lunes, 15 de octubre de 2012

COMPARTIENDO... OASIS EN EL DESIERTO: EL SEGUNDO DE TRES PASOS

Nosotros no sabemos cómo seremos partícipes de la cruz del Señor, pero no le deberemos sacar el bulto cuando se nos presente. Sobre todo, la cruz que nos hace testigos del principal gesto de Jesús: renunciar a sí mismo, dejar de lado el egoísmo. No sabemos si un día se nos pedirá una cruz física, ni que rostro tendrá. Lo que sí es cierto es que ya desde ahora podemos y debemos participar en lo central de la cruz de Cristo: renuncia al egoísmo y entrega generosa en todo lo que podamos, identificándonos con Jesús-Camino, abriéndonos a su misterio de salvación para que seamos hijos suyos y hermanos unos de otros; nos identifica con Jesús-Verdad, enseñándonos a renunciar a nuestras mentiras y propias ambiciones, y nos identifica con Jesús-Vida, permitiéndonos abrazar su plan de amor y entregarnos para que otros “tengan vida en Él”. (Aparecida n.137) María Magdalena tendrá que entender que no es posible seguir a Jesús sin la cruz, sin la renuncia, sin la muerte del egoísmo. A María Magdalena deberá entender que el seguimiento de su Maestro implica una donación sin reservas. De este modo, el rostro de la cruz se hace también el rostro de María Magdalena.

No hay comentarios: