jueves, 26 de abril de 2012

COMPARTIENDO: PASCUA EN FAMILIA


Vivir la pascua en familia es algo que nos suele costar porque puede parecer menos sencillo que las prácticas que la cuaresma nos propone, sin embargo, la pascua es el centro de la vida del cristiano y por lo tanto también debería ser el centro de la vida de la familia cristiana. Pero vivir la experiencia del resucitado es un poco más difícil que vivir la experiencia de crucificado. Nos cuesta un poco más tratar con un Jesús vivo que con Jesús muerto y esto es paradójico, como si fuera más sencilla la compasión que la amistad. Y es que la compasión no siempre lleva al amor, pero la amistad se alimenta necesariamente del amor y eso implica un compromiso de cambio de vida que a veces nos cuesta llevar a cabo.
Con todo, la familia necesita de Cristo resucitado para vencer sus noches, para ir más allá de sus fracasos, para salir de sus decepciones. La familia requiere de un Cristo que la lleve al amanecer, en el que la felicidad se hace compartida y se descubre como un amor sin fronteras, como un amor al que el mal, la fragilidad, la muerte ya no pueden tocar.
La reflexión sobre la escena de la pesca en Galilea, después de la resurrección, nos ayuda a ver a la familia en la perspectiva de la pascua. Y lo que es más hermoso, nos ayuda a ver a la familia reunida junto al don de amor que se nos ofrece en la eucaristía.
 (para leer el retiro completo, puedes ir a este enlace: http://unanilloparados.blogspot.mx/2012/04/retiro-deespiritualidad-familiar-abril.html)

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