jueves, 21 de junio de 2012

DE UN ANILLO PARA DOS: EL CONTENIDO DE LA ORACION EN FAMILIA


La oración no es solo una repetición de palabras, aunque a veces esto sea lo que hacemos mejor. La oración es sobre todo un encuentro con alguien que nos pide que nos relacionemos con él. Cuando los discípulos le piden a Jesús que les enseñe a orar, posiblemente estaban solamente buscando algunas fórmulas. Sin embargo, Jesús les entrega algo muy distinto. Les entrega una posibilidad de relacionarse con Dios como Padre, como alguien a quien hay que reconocer para la propia vida y como alguien que nos ayuda a reconocernos como lo que nosotros somos en nuestra vida. 
Tal y como nos lo entrega san Lucas, el padrenuestro es una oración de cinco frases a diferencia de las siete de San Mateo. Pero la estructura de la oración es muy semejante. Comienza con una invocación que ya en sí misma es un programa de relación: Dios es un Padre, por lo tanto alguien a quien nos une no cualquier cosa sino la vida misma. Con Dios no nos une algo abstracto, sino la vida misma que nosotros tenemos. Las peticiones incluyen todo lo que tiene que tener la oración: el reconocimiento de quién es Dios, el reconocimiento de quiénes somos nosotros, lo que él es para nosotros, lo que nosotros necesitamos de Él.
El padrenuestro es, por lo tanto, el contenido de toda nuestra oración en lo concreto de la vida. En él encontramos todo lo que necesitamos. Lo que acompaña nuestro caminar concreto y hacia lo que se dirige nuestro corazón. Por eso el padrenuestro es la oración de la familia, porque en él se encierra todo el caminar de los esposos, de los padres, de los hijos, de los hermanos, en la misma vida de familia que se desarrolla en las diversas circunstancias, a través de las cuales Dios habla a cada uno y pide de nosotros una respuesta auténtica: alegrías y dolores, esperanzas y tristezas, nacimientos y cumpleaños, aniversarios de la boda de los padres, partidas, alejamientos y regresos, elecciones importantes y decisivas, muerte de personas queridas, etc., señalan la intervención del amor de Dios en la historia de la familia. Por eso, reconocer a Dios como Padre en la vida de familia, lleva también a la acción de gracias, la imploración, el abandono confiado de la familia al Padre común que está en los cielos. De la oración del padrenuestro concluimos que la dignidad y las responsabilidades de la familia cristiana solamente pueden ser vividas con la ayuda incesante de Dios, que será concedida sin falta a cuantos la pidan con humildad y confianza en la oración.

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