Cuando pensamos en Malinalco se
nos pueden ocurrir muchas cosas: un magnifico campo de golf, un lugar con
supuestas buenas vibras, o un ambiente que nos remonta al lejano pasado prehispánico.
Sin embargo, Malinalco es también el lugar de una maravillosa semilla de bien
que está creciendo. Hace tres años, se ponía la primera piedra de un sueño: el
hospital para ancianos abandonados de las hermanas del Buen Samaritano. Este
domingo pasado se celebró la misa de acción de gracias por el primer año de
funcionamiento del hospital. Los enfermos que atienden son personas de bajo o ningún
recurso, sin acceso a una atención, y cuya única opción es morir en la miseria
y la necesidad de todo tipo, sin que nadie se preocupe de ellos.
Una pequeña
comunidad de religiosas se preocupa de ellos, la mayoría ancianos, aunque hay algún
que otro joven abandonado por su discapacidad incurable. Junto al hospital hay
un policlínico atendido por médicos de la Universidad Panamericana que da unas
setecientas consultas con medicinas gratuitas, así como un comedor para niños
de familias sin recursos del lugar, que da unas trescientas comidas semanales y formación nutricional y en valores a los
papás ¿Cómo se mantiene todo esto? Con la buena voluntad de muchas gentes, lo
que demuestra que no siempre se cumple el refrán “de buenas voluntades está
empedrado el infierno”. En Malinalco, de buenas voluntades, que trabajan por
los demás, está hecho un pedacito de cielo. Si nos admira la obra grandiosa de
la Madre Teresa de Calcuta, o los esfuerzos maravillosos de la Cruz Roja, llena
de gratitud el corazón encontrar que con menos medios y con el mismo gran
corazón, hay obras magníficas que crecen poco a poco entre nosotros.
Si quieres conocer más esta obra, te dejo estos enlaces...
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