sábado, 19 de mayo de 2012

SOMOS TU FAMILIA: PONER LIMITES ES DIFICIL (Claudia Amador)

Con frecuencia escuchamos expresiones como:
* Poner límites es muy difícil.
* Son muy pequeños todavía.
* Prefiero que me vean como su amigo(a).
Todas estas frases son  realmente pretextos para disfrazar nuestra incapacidad para poner límites y sí, tienen razón poner límites es muy difícil y requiere de una gran fortaleza interna y creatividad, pues poner límites es el trabajo más pensado del amor de padres.
Pero cuidado, no podemos postergar ésta tarea porque nuestros pequeños y nuestros adolescentes necesitan éstos límites. No ponerlos es tanto como abandonarlos emocionalmente, es una manera velada de agredirlos al no ocuparnos de ellos, dejarlos a la deriva sin establecer claramente qué estamos esperando de ellos, nosotros y la sociedad.
Nuestros hijos necesitan saber por dónde caminar y aunque se salten las trancas, siempre sabrán por dónde regresar en el camino, eso, si antes nosotros nos tomamos la molestia de decirles por donde. Esto les ayuda a tener certeza en la vida y desde luego les ayuda a construir su seguridad y autoestima. Tenemos que ser fuertes para tolerar que se salten las trancas y no esperar hijos perfectos, ellos necesitan probarnos y probarse a sí mismos que son capaces de regresar al camino correcto.
Dejar de hacer esta tarea como padres es formar hijos tiranos, insatisfechos consigo mismos e inseguros. Sin embargo, hacerlo requiere de mayor trabajo y compromiso, requiere de creatividad, de constancia y consistencia por parte nuestra. Los límites tienen que ser acordes a la edad de los hijos y circunstancias de cada familia.
No son recetas de cocina, ni se escriben con cincel. Deben ser flexibles y movibles, conforme se van superando etapas.
Pero, ¿cómo ponerlos? Empieza por pensar en:
* ¿En qué cosas te cuesta trabajo disciplinar a tus hijos? ó
* ¿En qué consideras que deben apoyar en casa y no lo hacen?
Establece una regla que tenga que ver con éstas respuestas y una consecuencia lógica que se aplicará en caso de que no se cumpla la regla. No pienses en castigo, los castigos van más en función de tu enojo y no de la falta. Tampoco en recompensas, eso es como manipularlos para que hagan lo que tú quieres a cambio de un premio y condicionarlos a que, sólo si se les da algo a cambio cooperarán.
Pensar en una consecuencia lógica no es tan difícil. Considera que la consecuencia debe estar relacionada con la regla, por ejemplo:
* Si mi hijo no ha hecho la tarea, no puede salir a jugar, ver televisión o chatear hasta que no la termine.
* Si mi hijo adolescente tiene un tiradero en su recámara, tendrá que terminar de arreglarla para poder salir con sus amigos. La lógica estriba en que no puede tener descanso si no ha trabajado.
* Si tu hijo olvida el lunch, no se lo lleves tú a la escuela, deja que se percate de que le dio hambre y no tenía que comer, verás que no se le olvidará más.
* Si tu hijo pequeño se resiste a comer lo que le das o a sentarse a la mesa, retira el plato y dile que supones que si se levanto de la mesa es porque ya terminó.
Asegúrate de que no coma golosinas por la tarde y no asalte la alacena, para que por la noche el pueda cenar bien. No te preocupes si se salta una comida, cuando vea que estás hablando en serio y le dé hambre, aprenderá que hay horas y lugares para la comida.
Para que las consecuencias lógicas funcionen tienes que:
* Establecer previamente las reglas y las consecuencias en caso de no cumplirlas y asegúrate de que él las conozca.
* ¡No te enojes!, déjalo que experimente la consecuencia de sus actos y verás que él se dará cuenta que es mejor seguir las reglas.
* Se constante y consistente con la reglas, mantente firme y no cedas frente a un capricho, porque esto te lleva a perder autoridad frente a ellos y te tomarán la medida pensando que no eres serio.
* Las reglas y las consecuencias son para todos los hijos, quizá con alguna modificación por cuestiones de edad o necesidad especial.
* Si son adolescentes puedes hacerlos participar para establecer consecuencias, pero deben cumplirse.
El establecer consecuencias de antemano, le permite a tu hijo decidir si quiere experimentar la consecuencia o seguir la regla. Le estas dando la opción de elegir y decidir por él mismo, favoreciendo su autonomía.
Le permites ver que la autoridad no es un enemigo y también le permites experimentar la satisfacción y orgullo de hacer las cosas bien.
¡Y a ti te permitirá disfrutar la responsabilidad de educar a tus hijos, lograr una comunicación abierta y tener menos conflictos con ellos!
(COLABORACION ESCRITA POR Claudia Amador Escudero)


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