo nos ha amado y que tenemos que usar bien de la creación, el lugar donde como en en el cielo se hace la voluntad de Dios, que nos enseña a cuidar nuestras relaciones perdonando como somos perdonados.</span><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="-webkit-text-size-adjust: auto; font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua", serif; font-size: 14pt;">Jesús ha querido hacernos como Él por medio de nuestro bautismo. Cuando después de nuestro Bautismo, de modo simbólico se nos pone con aceite la cabeza, nos hacemos ungidos, una palabra que en griego se dice Cristo. El bautismo nos hace un Cristo, un ungido, nos hace hijos de Dios. De este modo Jesús se hace como nosotros, de este modo Jesús nos hace seres humanos nuevos, que no hemos salido de las aguas de la creación, sino del agua de la redención, del agua del amor de Dios que ha entregado a su hijo por amor al mundo, del agua que nos hace a cada uno hijos amados de Dios, que nos hace a cada uno destinatarios de la complacencia de Dios.Cuando nos bautizan, se nos quita la presencia y el poder del pecado sobre nuestra vida. Cristo toma sobre sí todos los males, todas las tristezas, como dice Isaías: "Hice de ti alianza de un pueblo y luz de las naciones, para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la cárcel, de la prisión a los que habitan en tinieblas". </span><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="-webkit-text-size-adjust: auto; font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua", serif; font-size: 14pt;">En un mundo en que muchas veces nos sentimos solos, saber que Dios nos ama, que nos guía con su providencia y que conduce todo para nuestra salvación y para nuestra plenitud es una fuente de fe, de esperanza y de amor. Hoy Jesús baja al Jordán de cada una de nuestras vidas para acompañarnos, para estar a nuestro lado en lo que nos duele y para llenarnos de su amor en lo que nos hace experimentar gratitud. Hoy Jesús baja a nuestro Jordán, lo hace para recordarnos que somos amados, que somos más grandes que nuestras pequeñeces. Ojalá sepamos encontrarlo en nuestro camino a lo largo de este año.</span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /><o:p></o:p><p></p>Cipriano Sanchezhttp://www.blogger.com/profile/04167618951501997169noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2382795465939812588.post-59027389176954327272024-01-05T15:25:00.006-06:002024-01-05T15:26:20.230-06:00¡YA VIENEN LOS REYES MAGOS! CAMINITO DE BELEN<p> <span style="-webkit-text-size-adjust: auto; font-family: "Book Antiqua", serif; font-size: 14pt; text-align: justify;">HOMILÍA NAVIDAD, EPIFANÍA DEL SEÑOR 20230106</span></p><p class="MsoNormal" style="-webkit-text-size-adjust: auto; font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua", serif; font-size: 14pt;"> </span><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhm8Tg17-Yw5YW5bfUUgN86BHGnx08wC45NIZiXvXYvcSeM3YARliMAnp0k9IEoDrbeupB6gaQP9XYXM3kq_Il0IQl1h0vMv4_sJjo7Q9VdSyl92j0fl95uNsf5i5GFDt_GfXIH-6Jv0Um1ZARKFQIq5nAJcEKQjT2sf4KqPZDNxbf6JJ15SGUnuVi4FFcW/s1166/68a28179-8721-46d8-a989-f950b2e2a011.jpeg" imageanchor="1" style="font-family: "Book Antiqua", serif; font-size: 18.666666px; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" data-original-height="1166" data-original-width="805" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhm8Tg17-Yw5YW5bfUUgN86BHGnx08wC45NIZiXvXYvcSeM3YARliMAnp0k9IEoDrbeupB6gaQP9XYXM3kq_Il0IQl1h0vMv4_sJjo7Q9VdSyl92j0fl95uNsf5i5GFDt_GfXIH-6Jv0Um1ZARKFQIq5nAJcEKQjT2sf4KqPZDNxbf6JJ15SGUnuVi4FFcW/s320/68a28179-8721-46d8-a989-f950b2e2a011.jpeg" width="221" /></a></p><p class="MsoNormal" style="-webkit-text-size-adjust: auto; font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua", serif; font-size: 14pt;">Todos hemos oído muchas veces la historia de los magos, pues es una parte importante de nuestra cultura, como lo muestran los zapatos que esta noche se han cargado de regalos. Los magos representan a la humanidad que busca a Dios, que busca la verdad y las respuestas a sus interrogantes sobre el mundo. La historia de los magos, en su camino hacia Jesús, es la historia de muchos seres humanos que buscan la paz, el sentido y el valor de sus vidas, hombres que buscan respuestas en el cielo porque les parece imposible encontrarlas en la tierra. También nosotros somos los magos, porque buscamos respuestas a los problemas del mundo que vemos. Pero a veces la respuesta no está a primera mano, nuestra sola razón no es capaz de recibirla, de encontrarla. Como los magos, necesitamos de la estrella de Dios para encontrar el camino con la seguridad de que Dios no excluye a nadie que lo busca, aunque sea a tientas. Jesús ha venido para todos, nadie puede sentirse excluido de la llamada de Jesús que llama a cada uno según su capacidad de comprender. A los miembros del pueblo judío les habla por las escrituras, a los que no conocían la revelación de Dios en la Biblia les habla a través de la naturaleza. Pero todos pueden encontrar lo que Dios les pide, todos pueden encontrar dónde les espera Dios. Pero ¿nuestro corazon esta dispuestos para buscar lo que nos hace felices en la vida?<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="-webkit-text-size-adjust: auto; font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua", serif; font-size: 14pt;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="-webkit-text-size-adjust: auto; font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua", serif; font-size: 14pt;">El evangelio de san Mateo nos muestra dos posturas ante el nacimiento de Jesús. Por un lado, los sabios judíos y Herodes, y por el otro, los Magos. Herodes y los conocedores de la ley muestran temor y hostilidad ante la noticia del nacimiento del Mesías, a causa de su encerramiento en su egoísmo, su querer ser ellos los que manipulan a Dios y a los demás. En nuestro mundo que tanto valora la fama, la riqueza, el poder, y que tanto se olvida de la generosidad, solidaridad y caridad, los que tienen un corazon como el de Herodes solo encuentran la amargura. Las cabalgatas de Reyes que llenan muchas de nuestras ciudades en este día pueden ser una imagen de este corazón. Los Reyes, con sus luces brillantes, sus caramelos, sus confetis, sus canciones, pasan por nuestras calles, pero, al día siguiente, los servicios de limpieza se encargan de que no quede nada, de modo que la calle parezca que no ha vivido la cabalgata. Porque nosotros podemos vivir muchas cosas en el exterior, podemos hacer muchas lecturas, estudiar mucho, pero si no estamos dispuestos a cambiar nuestro corazón, sirve de muy poco.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="-webkit-text-size-adjust: auto; font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua", serif; font-size: 14pt;">Los magos, por otra parte, se nos presentan como los que ponen en manos de Dios su vida, los que buscan, aunque eso suponga tener que salir de su propia comodidad, o incluso cambiar sus criterios de cómo son las cosas. Ellos que eran hombres de gran ciencia, que estudiaban el universo, que buscan al Rey de los Judíos que había nacido, ¿esperaban encontrarlo en una humilde casa de Belén, en los brazos de una jovencita casi adolescente? A veces, Dios no solo nos sorprende en el modo en que se manifiesta, sino que también nos contradice en lo que como seres humanos nosotros juzgamos que es importante. El ejemplo de los magos que ponen sus dones a los pies de ese niño, que apenas podía comprender, es un símbolo de que lo que verdaderamente cuenta en la vida es lo que das y a quien se lo das. De hecho, el que estos días sean días de regalos, de modo particular para los niños, que solo pueden dar a cambio una sonrisa, una emoción, una mirada brillante, es también una señal de lo que de verdad nos hace felices a los seres humanos. El evangelio de la Epifanía manifiesta que, si es importante que usemos nuestra razón a la hora de ver la presencia de Dios en la naturaleza, en su belleza, en su orden y en su significado, o que usemos nuestra fe para descubrirlo en la revelación que él nos hace a través de las escrituras, lo verdaderamente transformador es el modo en que cada uno de nosotros recibe ese mensaje en su corazón.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="-webkit-text-size-adjust: auto; font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua", serif; font-size: 14pt;">La buena noticia de hoy termina diciendo que los magos fueron avisados en sueños de que no volvieran a Herodes, sino que regresaran a su tierra por otro camino. Quizá este aviso es el que también nosotros podemos hoy llevarnos a nuestra casa. Volver por el camino que nos marca el niño de Belén, que es el camino de la generosidad, el camino de la solidaridad, el camino del bien que es más fuerte que el mal. Este no será un camino sin dificultades, sin oscuridades o sin caídas, pero, como los magos, podremos siempre llegar a Jesús, para poner a sus pies cada día nuestros dones. Podremos llegar a Jesús que está presente en nuestros sagrarios, para abrirle nuestro corazón. Podremos llegar a Jesús que está presente en nuestros hermanos para poner nuestros dones a su servicio, al servicio de los pobres, o de nuestros ancianos, o de nuestros discapacitados, o de quien nos necesite de modo especial en nuestra casa. La clave es que este día de Epifanía nos recuerde que nunca debemos volver por el camino de Herodes, que ese pequeño de Belén nos anima con su amor redentor a volver siempre por el camino que nos hace verdaderamente felices y nos da la fuerza para seguir caminando a lo largo de nuestra vida y lo hace como hoy siendo él quien pone sus dones, no a nuestros pies, sino en nuestro corazon, y no nos pone oro, incienso y mirra, sino su mismo ser, para que podamos siempre caminar por el camino que nos hace felices para siempre. </span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /><o:p></o:p><p></p>Cipriano Sanchezhttp://www.blogger.com/profile/04167618951501997169noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2382795465939812588.post-87798772923155595042023-12-31T18:24:00.000-06:002023-12-31T18:24:26.259-06:00AÑO NUEVO, VIDA NUEVA<p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhVACIf5b92CHoPtjqjkqau6w9izcv0LbP1pdn8tlxbTdSScdsOs3dPlxTCkyzrBbYbbn9iDQ9Jfj07jurykjIeDJd0b06R8AWALaPcxQTJXXIB5FPmp-venysNKOvX_QdKgYUB8jAP7nxeMMqzcwrpbLDudV6OaLMRRedABWhCjDzaT4_UJPl6u0JsuZIh/s625/IMG_0394.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="337" data-original-width="625" height="173" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhVACIf5b92CHoPtjqjkqau6w9izcv0LbP1pdn8tlxbTdSScdsOs3dPlxTCkyzrBbYbbn9iDQ9Jfj07jurykjIeDJd0b06R8AWALaPcxQTJXXIB5FPmp-venysNKOvX_QdKgYUB8jAP7nxeMMqzcwrpbLDudV6OaLMRRedABWhCjDzaT4_UJPl6u0JsuZIh/s320/IMG_0394.jpeg" width="320" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /><br /></div><p></p><p style="text-align: justify;">HOMILIA DE LA SOLEMNIDAD DE SANTA MARIA MADRE DE DIOS. 20240101</p><p style="text-align: justify;"> <span style="-webkit-text-size-adjust: auto; font-family: "Book Antiqua", serif; font-size: 14pt; text-align: justify;">Hoy comenzamos un año más. El inicio del año, el día uno de enero, es una convención que nos hemos impuesto, pues es un día como cualquier otro del año. Otras culturas tienen otro día para celebrar el inicio de su año; nosotros lo celebramos el uno de enero a partir del siglo XVI, cuando el papa Gregorio XIII lo puso como el primer día del calendario que nos rige casi globalmente. A esta fiesta se añadió desde mediados de los años sesenta la Jornada Mundial de la Paz y la celebración de Santa María, Madre de Dios. Estas tres celebraciones juntas nos ayudan a recordar que el Hijo de Dios vino al mundo a través de una mujer para que el tiempo tenga un sentido y para llenar nuestras vidas de paz.</span></p><p class="MsoNormal" style="-webkit-text-size-adjust: auto; font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua", serif; font-size: 14pt;">El evangelio de los pastores puede ser una hermosa imagen de lo que vive la humanidad al final de cada año. Los pastores son seres humanos que viven en el campo, lejos de los demás, al servicio de los animales. En cierto sentido, no tienen su tiempo, sino el tiempo de los animales. Hombres que viven en el continuo sobresalto del cuidado del rebaño y los que vivían. Como los pastores, hemos tenido tiempos de incertidumbre, de dificultad, por miedo a perder el rebaño que nos permite seguir adelante en la vida. Como pastores, podemos sentir que lo importante es el trabajo que hacemos, las ovejas que apacentamos, y que nosotros pasamos a segundo plano. O también, podemos estar agotados de cuidar animales y no poder hacer algo distinto. Sentimos que el tiempo es un recordatorio de un destino del que no nos podemos liberar.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="-webkit-text-size-adjust: auto; font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua", serif; font-size: 14pt;">Pero también, como a los pastores, hoy, al inicio del año, se nos hace un anuncio: el anuncio de que nuestro camino no se dirige hacia la nada, la desesperanza o la rutina. Hoy se nos anuncia que nuestro tiempo tiene un sentido, tiene Alguien a quien dirigirse. Como el tiempo de embarazo en que una madre espera a su hijo y para quien los nueve meses son un tiempo que la lleva hacia una persona, el final y el inicio de un año están también marcados por una persona: la persona de Jesús, que encontramos junto a José y junto a María. Los pastores reciben el anuncio del ángel y se encuentran con María, José y el niño. Se encuentran con la presencia humana de Dios a través de una mujer que nos da al Hijo de Dios. Ese encuentro les cambia completamente, pues se convierten en testigos de la presencia de Dios en el mundo. Entonces, nuestro tiempo, el que comenzamos hoy poniendo un número a un año, no es simplemente algo que pasa, sino el ámbito para llenarlo de valor y descubrir el valor de cada una de nuestras vidas.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="-webkit-text-size-adjust: auto; font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua", serif; font-size: 14pt;">Al contemplar con los pastores a María como Madre de Dios, recordamos algo muy valioso: el ser humano es capaz de Dios, es capaz de amar a Dios, es capaz de que Dios sea uno de nosotros. Por eso, a lo largo del tiempo, en cualquier circunstancia, aún la más denigrante, hay un valor en nosotros que nos hace dignos de respeto.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="-webkit-text-size-adjust: auto; font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua", serif; font-size: 14pt;">En segundo lugar, los pastores regresan a su vida cotidiana con el corazón lleno de alegría y de sentido. Ya no son solo los cuidadores de las ovejas; ahora son también testigos que han hecho la experiencia del amor de Dios que los llena de alegría. El encuentro con una presencia de amor cercano les llena de sentido la vida y los hace testigos de ese mismo sentido entre los demás. También nosotros, como los pastores, hoy estamos llamados a volver a nuestra vida, a nuestro tiempo, a ser testigos de un amor que llena su entorno de paz.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="-webkit-text-size-adjust: auto; font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua", serif; font-size: 14pt;">No nos ha sido dada la vida para la violencia o para la guerra. La vida, el tiempo en que la vivimos, ese tiempo que medimos en años, semanas o días, nos ha sido dado para la paz. Este nuevo tiempo que se nos da no lo podemos perder en cosas superficiales, no lo podemos perder destruyendo al hermano o destruyéndonos a nosotros mismos. La paz no solo es ausencia de guerra o de cualquier otro tipo de violencia; la paz es el crecimiento en los dones que nos hacen más valiosos para los demás.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="-webkit-text-size-adjust: auto; font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua", serif; font-size: 14pt;">Como decía el papa Benedicto: <i>"El mundo está lamentablemente marcado por focos de tensión y contraposición provocados por la creciente desigualdad entre ricos y pobres, por el predominio de una mentalidad egoísta e individualista, así como por distintas formas de terrorismo y criminalidad. El deseo de paz es una aspiración esencial de cada hombre, y coincide en cierto modo con el deseo de una vida humana plena, feliz y lograda… El hombre está hecho para la paz, que es un don de Dios. Se trata de paz con Dios viviendo según su voluntad. Paz interior con uno mismo, y paz exterior con el prójimo y con toda la creación".</i><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="-webkit-text-size-adjust: auto; font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua", serif; font-size: 14pt;">El inicio del año nos invita a vivir nuestro tiempo en paz, y a llenar nuestro tiempo de paz. Hay un tipo de paz que es la que tienen los estados en sus relaciones. Pero, para la mayoría de nosotros, es más importante otro tipo de paz, la pequeña paz cotidiana. Todos deseamos la paz en tantos lugares de la tierra donde las armas gritan causando sangre y destrucción. Pero todos necesitamos la pequeña paz, la que se vive en casa, entre las familias, en las relaciones laborales, en nuestros ambientes humanos, en las comunidades de iglesia. Trabajemos por la gran paz, construyamos la pequeña paz.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="-webkit-text-size-adjust: auto; font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua", serif; font-size: 14pt;">Hoy se nos abre la puerta a lo que llamamos el año nuevo. Hoy también a nosotros, como a los pastores, el encuentro con Jesús nos abre la puerta, no de un año nuevo, sino de una vida nueva, que ha encontrado el sentido que llena de alegría, que llena de alabanza por todo lo recibido, que da gloria a Dios porque se hace presente para acompañarnos en nuestro camino, quizá pequeño, pero radiante de la plenitud del amor que viene de saber que en ese niño de Belén se nos ha dado a Jesús, al Dios que salva, al Dios que es nuestra paz, al Dios con nosotros Emmanuel.</span><o:p></o:p></p>Cipriano Sanchezhttp://www.blogger.com/profile/04167618951501997169noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2382795465939812588.post-89178106427674613332023-12-31T02:40:00.002-06:002023-12-31T02:40:44.642-06:00¡FAMILIA! ¡TENGO BUENAS NOTICIAS!<p class="MsoNormal" style="-webkit-text-size-adjust: auto; color: #333333; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 14pt; margin: 0cm 0cm 4pt; text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhGpl6B0oXh62g0TleN7dibE3F1KTpwExiG0_Yp_faSe0zWCGBfCEFMiqNS0t6H-Kp11j2N60LkkXXNXBRBNxxwS9sLVnuRHd5eWqxP_oDzMbyhXa4EosXr_9etLDrZIxpimqz_3bybS1HcXaq500NNbh1QqMoQXuIPMYNisrKtbw3hYpWNGGJXrfstQqyX" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="473" data-original-width="671" height="226" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhGpl6B0oXh62g0TleN7dibE3F1KTpwExiG0_Yp_faSe0zWCGBfCEFMiqNS0t6H-Kp11j2N60LkkXXNXBRBNxxwS9sLVnuRHd5eWqxP_oDzMbyhXa4EosXr_9etLDrZIxpimqz_3bybS1HcXaq500NNbh1QqMoQXuIPMYNisrKtbw3hYpWNGGJXrfstQqyX" width="320" /></a></div><br /><br /><p></p><p class="MsoNormal" style="-webkit-text-size-adjust: auto; color: #333333; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 14pt; margin: 0cm 0cm 4pt; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua", serif;">HOMILIA DOMINGO DE LA SAGRADA FAMILIA 20231231</span></p><p class="MsoNormal" style="-webkit-text-size-adjust: auto; color: #333333; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 14pt; margin: 0cm 0cm 4pt; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua", serif;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="-webkit-text-size-adjust: auto; color: #333333; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 14pt; margin: 0cm 0cm 4pt; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua", serif;">El primer domingo posterior a la navidad, la Iglesia celebra la fiesta de la Sagrada Familia: el contexto en el que el hijo de Dios vino al mundo, una familia formada por un padre y una madre, un hombre y una mujer que construían una comunidad de vida y de amor. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="-webkit-text-size-adjust: auto; color: #333333; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 14pt; margin: 0cm 0cm 4pt; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua", serif;">El ser humano necesita de la comunidad de amor de Dios para existir. El ser humano no puede dejar de lado la comunidad de amor y de vida que es la familia. Por eso Jesús, que quiso compartir toda la experiencia humana, también compartió la experiencia de vivir en una familia. La experiencia de la familia es hermosa, pero también es dolorosa a veces. Es hermosa porque nos puede dar muchos valores. Es dolorosa porque a veces está llena de heridas y tristezas. Hoy, cuando nos duele ver que las familias se han desfigurado debido a la dureza del corazón, a las agresiones a la dignidad de la persona o a las fidelidades resquebrajadas, es importante recordar lo que hace feliz a la familia, ya que eso es lo que hace feliz a los seres humanos. En medio de tantas tristezas anunciadas por los medios de comunicación, es necesario volver a dar buenas noticias a la familia. ¿Cuál es la buena noticia para la familia?<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="-webkit-text-size-adjust: auto; color: #333333; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 14pt; margin: 0cm 0cm 4pt; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua", serif;">La buena noticia la encontramos en la Sagrada Familia, que pone ante nuestros ojos la verdadera belleza de la comunidad del hogar. <i>Según el Evangelio, los primeros de nuestro mundo que fueron a ver a Jesús, los pastores, «vieron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre» (Lc 12,6). Aquella familia, por decirlo así, es la puerta de ingreso en la tierra del Salvador de la humanidad, el cual, al mismo tiempo, da a la vida de amor y comunión hogareña la grandeza de ser un reflejo privilegiado del misterio trinitario de Dios</i>. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="-webkit-text-size-adjust: auto; color: #333333; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 14pt; margin: 0cm 0cm 4pt; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua", serif;">La buena noticia es la que nos anuncia San Pablo en su carta a los cristianos de Colosas: el hecho de que Dios nos ha elegido para recibir su amor, y lo ha hecho en el contexto de una familia: sean compasivos, magnánimos, humildes, afables y pacientes. Sopórtense mutuamente y perdónense cuando tengan quejas contra otro, como el Señor los ha perdonado a ustedes. Finalmente, sean agradecidos. Es hermoso que esa llamada a amar y a ser amados en familia sea una fuente de la que brotan siete virtudes que tejen la vida familiar: compasión, corazón generoso, humildad, afabilidad, paciencia, perdón y gratitud. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="-webkit-text-size-adjust: auto; color: #333333; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 14pt; margin: 0cm 0cm 4pt; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua", serif;">La buena noticia es que cada uno de nosotros es invitado a vivir así en nuestra familia. Y para eso Dios no nos da un libro para leer, o unos mandamientos para obedecer. Dios nos deja a su propia familia para que, de su mano, podamos caminar con nuestra familia. Es la Sagrada Familia la que nos acompaña para podamos construir una familia que nos ayuda a ser felices y plenos.</span><i><span lang="ES" style="background: white; color: black; font-family: "Palatino Linotype", serif; font-size: 15pt;"> Jesús se hizo hombre para traer al mundo la bondad y el amor de Dios; y lo hizo allí donde el ser humano está más dispuesto a desear lo mejor para el otro, a desvivirse por él, y anteponer el amor por encima de cualquier otro interés y pretensión. Así, vino a una familia de corazón sencillo, nada presuntuoso, pero henchido de ese afecto que vale más que cualquier otra cosa.</span></i><span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua", serif;"> La comunidad familiar formada por José, María y Jesús nos muestra que el mal no es más fuerte que el amor de la familia, y que, a pesar de las dificultades, la familia puede construirse en el camino del bien, del amor y de la felicidad. La Sagrada Familia nos enseña que cuando el amor entre un hombre y una mujer se prolonga en los hijos, se genera una comunidad más fuerte que las fragilidades de cada uno. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="-webkit-text-size-adjust: auto; color: #333333; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 14pt; margin: 0cm 0cm 4pt; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua", serif;">Cierto, ser una familia buena, incluso ser la Sagrada Familia, no exime de dificultades. El evangelio de hoy nos dice en las palabras del anciano Simeón que para la Sagrada Familia no venían tiempos fáciles:</span><span lang="ES"></span><i><span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua", serif;">"Este niño ha sido puesto para ruina y resurgimiento de muchos en Israel, como signo que provocará contradicción, para que queden al descubierto los pensamientos de todos los corazones. Y a ti, una espada te atravesará el alma</span></i><span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua", serif;">". Esto puede ocurrir en la familia cuando se presentan dificultades por dentro a causa del egoísmo, o por fuera a causa de una cultura que agrede la comunidad familiar por medio de del materialismo y el relativismo. Pero todo adquiere un sentido cuando, en medio de las pruebas, la familia mantiene a Jesús dentro de su hogar y descubre que lo que permite superar las pruebas y descubrir las bendiciones en medio de las dificultades no es la abundancia de bienes materiales, o las relaciones sociales, sino el corazón lleno de amor a Dios y al prójimo. Como decía el Papa Francisco: <i>El mensaje que proviene de la Sagrada Familia es ante todo un mensaje de fe. En la vida familiar de María y José Dios está verdaderamente en el centro, y lo está en la Persona de Jesús… Cuando padres e hijos respiran juntos este clima de fe, poseen una energía que les permite afrontar pruebas incluso difíciles.</i><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="-webkit-text-size-adjust: auto; color: #333333; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 14pt; margin: 0cm 0cm 4pt; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua", serif;">De esta presencia de la Sagrada Familia en nuestra familia tiene que brotar el testimonio que las demás familias necesitan. Nuestros hogares deben poder ser buena noticia para los demás que pueden verse tristes y desesperados ante las dificultades, para los demás que necesitan de un buen ejemplo para volver a encontrar la esperanza, la alegría, los valores familiares. Este domingo de la Sagrada Familia nos invita a que todos hagamos nuestro un compromiso: hacer sagrada nuestra familia, hacer sagrada cada familia.<o:p></o:p></span></p>Cipriano Sanchezhttp://www.blogger.com/profile/04167618951501997169noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2382795465939812588.post-56593210382699678722023-12-23T11:46:00.001-06:002023-12-23T11:55:35.898-06:00FELIZ Y NORMAL NAVIDAD<p> </p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-MX;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgiivOx1DKFqMbjsAoxsWvgj3UntQqSAqSB081stcL6zlwT589t1RBObxbamff2xViBepPqC_hBfRZn1VCfCNnDyKjsbxR8Z8zP0QJkDDF4YnGjSmFLQUGbCK1UlfnNXqYDKpWproAY3H9o-HtpE-vQUWwTrHr6ixMcxj4d6aJQbC2lQjM7VaHnUjcQGMLu/s571/Captura%20de%20pantalla%202023-12-23%20114419.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="307" data-original-width="571" height="253" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgiivOx1DKFqMbjsAoxsWvgj3UntQqSAqSB081stcL6zlwT589t1RBObxbamff2xViBepPqC_hBfRZn1VCfCNnDyKjsbxR8Z8zP0QJkDDF4YnGjSmFLQUGbCK1UlfnNXqYDKpWproAY3H9o-HtpE-vQUWwTrHr6ixMcxj4d6aJQbC2lQjM7VaHnUjcQGMLu/w471-h253/Captura%20de%20pantalla%202023-12-23%20114419.png" width="471" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-MX;">HOMILIA DE NAVIDAD
25.12.2023<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-MX;">Una frase que vamos a repetir en
estos días es la de ¡¡Feliz Navidad!! Sin embargo, esta Navidad en muchos
lugares no habrá muchas de las cosas que se nos hacen normales. Cuando pensamos
en una navidad normal pensamos en una navidad con Santa, comilonas, reuniones
familiares, regalos… Y, sin embargo, nada de eso hubo en la primera navidad. En
la primera navidad solo hubo una familia que recibió a un niño, lo envolvió en
vendas y lo pusieron en un pesebre. En la primera navidad los únicos que
llegaron a ver a Jesús fueron unos pastores, personas que vivían lejos de las
comodidades y que eran rechazados porque no podían vivir según la ley de Moisés.
En la primera navidad los que la vivieron no tenían modo de rodearse de muchas
cosas bonitas, como le pasa a muchas familias del mundo que no tienen lo que
nosotros tenemos en navidad. Entonces ¿qué es una navidad normal? La palabra de
Dios nos ayuda a juntar las piezas que forman el puzle de una Navidad normal,
la Navidad que nos vino a traer Jesús en Belén:<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-MX;">La primera pieza de la navidad es la
alegría. El profeta Isaías habla de un mensajero que trae buenas noticias, de
unos vigilantes que se alegran porque el rey llega a la ciudad, y de unas ruinas,
que si pudiesen platicar, se alegrarían porque viene el tiempo de volver estar
de pie con esplendor. La alegría de la Navidad es la de quien se entera de cosas
buenas y la de quien sabe que está a punto de ver a quien le hará un gran bien.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-MX;">La segunda pieza de la navidad es la
redención, que consiste en que Jesús nos quita lo que no está bien en nuestro
corazón. El nombre de Jesús signifia “Dios Salva”, porque es el mismo hijo de
Dios quien, al hacerse hombre como nosotros, nos quita los pecados, es decir
nos quita el peso de las obras malas que hay en nuestro corazón. Cuando hacemos
algo que no está bien, experimentamos un peso en el corazón, nos da pena, nos
sentimos mal. Y buscamos quitarnos ese peso. A veces lo hacemos contando lo que
hemos hecho a alguien, otras veces lo hacemos pidiendo perdón a quien hemos
podido ofender, o buscamos confesarnos para sentir el alivio de la absolución.
Jesús, al hacerse hombre, uno como nosotros, nos dice que le podemos contar
todo lo que queramos, que él siempre nos perdona y nos hace sentir el alivio de
que las cosas malas de nuestra vida no nos hacen esclavos para siempre. Jesus
nace para rescatarnos de toda maldad y nos ayuda a dedicarnos a las buenas
obras. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-MX;">Y así llegamos al tercer elemento de
la navidad que es el poder estar unidos con Dios y en Dios: Jesús se ha hecho
uno de nosotros para hacernos hijos de Dios, para que podamos volver a estar
unidos a Dios. Como los primeros seres humanos se apartaron de Dios, nos cuesta
más hacer el bien que hacer el mal, nos atraen más las cosas materiales que las
cosas espirituales. La presencia de Jesús, que es el Hijo de Dios, la Palabra,
que nos habla de parte de Dios, que <i style="mso-bidi-font-style: normal;">se
hizo hombre y habitó entre nosotros</i>, nos permite ser hijos de Dios, esto
es, poder estar cerca de él, poder hacer del bien algo más fuerte que el mal,
poder hacer, usando la imagen de san Juan, que la luz sea más fuerte que la
oscuridad. El evangelio de hoy termina diciendo que, con Jesús, podemos <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>ser cada día mejores, o sea, no solo saber lo
que está bien o está mal, como hacía la ley de Moisés, sino ser buenos y hacer
el bien, porque Jesús, presente en nuestra vida por su nacimiento, nos lleva de
la mano en nuestro camino.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-MX;">Todo esto es lo que tendría que ser
una navidad normal: llenarnos de alegría porque tenemos la certeza de que, al
ver a Jesús recién nacido, lo malo del mundo o de nuestro corazón, no es más
fuerte que lo bueno, pues Jesús nos hace buenos. Celebrar una navidad normal es
recordar que Jesús nace para que nunca se nos olvide que él siempre está ahí,
que no nos abandona, que camina a nuestro lado. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-MX;">En estos días, cuando veamos la
imagen del niño Jesús en el nacimiento, llenemos nuestro corazón de gratitud y
de alegría, porque podemos ser buenos, porque podemos ayudar a los demás,
porque podemos ser buenos para los demás, como Jesús es bueno para todos
nosotros en cada navidad. Como dice una oración del Papa Francisco: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Eres tú, Jesús, el Hijo que me hace hijo. Me
amas como soy, no como yo me creo que soy. Al abrazarte, Niño del pesebre,
abrazo de nuevo mi vida. Acogiéndote, Pan de vida, también yo quiero entregar
mi vida. Tú que me salvas, enséñame a servir. Tú que no me dejas solo, ayúdame
a consolar a tus hermanos, porque desde esta noche todos son mis hermanos</i>. Si
hacemos esto podremos ayudar a muchos a vivir una navidad normal, nos
llenaremos de alegría, nos sentiremos libres de lo malo que pueda haber en nuestra
vida y tendremos la certeza de que Dios ha hecho su casa en nuestro corazón. <o:p></o:p></span></p>Cipriano Sanchezhttp://www.blogger.com/profile/04167618951501997169noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2382795465939812588.post-60155695585196663932023-12-23T11:29:00.006-06:002023-12-23T11:58:31.062-06:00ADVIENTO...¡¡¡LISTOS PARA LA NAVIDAD!!!<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh4f6mWI4aanHolHHYE3AJTrdMWnpLpP0SSJ-UXQOgejb2pVGFS7Nc_Q-A5Hr6w2Xcv5PyDsHXpOtOsJGwXiayJ5T0W5ST0FHYQBnuCq-P8pkXilnI5_oUMUOmzYJNooBENW-9n5g62koRVyqrkIleApJlg6eg6jHG5ZflcJKNMijALYNEObUqlsPV2G7MX/s270/al-grate-cuarto-domingo-de-adviento-4401-blog_imagen.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="150" data-original-width="270" height="211" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh4f6mWI4aanHolHHYE3AJTrdMWnpLpP0SSJ-UXQOgejb2pVGFS7Nc_Q-A5Hr6w2Xcv5PyDsHXpOtOsJGwXiayJ5T0W5ST0FHYQBnuCq-P8pkXilnI5_oUMUOmzYJNooBENW-9n5g62koRVyqrkIleApJlg6eg6jHG5ZflcJKNMijALYNEObUqlsPV2G7MX/w380-h211/al-grate-cuarto-domingo-de-adviento-4401-blog_imagen.jpg" width="380" /></a></div><br /><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua", serif; font-size: 18.6667px;">HOMILIA 2023.12.24</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua",serif; font-size: 14.0pt;">Toda la misa de hoy es una preparación para
la llegada de la Navidad. Si hoy Dios llegase a nuestra casa y nos dijera: ¿Ya
estás listo para celebrar el nacimiento de Jesús? Nosotros podríamos responder:
ya tenemos todo, el árbol, lucecitas, guirnaldas, esferas y los calcetines para
Santa. Hasta hemos colocado las figuritas del nacimiento para que solo falte
poner al niño Jesús. Entonces, Dios nos podría decir que no hemos entendido
pues la pregunta es si nosotros estamos listos para celebrar el nacimiento de
Jesús.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua",serif; font-size: 14.0pt;">¿Qué tenemos que hacer para estar listos? Hoy
las lecturas son un diálogo entre Dios que promete algo y nosotros que
respondemos a esa promesa. Dios nos promete que va estar siempre cerca de
nosotros y va a guiarnos por la vida en el camino hacia el bien, como le dice
al Rey David por medio del profeta:<i> "Yo estaré contigo en todo lo que
emprendas, acabaré con tus enemigos y te haré tan famoso como los hombres más
famosos de la tierra. Le asignaré un lugar a mi pueblo, Israel; lo plantaré
allí para que habite en su propia tierra. Vivirá tranquilo y sus enemigos ya no
lo oprimirán más... Y a ti, David, te haré descansar de todos tus
enemigos."</i><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua",serif; font-size: 14.0pt;">Dios habla de enemigos, que en nuestra vida son
los pecados, las cosas malas que hacemos, las decisiones que tomamos por
egoísmo o por pereza y que nos generan el cansancio de seguir luchando para
hacer el bien. Dios quiere estar cerca cuando pensamos que las cosas malas son
más fuertes que las cosas buenas. Por eso, Dios nos promete que estaremos en
paz, que seremos felices.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua",serif; font-size: 14.0pt;">Pero ¿quién se va a encargar de cumplir esta
promesa? Quien va a cumplir la promesa es Jesús, que hace que la presencia de
Dios en nuestra vida nos haga más fuerte que todos los males y nos llene de
bienes. Por eso, el Ángel le dice a María:<i> "Vas a concebir y a dar a
luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús. Él será grande y será llamado Hijo
del Altísimo; el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, y él reinará
sobre la casa de Jacob por los siglos y su reinado no tendrá fin."</i><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua",serif; font-size: 14.0pt;">Jesús es el encargado de hacer posible que se
cumplan las promesas de Dios, no solo naciendo como un niño en Belén, sino
llevando su amor hasta el extremo de padecer, morir y resucitar por nosotros, para
mostrarnos que se ha tomado en serio su misión de cumplir la promesa de Dios
para con todos nosotros.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua",serif; font-size: 14.0pt;">El árbol de Navidad es un hermoso símbolo de
Jesús que cumple las promesas de Dios: Es un árbol verde que representa a Jesús
que nace en Belén y por eso colocamos una estrella en la punta del árbol. Es
Jesús que llena nuestra vida de frutos y por eso le ponemos esferas que
simbolizan los dones de Dios a los hombres. Es Jesús que nos rodea con su amor
y su misericordia y por eso le ponemos lazos o una cinta alrededor. Es Jesús
que ilumina nuestras oscuridades y por eso le ponemos luces. Pero el árbol de
Navidad también representa al árbol de la cruz, donde Jesús murió por nosotros,
mientras que sus hojas verdes nos recuerdan que Jesús está vivo por su resurrección.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua",serif; font-size: 14.0pt;">Si Dios cumple sus promesas en Jesús, tenemos
que revisar cómo respondemos nosotros. San Pablo nos dice que tenemos que
responder a tanto amor de Dios por medio de nuestra fe que busca obedecer a la
voluntad de Dios, y por medio de nuestras buenas obras, que manifiestan lo que
Dios ha hecho en nuestra vida, que eso significa dar gloria a Dios. El ejemplo
de María nos muestra el modo de llevar a cabo esto. Ella en primer lugar se
hace disponible a Dios, por eso pregunta: ¿Cómo puede ser cierto lo que me
prometes? es decir, yo estoy dispuesta, aunque no lo entiendo bien. En segundo
lugar, ofrece una preciosa declaración de amor: <i>"Yo soy la esclava del
señor, hágase en mí como lo has dicho."</i> Así, María nos enseña a unir
nuestra voluntad a la voluntad de Dios, a unir nuestro amor al amor de Dios. Si
todo lo que Dios nos promete es fruto de su amor por nosotros, nuestra
respuesta no puede ser otra que una respuesta de amor. Por eso Navidad es una
fiesta de amor: el amor de Dios que nos promete el bien en su Hijo Jesús y
nuestro amor que quiere corresponder dando lo mejor de uno mismo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua",serif; font-size: 14.0pt;">Dios toca a nuestra puerta y nosotros le abrimos
como nos recuerdan las Posadas: <i>—Mi esposa es María, es Reina del cielo y
madre va a ser del divino Verbo. —¿Eres tú José? ¿Tu esposa es María? ¡Entren,
peregrinos, no los conocía! —Dios pague señores vuestra caridad y os colme el
cielo de felicidad. —Dichosa la casa que alberga este día a la virgen pura ¡la
hermosa María! Todos: Entren santos peregrinos, peregrinos, reciban este
rincón, que, aunque es pobre la morada, la morada, os la doy de corazón. </i>Dios
se hace uno de nosotros, hagamos el esfuerzo por preparar nuestro corazón para
que estar muy cerca del amor de Dios, que se hace presente, para ser uno de
nosotros, para darnos la certeza de su amor.</span></p><p></p>Cipriano Sanchezhttp://www.blogger.com/profile/04167618951501997169noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2382795465939812588.post-91134570043599806972023-12-16T21:05:00.000-06:002023-12-16T21:05:29.462-06:00LUCES... ALEGRIA.. ¡¡ADVIENTO!!<p> </p><div style="text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgUr1k4VxEAUttDrW_o3IvQnnVma0HED9P8TeAwpCz0Ie32-bm5DFwf6-cSv9P3h0vbZuxCGUmEO6F9OsOwiZsUugpACJznyYTIIWwq9rnbBJh8L5O8kvnM6D7pdtgrmf3o98NMoVev4m1q1pCRM3PkPtQkduui0KObUPTofDWBX9_PngXeVPGRkpMIsyvk/s960/candle-64179_960_720.webp" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="640" data-original-width="960" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgUr1k4VxEAUttDrW_o3IvQnnVma0HED9P8TeAwpCz0Ie32-bm5DFwf6-cSv9P3h0vbZuxCGUmEO6F9OsOwiZsUugpACJznyYTIIWwq9rnbBJh8L5O8kvnM6D7pdtgrmf3o98NMoVev4m1q1pCRM3PkPtQkduui0KObUPTofDWBX9_PngXeVPGRkpMIsyvk/s320/candle-64179_960_720.webp" width="320" /></a></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><br /></span></div>Adviento III B Homilía 20231217</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;"><span style="font-family: inherit;">Este domingo que celebramos el domingo "Gaudete", una
palabra del latín que significa alégrense. Se llama así porque hemos cruzado la
mitad del Adviento y nos preparamos para celebrar en unos días el nacimiento de
Jesús. Pero, ¿tenemos motivos para alegrarnos? Por todas partes vemos guerras, enojos,
afán de tener poder para imponerse a otros, jóvenes destruidos por las
adicciones, pobreza sin remedio. ¿Y a pesar de eso nos podemos alegrar?</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit; font-size: medium;">La profecía de Isaías que dice:<i> "Me alegro en el
Señor con toda el alma y me lleno de júbilo en mi Dios"</i>, nos señala que
el motivo de la alegría no son las cosas que pasan en el mundo, sino algo
diferente: la presencia de Dios en nuestra vida. ¿por qué la presencia de Dios
puede ser un motivo de alegría? Porque como el mismo profeta dice:<i> "Me
ha enviado para anunciar la buena nueva a los pobres, a curar a los de corazón
quebrantado, a proclamar el perdón a los cautivos, la libertad a los
prisioneros y a pregonar el año de gracia del Señor".</i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit; font-size: medium;">El motivo de la alegría es que Dios envía a alguien a vencer
los males que atacan el corazón de los seres humanos y que nos hacen mucho
daño: el sentirnos derrotados y deprimidos, el sentirnos condenados, el
sentirnos como en una cárcel. Estos tres sentimientos resumen muchos de los
problemas que vivimos los seres humanos: cuando has sido traicionado, ¿no te
sientes deprimido? Cuando no has podido dominar tu odio o tu rencor, ¿no te
sientes como en una cárcel? Cuando has fracasado en algo que era importante
para ti, ¿no te sientes derrotado? Cuando ves que parece que el mal es más
grande que el bien en el mundo, ¿no te sientes con un corazón roto? Cuando te
parece que no eres capaz de superar tus defectos, ¿no te sientes condenado?</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit; font-size: medium;">Pero a esas situaciones tan oscuras, Dios les envía una luz
y por eso el profeta dice que hay alguien que ha sido enviado a anunciar una
noticia buena que se puede resumir en tres palabras: sanarnos, perdonarnos, ser
libres. Es decir, lograr que lo bueno vuelva a ser lo que brota en nuestra
vida, con una hermosa imagen: <i>"Así como la tierra echa sus brotes y el
jardín hace germinar lo sembrado en él, así el Señor hará brotar la justicia y
la alabanza ante todas las naciones". </i>El motivo de la alegría, es que,
a pesar de las cosas malas del mundo, el bien vuelve para ser más fuerte que el
mal.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit; font-size: medium;">¿Cuál es la buena noticia que hace que todo lo oscuro se llene
de luz? La buena noticia es que hay alguien que viene. Alguien que llega a darnos
la posibilidad de vivir de un modo tal que todo pueda ser mejor. ¿Nos imaginamos
que pudiéramos ser como nos dice San Pablo?: vivir siempre alegres, quedarnos siempre
con lo bueno, dejar de lado toda clase de mal, que todo nuestro ser, nuestro
espíritu, nuestra alma y nuestro cuerpo estén bien y en armonía y tener una
buena relación con Dios.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit; font-size: medium;">Nosotros solos no podemos hacer esto, pero para eso tenemos la
buena noticia que nos da San Juan, que <i>en medio de ustedes hay uno, al que
ustedes no conocen, alguien que viene detrás de mí, a quien yo no soy digno de
desatarle las correas de sus sandalias</i>. Juan no es digno de desatarle las
sandalias porque aquel que es nuestra buena noticia es más grande que todos
nosotros: porque es el hijo mismo de Dios. Quien viene es Jesús: <i>Su misión en el mundo
consiste en la liberación del pecado y de las esclavitudes personales y
sociales que ello produce. Él vino a la tierra para devolver a los hombres la
dignidad y la libertad de los hijos de Dios que solo Él puede comunicar.</i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit; font-size: medium;">Aquel que es nuestra buena noticia se ha hecho ser humano
como nosotros y para nosotros, se ha hecho un niño para que lo podamos amar sin
miedo. El que es grande se ha hecho pequeño, el todopoderoso se ha hecho
indefenso, el eterno ha querido acompañarme en mis cosas diarias. Esa es la
buena noticia.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit; font-size: medium;">Pero hay otra buena noticia: todos nosotros también podemos,
como Juan Bautista, ser testigos de la luz que viene a la oscuridad, de la
alegría que viene a la tristeza, del perdón que viene al odio, de la paz que
viene al desconsuelo. De cada uno de nosotros se tiene que poder decir en esta
Navidad: <i>"Este vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para
que todos creyeran por medio de él. Él no era la luz, sino testigo de la
luz".</i> El primer lugar donde hemos de ser testigos de esta luz es en
nuestra familia, con nuestro cónyuge, con nuestros hijos, con nuestros hermanos,
de modo que todos sientan que les hemos dado lo mejor de nosotros mismos. De
cada uno de nosotros se tiene que poder decir en esta Navidad que algo mejor ha
quedado en los lugares y en las personas con las que estemos. Hoy Jesús llega a
nuestro corazón a través de la Eucaristía para darnos lo que cada uno necesite:
consuelo, perdón, sentimiento de libertad, alegría, paz. Abramos de par en par
las puertas de nuestra vida a este regalo que Él nos quiere dar.</span></div></div><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>
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<p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>Cipriano Sanchezhttp://www.blogger.com/profile/04167618951501997169noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2382795465939812588.post-90489132785664037262023-12-09T20:18:00.000-06:002023-12-09T20:18:03.995-06:00ADVIENTO: TIEMPO DE CONTAGIAR CONSUELO<p> </p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj-Ge-liGMwkCIEhvp-HHdzwKf4vvIiROyUyg9R5fAoxIVPPgwf1AAVBbklxcdYwM_2I0GPGEe9NHp9mnXHb7FwKJ1VlU6EAWwiiXC2btn_IqvyJVvPusjJ35fQTZGw-Q_-LK0LZVuN4d7TgjeZ32LenNc6fJ2oo60oAcESohPui3h8Pb8rKbF8rSHR98fL/s275/descarga.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="183" data-original-width="275" height="268" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj-Ge-liGMwkCIEhvp-HHdzwKf4vvIiROyUyg9R5fAoxIVPPgwf1AAVBbklxcdYwM_2I0GPGEe9NHp9mnXHb7FwKJ1VlU6EAWwiiXC2btn_IqvyJVvPusjJ35fQTZGw-Q_-LK0LZVuN4d7TgjeZ32LenNc6fJ2oo60oAcESohPui3h8Pb8rKbF8rSHR98fL/w403-h268/descarga.jpg" width="403" /></a></div><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;">HOMILÍA II DOMINGO DE ADVIENTO B
20231210<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Si miramos alrededor, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>vemos todo lleno de luces que nos anuncian que
la Navidad está cerca. Este domingo de adviento nos dice que Jesús está cerca, que
él viene con nosotros para que no estemos solos en el tiempo. Jesús llega y
quiere estar con nosotros, él va caminando con nosotros, va a nuestro lado. Y
para que sepamos que no estamos solos, nos manda personas que nos anuncian que
Él está cerca y que va a estar pronto con nosotros. Uno de los que nos lo
anuncian es San Juan Bautista. Él nos dice que Jesús viene a llenar nuestro
corazón del Espíritu Santo, que es el amor de Dios, porque solo con el corazón
lleno de amor encontraremos la paz, y seremos sembradores de la paz. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>En este segundo domingo de Adviento, nos llega,
en el anuncio de Juan Bautista, la promesa de consuelo a través del amor de
Dios. Cuántas cosas nos duelen en el corazón. A veces nos duele el haber sido
defraudados por alguien. A veces nos duele el que las cosas en la vida no hayan
salido como queremos, sea en la familia, en el matrimonio, con los amigos, o en
el trabajo. A veces nos duele el que una persona querida haya tomado un camino
que no la va a llevar a la felicidad o que le esté yendo mal. A veces también nos
duelen las cosas malas que hemos hecho, nuestros pecados, las veces en que
hemos lastimado a otros, o las veces en que nuestra conciencia nos dice que no
hemos respondido a la voz interior de Dios que nos invita al camino del bien. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Ante este dolor, y a veces
frustración, que nos produce el vernos con fallas, la respuesta de Dios es estar
cerca para consolarnos e invitarnos a seguir adelante. Este es el sentido de la
hermosa profecía de Isaías en la primera lectura: el profeta nos dice que es
Dios mismo quien ha salido en defensa nuestra para que nuestros pecados no nos
angustien, que él llega para decirme que no tenga miedo y que, como hace un
pastor con sus ovejas débiles, él me carga en sus brazos: <i>Aquí está su Dios.
Aquí llega el Señor, lleno de poder, el que con su brazo lo domina todo. El
premio de su victoria lo acompaña y sus trofeos lo anteceden. Como pastor
apacentará su rebaño; llevará en sus brazos a los corderitos recién nacidos y
atenderá solícito a sus madres</i>. En el camino hacia la navidad, quizá
podríamos tener un momento para decirnos a nosotros mismos, o decirle a alguien
que lo necesite, que estamos en los brazos de Dios, que es Dios quien nos carga.
Qué bonita experiencia es que, mientras en adviento nos estamos preparando para
cargar en nuestros brazos al niño Jesús, resulta que es él quien nos carga en
sus brazos. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">En este segundo domingo de
adviento, tenemos que mirar con esperanza hacia el futuro, pues, aunque a veces
parezca que todo es oscuro, tenemos que tener la seguridad de Dios cambiará
todo lo malo en bueno, todo lo que es amargo en dulzura. A veces las cosas que
nos preocupan o <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>que nos angustian del
futuro, pueden hacernos pensar que la vida es como un desierto en el que nada
crece. Sin embargo, es en el desierto, como hemos oído en el evangelio, donde
aparece una voz de esperanza para decirnos que, si nuestros pecados, nuestros
miedos, son grandes, es mucho más grande el amor de Dios por nosotros. Y la
prueba de que ese amor es muy grande, está en que Dios se ha hecho hombre como
nosotros, de que lo podemos tocar, lo podemos ver, lo podemos sentir cerca. Este
es también el sentido de lo que nos dice el Apóstol San Pedro en la segunda
lectura, cuando dice: <i>Nosotros confiamos en la promesa del Señor y esperamos
un cielo nuevo y una tierra nueva, en que habite la justicia</i>. Eso es lo que
sucederá en Navidad. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">En este adviento, podemos
experimentar esta cercanía de muchos modos: está cerca por la misericordia que
se nos da en el sacramento de la reconciliación, está cerca por su presencia de
amor en la eucaristía. Está cerca seguimos su inspiración a hacer cosas buenas,
como dice el Papa Francisco: <i>Hoy se necesitan personas que sean testigos de
la misericordia y de la ternura del Señor, que sacude a los resignados, reanima
a los desanimados. Él enciende el fuego de la esperanza. Muchas situaciones
requieren nuestro testimonio de consolación. Ser personas gozosas, que
consuelan. Pienso en quienes están oprimidos por sufrimientos, injusticias y
abusos; en quienes son esclavos del dinero, del poder, del éxito, de la
mundanidad. ¡Pobrecillos! Tienen consolaciones maquilladas, no la verdadera
consolación del Señor. Todos estamos llamados a consolar a nuestros hermanos.</i><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">San Juan Bautista, nos recuerda que
el adviento es el tiempo para tener la certeza de que el amor de Dios ya está
en camino hacia nuestro corazón para consolarnos, y sobre todo para que
nosotros seamos testigos del amor de Dios en Jesús que nace. Les invito a que seamos
un poco Juan Bautista: <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>haremos que el
consuelo que Jesús nos regala a cada uno, se haga presente en los corazones de
quienes están cerca de nosotros siendo para ellos testigos del amor de Dios.<o:p></o:p></span></p>Cipriano Sanchezhttp://www.blogger.com/profile/04167618951501997169noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2382795465939812588.post-30887360930221113212023-12-02T18:32:00.000-06:002023-12-02T18:32:34.819-06:00ADVIENTO: ¡SUENA EL DESPERTADOR!<p> </p><p align="center" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: center;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhK1yIS9MYBnpMklzuIYmA_Z8GFhTjM6gFSxu45tSZFtsJKS6J8_1CSA8BFc4mzZGg9cIpxX1Rt1hWbjGNgnYD5npuGDOjEDRTDcyzs02i2_Cu4cpYxTrjQHJsehKa22YXLpeNOG1z0x9yq6OrUo2Lo45OB1uUoh_wYfCFxWDhiTk009xcVCuol5pGOzqjy/s1200/Black-and-white-alarm-clock-at-10-00-Aleksey-Popov-scopio.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="600" data-original-width="1200" height="226" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhK1yIS9MYBnpMklzuIYmA_Z8GFhTjM6gFSxu45tSZFtsJKS6J8_1CSA8BFc4mzZGg9cIpxX1Rt1hWbjGNgnYD5npuGDOjEDRTDcyzs02i2_Cu4cpYxTrjQHJsehKa22YXLpeNOG1z0x9yq6OrUo2Lo45OB1uUoh_wYfCFxWDhiTk009xcVCuol5pGOzqjy/w451-h226/Black-and-white-alarm-clock-at-10-00-Aleksey-Popov-scopio.jpg" width="451" /></a></div><br /><p></p><p align="center" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: center;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">ADVIENTO
DOMINGO 1 B 20231203<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><span style="line-height: 150%;">Estamos en una época con tantas cosas brillantes alrededor,
que nos pueden distraer, hasta pensar que no necesitamos a Jesús, como dice el
profeta Isaías: <i>"Nadie invocaba tu nombre, nadie se levantaba para
refugiarse en ti, porque nos ocultabas tu rostro y nos dejabas a merced de
nuestras culpas"</i>. Pero ¿no sentimos como si alrededor todo estuviera
mal? todo parece estar turbio: la política, la economía, la violencia. </span><span style="line-height: 150%;">Vemos el
ansia, aun pasando por encima de los demás, de poder, de tener y de gozar. </span><span style="line-height: 150%;">Y el fondo de todo está en el mal que
habita en el corazón humano, como dice Isaías: <i>"Nosotros pecábamos y te
éramos siempre rebeldes.; todos estábamos marchitos, como las hojas, y nuestras
culpas nos arrebataban, como el viento"</i>.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="line-height: 150%;"><span style="font-size: medium;">Cuando uno está en una situación
negativa, para salir adelante, tiene que reconocer que eso está mal, como si estamos
enfermos y nos empeñamos en decir que estamos bien; así nunca nos vamos a
curar. Si hay cosas que no están bien y no hacemos nada para cambiar de ruta,
vamos a seguir igual de mal. Cuando percibimos que no estamos del todo bien y reconocemos
que nos hace falta Jesús como nuestro salvador, Él nos saca adelante. El
Adviento nos hace reconocer que necesitamos a Dios en nuestras vidas, que
necesitamos que venga Jesús a nuestro corazón. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="line-height: 150%;"><span style="font-size: medium;">Por eso, el Adviento es tiempo para
poner en nuestro corazón una petición y una certeza. La petición es que Dios
venga a nosotros en Jesús que nace, porque lo necesitamos, como cuando un niño
está perdido y no sabe encontrar el camino de regreso. El Adviento nos invita a
decirle a Dios: "Mira, sé que no lo he hecho bien, pero no sé cómo
regresar; te pido que tú me busques, me encuentres y me ayudes a tener paz en
el corazón". La certeza es que Dios nunca nos va a abandonar porque, como
dice el profeta: <i>"Tú, Señor, eres nuestro padre y nuestro redentor; ése
es tu nombre desde siempre… Señor, tú eres nuestro padre; nosotros somos el
barro y tú el alfarero; todos somos hechura de tus manos"</i>. Dios nunca
nos abandona, ni permite que lo malo sea nuestro dueño. Como San Pablo escribe
a los primeros cristianos: <i>"Él los hará permanecer irreprochables hasta
el fin, hasta el día de su advenimiento. Dios es quien los ha llamado a la
unión con su Hijo Jesucristo, y Dios es fiel"</i>.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="line-height: 150%;"><span style="font-size: medium;">Dios nos ha llenado de cualidades
para hacer el bien. Si hiciéramos una lista de todo lo bueno que tenemos, nos
daríamos cuenta de lo valiosos que somos. Cuando vemos que somos generosos,
solidarios, sinceros, justos, o que controlamos nuestros enojos… ¡qué larga
podría ser esta lista! Si viéramos los dones que tiene nuestro cónyuge, o
nuestros hijos, nos llenaríamos de gratitud a Dios por todo lo que él les ha
regalado. El Adviento es un tiempo para descubrir todas las cosas buenas que
Dios ha sembrado en nosotros. Estas cualidades son regalos para hacer felices a
los demás. Así como pensamos en los regalos que vamos a pedir que el niño Jesús
nos haga a través de San Nicolás o de los Reyes Magos, tendríamos que pensar en
los regalos que el niño Jesús quiere hacer a los demás a través de nosotros.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="line-height: 150%;"><span style="font-size: medium;">¿Ante la responsabilidad por los
dones recibidos, qué tenemos que hacer? El Adviento nos deja una consigna:
vigilar, estar atentos. ¿Qué es lo que tenemos que vigilar? ¿A qué tenemos que
estar atentos? A la venida de Jesús. La venida de Jesús es la venida del mayor
bien, que es el amor de Dios que se hace humano como nosotros. El Evangelio nos
dice que el mejor modo de vigilar y estar atentos es hacer lo que Jesús espera
de nosotros, es esforzarnos por hacer bien lo que nos toca hacer. Ese es el
sentido de la parábola del portero que Jesús cuenta en el Evangelio. A veces
podemos desanimarnos para hacer las cosas bien cuando vemos tantas cosas malas
a nuestro alrededor. Podemos "dormirnos" como dice el Evangelio: <i>"No
vaya a suceder que llegue de repente y los halle durmiendo".</i> Dormirse
es dejar de hacer el bien, dormirse es pensar que no merece la pena ser mejores
personas, dormirse es cerrar la puerta del corazón a los hermanos que nos
necesitan o a los momentos de oración con Dios. Estar despierto es vivir de
modo pleno y consciente, con una preocupación dirigida hacia el bien de los
demás sin dejarnos llevar por la distracción o por la superficialidad.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="line-height: 150%;"><span style="font-size: medium;">Cuando nos desanimemos, sigamos
adelante con la esperanza cierta de que Jesús no falla. Nosotros a veces
fallamos. Él no falla. Acordémonos de la historia, de aquel que veía en la
playa cuatro huellas y le dijo a Dios: "¿Por qué veo cuatro huellas?"
Y Dios le dijo: "Es que yo siempre voy a tu lado". Pero un día en que
lo estaba pasando muy mal, solo veía dos huellas. Y entonces le preguntó a
Dios: "¿Por qué solo veo dos huellas?" Y Dios le dijo: "Porque
cuando lo pasas mal, no voy a tu lado; cuando lo pasas mal, yo te cargo".
En este Adviento, tengamos la seguridad de que Jesús viene para llenarnos de su
amor y hacer que nuestros dones nos llenen de felicidad a nosotros y a los que
nos rodean.</span><span style="font-size: 14pt;"><o:p></o:p></span></span></p>Cipriano Sanchezhttp://www.blogger.com/profile/04167618951501997169noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2382795465939812588.post-19242390359655805062023-11-25T18:45:00.001-06:002023-11-25T18:45:35.555-06:00UN REY PARA CAMBIAR EL MUNDO<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhAY_zqA8TcQUrS4EoVltSP7eZi5zWRNAJpwpne_ZzX86m69MbzJW_v5LFz7QnQSVg0ISla0KzeyIfJkW0DXpQfuRJFeQnr0TIyobEKwY6puHRPVZllXMOk9j3svBOz1P0HhhTx6X8JoY15i8npGF6YIJl7_q_xf7ymHBP-FgtugqZXp7w-W4rYkiDbFB2e/s1070/Cristo-Rey-%C2%A9-Vatican-Media.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="575" data-original-width="1070" height="216" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhAY_zqA8TcQUrS4EoVltSP7eZi5zWRNAJpwpne_ZzX86m69MbzJW_v5LFz7QnQSVg0ISla0KzeyIfJkW0DXpQfuRJFeQnr0TIyobEKwY6puHRPVZllXMOk9j3svBOz1P0HhhTx6X8JoY15i8npGF6YIJl7_q_xf7ymHBP-FgtugqZXp7w-W4rYkiDbFB2e/w402-h216/Cristo-Rey-%C2%A9-Vatican-Media.png" width="402" /></a></span></div><span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br />HOMILIA XXXIV DOMINGO ORDINARIO CRISTO REY</span><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">2023.11.26</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Ver a Jesús como Rey es una imagen que se hace un poco
difícil de concretar, pues hoy no tenemos claro lo que significa ser Rey, cuando
los reyes y las reinas o son personajes políticos, sociales o personajes de
Disney. En una encuesta reciente se identificaba a un rey con tres palabras: Poder,
Autoridad y Riqueza. Es obvio que Cristo Rey y el Reino de Cristo, tienen que
ser otra cosa diferente.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Este domingo, somos invitados a reflexionar sobre qué implica
que Cristo sea Rey, que posea un Reino y que nosotros seamos parte de este
Reino. Para ello, Jesús nos cuenta la historia del último día del mundo. una
historia que tiene tres partes. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">La primera nos dice que Jesús va a volver victorioso. una
victoria que está simbolizada en una la forma de celebrar la victoria sobre los
enemigos en tiempos de Jesús: Jesús vendrá con gloria y se sentará en un trono.
Como cuando un equipo de futbol regresa a su ciudad después de haber
conquistado una serie mundial. Es toda una celebración, hay alegría, hay fiesta.
Cristo es Rey porque su venida es un motivo de alegría y esperanza. Todo lo que
nos preocupa, nos da miedo, nos duele, desaparecerá con Jesús victorioso. Él es
nuestro Rey porque vence a lo que es enemigo de la verdadera dignidad del ser
humano. Cristo Rey nos otorga esperanza: la certeza de que un día todos seremos
felices y viviremos en paz, de que un día todos estaremos bien y de buenas. Es
el Rey que hace el bien venza al mal, en el que podemos poner nuestra seguridad.
Como decía el salmo: el señor es mi pastor, nada me falta, nada temo. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">En segundo lugar, Cristo es Rey porque es el modelo
que tenemos que seguir en nuestra vida. Él es el criterio que tenemos que
seguir para ser felices. A él tenemos que mirar para saber cómo tenemos que
comportarnos en la vida. Por eso se nos presenta separando a los seres humanos,
poniendo a unos a un lado y a los otros en otro, como lo haría un pastor. El
hablar de la izquierda y de la derecha, tiene que ver con la salida y la puesta
del sol. Si miramos al norte, el sol sale por nuestra derecha y se oculta por
nuestra izquierda. Por eso Jesús pone a la derecha pone a aquellos que han sido
luz y a la izquierda a los que han sido oscuridad. La luz es lo que da paz, lo
que da alegría, lo que nos permite ver la verdad de las cosas, la oscuridad es
lo que da amargura, lo que deja tristes, lo que no deja ver las cosas como son.
Cristo es Rey porque es nuestro punto de referencia a la hora de juzgar nuestra
vida, nuestros actos, las realidades del mundo. Tener el punto de vista de
Cristo nos pone del lado de la luz o de la oscuridad. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Y en tercer lugar, Cristo Rey nos dice cuáles son las
reglas para ser de su Reino. La pregunta que permite saber si estamos o no en
el Reino es una: ¿Amé haciendo el bien a los que lo necesitan o fui
indiferente? Esto quieren decir las seis circunstancias que reflejan muchas
situaciones de los seres humanos: a los que les falta algo esencial para vivir,
los que tienen hambre o sed; los que carecen de seguridad, porque no están en
su patria o no tienen lo esencial para estar ante los demás, los forasteros y
los desnudos; finalmente, los que se enfrentan a la soledad física o espiritual,
el caso de los enfermos y los que están en la cárcel. Jesús dice que no podemos
ser indiferentes ante quienes carecen de lo esencial para vivir, o tienen un
vacío en su vida. El amor que supera la indiferencia es el corazón del Reino de
Jesús. El Reino de Cristo, en última instancia, es la presencia del amor entre
los seres humanos. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Ahora, al escuchar a Jesús en el evangelio, quizá
tenemos un poco más claro en qué modo Jesús es Rey: Él es rey porque se
preocupa por nosotros, porque nos da esperanza, porque se pone al lado de lo
que cada uno de nosotros necesita. Nosotros somos parte del Reino de Cristo
cuando hacemos del amor nuestra regla de vida ante la tentación de la
indiferencia o de la dureza del corazón, cuando hacemos presente su amor a
pesar de nuestras fragilidades. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Hagamos nuestra su invitación a ser buenos pastores de
quienes nos necesitan, pues nosotros somos el medio privilegiado mediante el
cual él hace presente su Reino en el mundo. Si hoy lo reconocemos como nuestro
Rey, también examinemos, como estamos en su Reino y si de verdad somos sus
manos y su corazón en nuestro mundo.<o:p></o:p></span></p>
<p style="text-align: justify;">Cada vez que rezamos el padre nuestro, decimos ¡Venga
tu Reino!: hagamos que el reino de Jesús venga siempre a nosotros, poniendo en
él nuestra esperanza, dejando que nos ilumine y siendo sembradores del amor de Cristo
entre quienes nos necesiten. </p>Cipriano Sanchezhttp://www.blogger.com/profile/04167618951501997169noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2382795465939812588.post-32356472992692069532023-11-18T20:46:00.003-06:002023-11-19T10:25:42.141-06:00UNA MUJER DE DIEZ CON MENCION<p> </p><p style="text-align: center;"><span style="font-size: 14pt;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi3rJPD4JfD7hbfGAsV9iJHCFe1u_fddw9mFBBrz98gc_XuAFdRZqoJwnp9MiECKm5oklbErKWP3k4jzYIhaORTp65CNi74wkzMb2KWLmysk5LJVepiItjt_mZr1ThprYFHjK233HT3iohjp7q4wjXKbS3VswxVj8k8qfWmnH2RfRk0FSQZ8G6jF0-s5VBu/s1009/Captura%20de%20pantalla%202023-11-18%20203737.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="696" data-original-width="1009" height="221" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi3rJPD4JfD7hbfGAsV9iJHCFe1u_fddw9mFBBrz98gc_XuAFdRZqoJwnp9MiECKm5oklbErKWP3k4jzYIhaORTp65CNi74wkzMb2KWLmysk5LJVepiItjt_mZr1ThprYFHjK233HT3iohjp7q4wjXKbS3VswxVj8k8qfWmnH2RfRk0FSQZ8G6jF0-s5VBu/s320/Captura%20de%20pantalla%202023-11-18%20203737.png" width="320" /></a></div><br />HOMILIA PARA EL DOMINGO XXXIII <p></p><p style="text-align: center;"><span style="font-size: 14pt;">CICLO A DEL TIEMPO ORDINARIO </span><span style="font-size: 14pt; text-align: left;">20231119</span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"></p><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><span style="text-align: left;">Hoy Dios nos habla de una mujer que
ha sabido emplear de maravilla los talentos que puso en su corazón. La parábola
de los talentos es una de las más comentadas de la biblia, tanto que la palabra
talento, que es una medida, o un valor monetario, ha pasado a significar
cualquier habilidad o capacidad que sea valiosa para la sociedad o para una
persona: talento en la ciencia podría ser obtener un doctorado en una
disciplina científica, en el arte una carrera exitosa como artista, en el
liderazgo el ocupar un cargo de alto nivel en una institución. En los tiempos
de Jesús el talento equivalía a 34 kilos de plata, más o menos 60.000 mil
dólares. Con el dinero del que menos recibe, un trabajador de tiempos de Jesús
podría vivir 13 años y que más recibe podría vivir 65 años. Estos números nos
hacen ver lo generoso que es el señor de la parábola con sus siervos.<br /></span><span style="line-height: 150%;">La parábola es una preciosa reflexión
sobre nuestra responsabilidad con la generosidad que Dios ha tenido con
nosotros: una generosidad incalculable, que nace de su amor. Cuanto mayor es el
don, mayor es la responsabilidad que se tiene. Esta parábola no es sobre de
cuentas bancarias, sino cómo nuestro corazón responde al corazón de Dios, sobre
cómo vivimos una relacion de corazón a corazón con el señor, lo que nos invita
a seguir el consejo de San Pablo a la comunidad de Tesalónica, cuando les dice <i>no
vivamos dormidos, como los malos; antes bien, mantengámonos despiertos y
vivamos sobriamente</i>.<br /></span><span style="line-height: 150%;">En la parábola, el premio de los
buenos es entrar en el gozo del señor, mientras que el siervo perezoso y malo,
al que el señor llama inútil, pues ha perdido lo más valioso que es su propio
corazón, recibe como consecuencia el llanto y la desesperación, la amargura, la
frustración, el vacío, porque lo que le falta es el amor, como decía san
Agustín: <i>No puede quitarse lo que no se tiene; pero a este siervo le falta
algo, y por eso merece le priven de lo que posee: le falta la caridad de usar
bien de los dones, y se le quitará todo lo demás, pues sin la caridad nada
aprovecha.<br /></i></span><span style="line-height: 150%;">El amor es el don más excelente, el
talento más precioso, la cualidad que hace valiosas todas las demás. ¿Cómo
podemos hacer crecer los talentos? El libro de los proverbios nos presenta a
una “mujer de diez con mención”, por diez cualidades que hacen crecer el amor
verdadero en la vida, diez cualidades que hacen valioso al ser humano.<br /></span><span style="line-height: 150%;">El primer don es ser una persona de
trabajo incansable que busca siempre rendir de un modo mejor. El segundo, es
ser confiable, alguien en quien, como el siervo bueno del evangelio, puede
ponerse la fe y construye relaciones sólidas. El tercero, es ser hábil para
engrandecer a los demás, ayudándoles a aprovechar los respectivos talentos y dar
lo mejor de sí. El cuarto, es cultivar la benevolencia generosa, como un faro
que ilumina vidas y hace del mundo un lugar más amable. El quinto, es la
capacidad de transformar lo bueno en algo mejor, perfeccionando las realidades
que lo rodean. El sexto, es buscar dar resultados valiosos con los recursos que
se tienen a disposición. El séptimo, es ser solidario con los menos
afortunados, con un corazón compasivo que se hace faro de esperanza en un mundo
necesitado. El octavo, es tejer una relación con Dios hecha de amistad, que es
fundamento sólido en las incertidumbres cotidianas y une la felicidad con el temor
al Señor.<br /> </span><span style="line-height: 150%;">El temor es una cosa negativa, como
el sentimiento que experimentamos ante un mal que nos puede venir. Sin embargo,
referido a Dios, indica la reverencia, el respeto hacia alguien, por su valor,
su grandeza o su dignidad. Por eso en el salmo podríamos cambiar la palabra
temor por: Dichoso el que valora y respeta al Señor. La felicidad no puede
surgir del miedo, pero puede derivar del respeto hacia los demás, al valorar su
importancia para mí. Esto establece una relación sincera, similar a la que se genera
al demostrar respeto hacia un verdadero amigo, un cónyuge generoso o a mis
padres por los bienes que he recibido de ellos. Este respeto forja una relación
llena de gozo y plenitud. Como decía Juan Pablo II: <i> El verdadero concepto de temor es el
sentimiento sincero que el hombre experimenta frente a Dios, el temor filial,
que es un sentimiento arraigado en el amor de Dios: el alma se preocupa
entonces de «permanecer» y crecer en el verdadero amor a Dios. (Juan Pablo II,
11.06.89)<br /></i></span><span style="line-height: 150%;">El noveno, es cultivar un corazón
agradecido, alegre y sabio para gestionar los bienes que se poseen, sin caer en
egoísmos. El décimo, es el compromiso por ser un ejemplo positivo para los
demás, una inspiración que guía a quienes nos rodean a caminar por el sendero
de la virtud. </span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: "Book Antiqua", serif;">¿Cuáles son los talentos que yo he recibido? O
mejor dicho… ¿los estoy haciendo producir? ¿Están generando intereses en el
único banco que merece la pena? Hoy recibimos no un talento, sino al mismo
Jesucristo que nos llama a intensificar nuestra condición de buenos y fieles, como
camino para que entremos en el gozo de nuestro señor, ese gozo que no es otra
cosa que el amor que nos hace amigos de Dios y servidores de nuestros hermanos.</span></span></div><p></p>Cipriano Sanchezhttp://www.blogger.com/profile/04167618951501997169noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2382795465939812588.post-26637407409020685842023-11-11T20:17:00.000-06:002023-11-11T20:17:08.745-06:00¿COMO ANDAS DE ACEITE?<p>¿COMO ANDAS DE ACEITE?</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEje3Qt7P35RRDjSc-edOK57K4rvqcxWGFiyua3FslVnlx_fK9hisQ2wOX04PsEMYibjuDNCShgOVDgLxakTiF-bT6JwaHjFxBkBj0xGp6RlxZ6MV3Dd8XOIFf_J82jxA_Smy8Im3XSJaOSjuLHF3v5E6B0FHISnRGFTlIhQZURo-GHoNgEJy1-1I3u2ZzBG/s748/Las-10-virgenes.webp" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="590" data-original-width="748" height="252" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEje3Qt7P35RRDjSc-edOK57K4rvqcxWGFiyua3FslVnlx_fK9hisQ2wOX04PsEMYibjuDNCShgOVDgLxakTiF-bT6JwaHjFxBkBj0xGp6RlxZ6MV3Dd8XOIFf_J82jxA_Smy8Im3XSJaOSjuLHF3v5E6B0FHISnRGFTlIhQZURo-GHoNgEJy1-1I3u2ZzBG/w360-h252/Las-10-virgenes.webp" width="360" /></a></div><br /><p><br /></p><p><br /></p><p>HOMILIA DOMINGO XXXII CICLO A </p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br /></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">A todos nos gustan las bodas. Hoy, Jesús nos habla de una
boda. Las bodas en el tiempo de Jesús comenzaban con la espera del novio.
¿Cuándo llegaría el novio? Nadie lo sabía. Por ello, la novia estaba en vela
con diez amigas. Tenían que estar preparadas con lámparas con aceite para
alumbrar el camino al novio cuando llegara en busca de su prometida, con una
procesión de palmas, ramas de mirto y música. Esto nos hace entender, como nos
cuenta Jesús, que alguien da un aviso, o el que no se sepa a qué hora llega el
novio, o que las doncellas sean el cortejo de la novia. Esta parábola nos hace
ver lo que significa ser los amigos invitados a la boda del cielo.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Lo primero es que Jesús se presenta como un novio que nos
ama con el amor de un novio a su novia, un amor de entrega completa a su novia,
que es la iglesia. Como la Iglesia somos todos, el Señor nos ama a todos con
todo su corazón. La puerta de este amor en la iglesia es el bautismo, un regalo
que tenemos que poner en práctica. Es como si tengo una semilla y no la
siembro, nunca crecerá la plantita. Es como si tengo un teléfono inteligente de
última generación, pero sin batería, solo hace bulto en el bolsillo. El
bautismo, hecho vida, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>hace que Dios
pueda entrar en nuestra vida y hacernos felices, más fuertes que el pecado y
que el mal. Jesús ama con todo su corazón a la Iglesia. Cuando nos preocupen
las cosas negativas que suceden en la Iglesia, tengamos la certeza de que nada
hay más fuerte que el amor de Jesús.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Lo segundo es que Jesús invita a sus amigos a una fiesta de
bodas: llenos de felicidad, compartiendo con los amigos, recordando cosas
buenas, disfrutando de gran alegría. Esta es la fiesta del cielo. A veces
pensamos en el cielo como un sitio donde estamos con alitas tocando el arpa…
pues no… siempre que Jesús habla del cielo, habla de una gran fiesta de amigos
que no tiene fin.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Sin embargo, falta saber qué tienen que ver las doncellas de
las lámparas en todo esto. Las lámparas encendidas son el símbolo de la amistad
con Cristo. Poner en práctica el bautismo implica poner en práctica la amistad
con Cristo. Solo se puede entrar a la fiesta del amor de Cristo siendo sus
amigos, porque solo el amor abre las puertas al amor. Las lámparas significan
el corazón de cada uno y el aceite es el amor que las hace brillar. San Agustín
decía que el aceite de las lámparas era el amor: la caridad, se halla
significada en el aceite. "El aceite se coloca siempre por encima de todos los
demás líquidos. Vierte un poco de agua y echa encima aceite; este queda encima.
Echa aceite, vierte agua encima, y el aceite sube a la superficie. La caridad
nunca se hunde". Esta es la razón por la que las doncellas previsoras no pueden
dar aceite a las descuidadas, porque yo no puedo amar por ti. Te puedo amar,
pero no puedo amar por ti. El amor es algo personal, y o lo tienes, o no lo
tienes. El Señor nos avisa para que en la vida no nos quedemos sin aceite. Si
tenemos aceite, es decir, si nuestro corazón tiene amor a Dios, aunque se nos
apague el entusiasmo, o nos perdamos en el camino, o no seamos como hubiéramos
querido ser, podremos encontrar el modo de volver a encender nuestra lámpara,
para estar listos en la amistad con Jesús.</p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">También el evangelio nos dice que algunas de las doncellas
se quedaron fuera de la fiesta: la tragedia de las doncellas descuidadas es que
habían descuidado el amor y habían descuidado amar en el tiempo que tenían para
amar. Esta vida es el tiempo que tenemos para llenar nuestra lámpara de amor
con nuestras buenas obras, con nuestra misericordia, con nuestra generosidad, o
con nuestros sacrificios.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Lo importante en la vida es llenar de amor nuestras
lámparas, no ser famosos, o ganar mucho dinero, o tener muchas vistas en
Instagram. Lo importante es amar, esa es la verdadera sabiduría, de la primera
lectura: "Radiante e incorruptible es la sabiduría; con facilidad la
contemplan quienes la aman y ella se deja encontrar por quienes la buscan…
Darle la primacía en los pensamientos es prudencia consumada..." Quien ama es
sabio, porque es capaz de entender las cosas bajo la única luz importante.
Quien ama tiene aceite para esta vida y además también para entrar lleno de
alegría a la fiesta de Jesus, como decía San Pablo: "no vivan tristes, como los
que no tienen esperanza. Pues, si creemos que Jesús murió y resucitó, de igual
manera debemos creer que, a los que mueren en Jesús, Dios los llevará con él."<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">La historia que hoy nos ha contado Jesús es una historia de
amor, pero de amor verdadero, del que se compromete. ¿Cómo está nuestra
lámpara? ¿Tiene aceite? Aprovechemos el regalo que la Eucaristía nos da cada
domingo: Jesús, el amor de Dios a la humanidad, viene a nuestro corazón, para
llenar nuestras lámparas. Viene para que si le abrimos de par en par las
puertas de nuestro corazón, él también nos abra de par en par las puertas del
suyo.<o:p></o:p></p>Cipriano Sanchezhttp://www.blogger.com/profile/04167618951501997169noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2382795465939812588.post-79081559310456353982023-11-04T10:41:00.001-06:002023-11-05T19:00:08.759-06:00IMPORTANTES Y SERVICIALES: TRAMPA O TRIUNFO<p> </p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh6Jrwa7Iat2M6qSKqmkz4tDJfXohYySYIHAmEpgXK_L_wegToMTZ6xQ5zGBfAf-QavHRytC8IyCupPfGkTnPJ1_hyzsEtzRq_q7-PB7UAmsnOOqG4CY0zMBXCVndjY3YlLy8H84u7AqYa2W7HUbtaYAFpDO8hWmNX-b6TGdHp8Egh8Niz_Shjdd5dAWJFP/s640/Servicial-sin-esperar-nada-a-cambio.webp" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="392" data-original-width="640" height="196" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh6Jrwa7Iat2M6qSKqmkz4tDJfXohYySYIHAmEpgXK_L_wegToMTZ6xQ5zGBfAf-QavHRytC8IyCupPfGkTnPJ1_hyzsEtzRq_q7-PB7UAmsnOOqG4CY0zMBXCVndjY3YlLy8H84u7AqYa2W7HUbtaYAFpDO8hWmNX-b6TGdHp8Egh8Niz_Shjdd5dAWJFP/s320/Servicial-sin-esperar-nada-a-cambio.webp" width="320" /></a></div><br /></div><br />HOMILIA DOMINGO XXI TIEMPO ORDINARIO CICLO A<p></p><div style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">A veces queremos ser reconocidos,
gente a la que todos aplauden. Pero la pregunta es cómo ser significativos, sin
tender a ser líderes que ponen a los demás debajo de ellos, o como ser
importantes sin aplastar a la gente que de alguna manera depende de nosotros.
La historia está llena de personajes famosos que quisieron ser reconocidos, a
costa de quienes tenían que servir. Pues nunca tenemos que olvidar que todos
somos iguales en dignidad como acabamos de escuchar en el profeta Malaquías: "¿Acaso
no tenemos todos un mismo Padre? ¿No nos ha creado un mismo Dios? ¿Por qué,
pues, nos traicionamos entre hermanos?".<br /></span><span style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">A veces comenzamos a querer ser señalados
con buena intención, porque sentimos que desde cierta posición vamos a ayudar a
otros o porque podremos desarrollar nuestras cualidades, como cuando alguien
quiere encabezar un apostolado o un deportista aspira a una medalla como corona
de su desarrollo profesional. Pero también puede pasarnos que al estar en un
puesto de importancia en vez de usarlo para servir a los demás, lo usamos para
servirnos de ellos. El problema no es que eso nos pase, pues todos somos
frágiles. El problema es que no nos demos cuenta de que nos está pasando, o
peor, que, al darnos cuenta, no estemos dispuestos a cambiar ese modo de
proceder.<br /> </span><span style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Este modo de actuar tiene como
consecuencia el que dañamos a las personas, porque no les dejamos desarrollarse
o humillamos, los hacemos sentirse inferiores. También tiene como consecuencia
el que los dañamos porque los desviamos del camino del bien. Cuando a alguien en
un puesto relevante no le importa el mal ejemplo que da, invita a que quienes
lo admiran sigan ese camino y hace que quienes son más frágiles, puedan tomar
decisiones que les perjudican. Pensemos en un influencer, un actor o un
deportista que promoviera comportamientos racistas o agresivos, o el consumo de
sustancias adictivas. Su comportamiento estaría dañando muy seriamente a los
demás. Eso es señala la primera lectura cuando el profeta habla con dureza a
los dirigentes del pueblo: "Ustedes se han apartado del camino, han hecho
tropezar a muchos en la ley". O lo que dice Jesús de los fariseos:
"Hagan, pues, todo lo que les digan, pero no imiten sus obras, porque
dicen una cosa y hacen otra".<br /></span><span style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Los que ocupan lugares importantes
tienen que tener cuidado con su comportamiento, porque muchos ojos los miran y
muchas vidas los van a imitar. Pero esto también puede pasarnos en casa cuando
queremos servirnos de nuestro esposo o esposa, siendo prepotentes porque creemos
tener derechos sobre él o ella. O pasa con los hijos o los nietos, que así como
imitan lo bueno de nosotros, nuestra generosidad, nuestro espíritu de trabajo,
nuestra caridad, también pueden verse incitados a imitar lo malo: nuestra dureza,
críticas, envidias y enojos, u otras cosas peores.<br /></span><span style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Al sabernos encumbrados podemos dejarnos
llevar por la vanidad y la soberbia, buscando nuestro honor propio. ¡Esto hace
tanto daño! Como lo decía Jesús en el evangelio: "Todo lo hacen para que
los vea la gente. Ensanchan las filacterias y las franjas del manto; les agrada
ocupar los primeros lugares en los banquetes y los asientos de honor en las
sinagogas; les gusta que los saluden en las plazas y que la gente los llame
'maestros'". Jesús nos propone un examen de conciencia porque todos
tenemos alguien que puede depender de nosotros. Es como si Jesús nos hiciese
cuatro preguntas: ¿para qué hago las cosas? ¿Qué me agrada cuando estoy con los
demás? ¿Qué me gusta en el modo en que ellos me tratan? ¿Cómo reacciono ante
los halagos que se me hacen?<br /></span><span style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Jesús por el contrario nos dice:
"Que el mayor de entre ustedes sea su servidor". Somos líderes cuando
servimos, cuando todo lo hacemos para el bien de nuestros prójimos. Esa es la
verdadera importancia del ser humano.<br /> </span><span style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Cuando San Pablo se dirige a los
cristianos de la ciudad de Tesalónica, destaca cuatro actitudes que nos
convierten en líderes: el actuar siempre con ternura y afecto hacia los demás,
estar dispuestos a entregarnos y sacrificarnos por ellos, llevar a cabo un
trabajo serio en beneficio de su bienestar, y mantener un corazón agradecido
hacia Dios y todos los que nos rodean. Estas actitudes, que son como cuatro
puntos cardinales, nos impiden caer en la trampa de la soberbia cuando
desempeñamos un papel valioso en la vida de alguien. Estas cuatro actitudes se
resumen en una frase: 'Nuestro afecto por ustedes es tan grande que hubiéramos
deseado ofrecerles no solo el Evangelio de Dios, sino también nuestra propia
vida, porque ustedes han llegado a ser sumamente queridos para nosotros. O esta
escena de Frozen: Anna está al borde de la congelación porque no logra comprender el
significado del amor. Olaf le dice: "El amor es poner las necesidades de
otra persona por encima de las tuyas, como cuando Kristoff te trajo de regreso
aquí con Hans ". Llena de asombro Anna pregunta: "¿Kristoff me
ama?". Entonces Anna se alarma al ver que Olaf comenzaba a derretirse y él
la tranquiliza: "Hay personas por las que vale la pena derretirse".<br /></span><span style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Jesús es nuestro líder porque no
nos redime desde la prepotencia. Se hace nuestro amigo con ternura, se entrega
totalmente a nosotros, no deja de hacer todo lo que está de su parte para hacernos
felices y vive la esencia de la gratitud que es el reconocimiento de lo mucho o
poco que nosotros hacemos para intentar ser mejores.<br /></span><span style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Cada eucaristía vuelve a repetir
este mismo milagro: el que es más elevado, el que es nuestro Señor, se hace
pequeño para servirnos desde nuestro corazón. Ojalá sepamos ser tan importantes
para nuestros hermanos que les podamos servir dándoles lo mejor de nosotros
siempre que lo necesiten.</span></div>
Cipriano Sanchezhttp://www.blogger.com/profile/04167618951501997169noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2382795465939812588.post-80431129711876591202023-10-28T22:47:00.002-06:002023-11-02T18:10:16.674-06:00UN TUTORIAL PARA LA FELICIDAD <p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi8FqQN9BxN7kErwuVXij-68bw4U9L3zEfg3S0YE7nj30IsbFBf0yFgIsRbiQf3W_rRAzNGu1SxFTw4RbEP1fMjjM1tWScwVOhp9J4yoo-QejmMc4xF0afiYj6S55j0773E0HBRQsOSrB2tP7Njf_K40fFqt_EdysU7ZDKI8hPgxn-BmaPNDVUAobTVchul/s780/Fariseus-questionam-Jesus-Tissot-1140x761-1-780x470.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="470" data-original-width="780" height="193" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi8FqQN9BxN7kErwuVXij-68bw4U9L3zEfg3S0YE7nj30IsbFBf0yFgIsRbiQf3W_rRAzNGu1SxFTw4RbEP1fMjjM1tWScwVOhp9J4yoo-QejmMc4xF0afiYj6S55j0773E0HBRQsOSrB2tP7Njf_K40fFqt_EdysU7ZDKI8hPgxn-BmaPNDVUAobTVchul/s320/Fariseus-questionam-Jesus-Tissot-1140x761-1-780x470.jpg" width="320" /></a></div><br /><p></p><p style="text-align: center;">HOMILIA XXX DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO A 2023.10.29</p><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 150%;">Hoy estamos en el mundo de los tutoriales que nos permiten
hacer cualquier cosa, con la seguridad de conseguir lo que anhelas si seguimos
los pasos indicados. Esta seguridad se busca en la educación de los hijos, la
solución de los problemas conyugales, e incluso con nuestra relación con Dios.
Por eso en algunas religiones los mandamientos son los tutoriales para llevarse
bien con Dios.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 150%;">En la Biblia encontramos muchas reglas de tipo ético,
litúrgico y ritual que ofrecían la certeza de que al cumplirlas se está bien
con Dios. Pero esto podía provocar que se esté más preocupado por hacer bien
las cosas que por saber para quién hacemos bien las cosas.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 150%;">El evangelio de hoy nos presenta una pregunta que le hacen a
Jesús. Jesús ha dejado callados a los saduceos, un grupo que podríamos llamar
de mentalidad liberal. Entonces, los fariseos, de una mentalidad más
conservadora, se acercan a Jesús. La pregunta deja adivinar la preocupación,
por encontrar un principio unificador de las diversas formulaciones de la voluntad
de Dios. No era una pregunta fácil, si tenemos en cuenta que en la Ley de
Moisés se contemplan 613 preceptos y prohibiciones. Ellos piensan que Jesús les
va a resolver el problema de la prioridad entre tantas normas. Para ellos el
problema era la prioridad, es decir el orden.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 150%;">Pero para Jesús el problema es otro: la esencialidad, es
decir lo que es de verdad imprescindible en la relación con Dios. ¿Qué es lo
esencial en la relación del cristiano con Dios? Es como si preguntáramos, ¿Qué
es lo esencial en una tortilla de papas? ¿O en un juego de futbol? Lo esencial,
para lo cual existía la ley, era la relación con Dios. Cuando en el antiguo
testamento aparecen lo que llamamos los diez mandamientos, se repite esta
frase: “Yo Yahveh soy tu Dios”. Es decir, todo esto lo tienes que hacer por tu
relación conmigo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 150%;">Jesús deja muy claro que lo esencial en nuestra relación con
Dios se encierra en la palabra amor. Esta es una de las grandes aportaciones
del cristianismo. Los dioses de las religiones paganas debían ser aplacados
para conseguir su benevolencia. En la religión judía, a Dios había que
obedecerlo. Jesús nos dice que a nosotros se nos pide amar a Dios y de modo
semejante amar al prójimo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 150%;">Este paso es trascendental. Porque estaba bien eso de amar a
Dios, pero cuando Jesús incluye el amor al prójimo, dice que es un mandamiento
semejante. Es el segundo, pero es semejante. Es decir tiene la misma
importancia que el amor a Dios.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 150%;">De esto nos habla la primera lectura, en la que Dios recuerda
que el modo en que el pueblo tiene que tratar a los desprotegidos debe ser
semejante al modo en que Dios ha tratado a su pueblo. El prójimo al que debemos
amar es también el forastero, el huérfano, la viuda y el indigente, es decir,
los ciudadanos que no tienen ningún "defensor". El amor al prójimo
está en relación inseparable con el amor a Dios pues es el modo en que yo me
parezco al modo en que ama Dios. La lectura termina diciendo “yo soy
misericordioso”, pues si yo quiero relacionarme con él y parecerme a él, yo
también lo tengo que ser.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 150%;">Lo más esencial de la ley, de la relación del ser humano con
Dios, es amar a Dios y al prójimo de modo inseparable. San Juan será muy claro
cuando en sus cartas diga que no se puede amar a Dios a quien no se ve, si no
se ama al hermano a quien sí se ve. En medio de la tupida selva de preceptos y
prescripciones Jesús abre una brecha que permite distinguir dos rostros: el
rostro del Padre y el del hermano. Nos entrega dos rostros, es más, un solo
rostro, el de Dios que se refleja en muchos rostros, porque en el rostro de
cada hermano, especialmente en el más pequeño, frágil, indefenso y necesitado,
está presente la imagen misma de Dios. (Papa Francisco)<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 150%;">Esto es un serio examen de conciencia para todos nosotros que
vivimos en un mundo lleno de guerras, de genocidios, de injusticias con los
pobres, de abusos de los débiles, de indiferencias con los que sufren. Es un
examen de conciencia para también analizar algo tan concreto, como las
relaciones familiares, o entre compañeros de trabajo, o los modos en que
organizamos la vida política y social. En todos estos campos podríamos
preguntarnos ¿Cómo decir que amamos a Dios cuando el rencor sigue siendo la
muralla que cierra nuestro corazón? ¿Cómo decir que amamos a Dios cuando la
etiqueta que humilla al otro es la constante del hablar? O simplemente ¿Cómo
amamos a Dios?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 150%;">Por supuesto, no faltan debilidades y dificultades, pero el
amor todo lo supera, todo lo renueva, todo lo vence: el amor de quien,
consciente de sus propios límites, sigue dócilmente las palabras de Cristo,
divino Maestro. Cada vez que nos acercamos a la Eucaristía, Jesús vive el amor
a Dios, porque nos ama con absoluta entrega, como a sí mismo. Abramos el
corazón para recibirlo y sigamos construyendo los caminos que nos hacen amar al
prójimo, que es nuestro semejante, en el amor a Dios.</span></p><p></p>Cipriano Sanchezhttp://www.blogger.com/profile/04167618951501997169noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2382795465939812588.post-56160448140207527582023-10-20T02:45:00.000-06:002023-10-20T02:45:57.531-06:00EL ROSTRO EN LA MONEDA: CLAVE DE UNA ESPERANZA (HOMILIA XXIX DOMINGO ORDINARIO CICLO A 2023.10.22)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhHOqx5o5gEQM2iGL02_ka_tXIBAPuZ7NryYGhy7_2z2K1RxvRHhm5rgIIB-C92buM8f2aVnRVmaOZhnF1SvixUj50A5s4SDj8nAde8OXdqBeUjxYl_eSi3A5cRZkTI0dGM0C5jC2xejvISgs6KjplxjX-0wSfuLqHDVBCPIaTyvKFvG8EjNL2kYI1Y2kCp/s480/IMG_0385.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="480" data-original-width="340" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhHOqx5o5gEQM2iGL02_ka_tXIBAPuZ7NryYGhy7_2z2K1RxvRHhm5rgIIB-C92buM8f2aVnRVmaOZhnF1SvixUj50A5s4SDj8nAde8OXdqBeUjxYl_eSi3A5cRZkTI0dGM0C5jC2xejvISgs6KjplxjX-0wSfuLqHDVBCPIaTyvKFvG8EjNL2kYI1Y2kCp/s320/IMG_0385.jpeg" width="227" /></a></div><br />TORD XXIX 20230.10.22 (DOMINGO DE LAS MISIONES, EL DOMUND)<div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Este domingo nos regala la invitación de la Iglesia a
reflexionar sobre el sentido misionero del ser cristiano y apoyar a quienes
anuncian la buena noticia en las periferias geográficas o sociales. Toda la vida
de Jesús tuvo un sentido misionero. Al principio del evangelio, San Mateo nos
presenta a los sabios de oriente, los Reyes Magos, como los que reconocen al
Mesías en Belén. A lo largo de su vida, Jesús anuncia su evangelio, tanto al
pueblo de Israel, los cercanos, como a los paganos, el centurión, la
sirofenicia. Finalmente, Jesús al salir de este mundo nos dice: <i>Vayan y
proclamen el evangelio a toda la creación.</i> </div><div style="text-align: justify;">Los cristianos debemos asumir la
conciencia de sabernos enviados para anunciar la esperanza que el Señor nos
propone, y así ser consuelo en un mundo lleno de sin sentido y amarguras,
ofrecer la alegría y la fortaleza que nacen de la fe en Jesucristo, a quien
debemos tener grabado en nuestro corazon, como recuerda el Papa Francisco: <i>La
primera motivación para evangelizar es el amor de Jesús que hemos recibido, esa
experiencia de ser salvados por Él que nos mueve a amarlo siempre más. Pero ¿qué
amor es ese que no siente la necesidad de hablar del ser amado, de mostrarlo, de
hacerlo conocer? No hay nada mejor para transmitir a los demás.</i> Evangelizar es,
además de transmitir una doctrina, saber descubrir los bienes que Dios ha
sembrado en nuestro mundo. Así lo vivió Isaias al hablar de Ciro el grande, rey
de Persia y su interés por reconstruir el templo de Jerusalén. Aunque era un rey
pagano, el profeta reconoce en él la mano providente del Señor: <i>Te llamé por tu
nombre y te di un título de honor, aunque tú no me conocieras. ... Te hago
poderoso, aunque tú no me conoces, para que todos sepan, de oriente a occidente,
que no hay otro Dios fuera de mí.</i> Es un ejemplo de cómo Dios anuncia su mensaje
por medio de quienes están fuera de los márgenes oficiales, una invitación a
saber ver la obra de Dios, que actúa con nosotros, sin nosotros y muchas veces a
pesar de nosotros. </div><div style="text-align: justify;">Para ser testigos de la esperanza y de la felicidad que trae
el evangelio, el único modo de convencer y transmitir la certeza de que merece
la pena seguir a Jesucristo es tener como referencia su comportamiento. Por eso
es muy valioso el pasaje del evangelio en que le preguntan a Jesús sobre la
moneda con la que había que pagar el tributo. Roma, dueña de Judea, obligaba a
pagar los impuestos con la moneda oficial que tenía grabada la efigie del
emperador, un signo de que el pueblo de Israel estaba sometido, sin libertad.
Jesús responde con la famosa frase de dar a Dios lo que es Dios y al César lo
que es del César. </div><div style="text-align: justify;">Esta afirmación de Jesús podría plantearnos dos preguntas. La
primera es sobre la moneda con que pagamos en la vida: A Dios lo que es de Dios,
dice Jesús ¿qué es de Dios en nosotros? ¿No lo hemos recibido todo de Él? La
vida, la familia, los dones personales, todo lo hemos recibido. Entonces, ¿con
qué moneda pagamos? ¿Cuál es la moneda que nos hace libres? ¿Cuál es la moneda
que nos hace esclavos? Según pagamos, o sea, según empleamos nuestros dones en
la vida, nos hacemos más libres para ser felices o más esclavos de lo que nos
hace infelices. La moneda que no tiene el rostro de Dios es la del egoísmo,
enojo, pereza. Pero si pagamos con generosidad, fortaleza, justicia, caridad,
estaremos pagando con la moneda del rostro de Dios, pagando, como nos ha dicho
San Pablo, con <i>las obras que manifiestan la fe de ustedes, los trabajos
fatigosos que ha emprendido su amor y la perseverancia que les da su esperanza
en Jesucristo, nuestro Señor.</i> </div><div style="text-align: justify;">La segunda es sobre la imagen de Dios en nosotros:
¿cuál imagen tenemos grabada en nosotros? ¿Me reconozco como imagen de Dios?,
¿Reconozco a cada ser humano como imagen de Dios y les respeto su dignidad? Como
decía Benedicto XVI: <i>todo hombre, lleva en sí mismo otra imagen, la de Dios y,
por tanto, a él, y sólo a él, cada uno debe su existencia, con la certeza de que
Dios ha escogido al hombre, que él ha creado, para reflejar su gloria.</i> Cada día
podremos poner en la moneda de nuestra vida y relaciones, en el modo de ser
padres o esposos o hijos o amigos, el rostro del César, que nos hace esclavos y
por tanto infelices, o renovar la imagen que nos hace felices, el rostro de
Dios, en nuestro modo de ver, juzgar y actuar ante las personas y las
circunstancias. </div><div style="text-align: justify;">Ser rostro de Dios nos compromete a trabajar por un mundo mejor,
una sociedad, una familia, unas relaciones laborales, que nos hagan mejores
seres humanos, con la certeza de que quien toca los corazones para abrirlos a la
salvación es el mismo Cristo. Todos somos misioneros, donde nos encontremos,
pues ser misionero es también acercarse a los corazones remotos, a las
sociedades remotas o a los ambientes remotos que pueden estar incluso en la
habitación de al lado. Pongamos en la Eucaristía de hoy la imagen de Jesús en la
moneda de nuestra vida para ser su rostro en cada día de nuestra vida.
</div>Cipriano Sanchezhttp://www.blogger.com/profile/04167618951501997169noreply@blogger.com0