sábado, 3 de marzo de 2012

SOMOS TU FAMILIA: QUE ES LA FAMILIA (Mariana Diaz)


¿Qué es la familia?
Por Mariana Díaz 
Hay familias grandes y pequeñas. Hay familias afectuosas y otras que no necesitan de tanto contacto para saber que están ahí. Hay familias sin espacio y otras cuyo espacio es tan grande que la comunicación parece ser nula. Hay familias que se han hundido después de situaciones difíciles y otras cuyo espíritu parece no romperse jamás. Hay familias que se encuentran día a día y otras que hace mucho tiempo se perdieron. Hoy por hoy no se cuenta con una verdadera definición global de lo que es la familia, sin embargo algo que todos sabemos es que es el primer grupo al que pertenece una persona, que es el lugar de donde parte y el puerto seguro al que siempre puede volver. La familia es aquella escuela de donde tomamos la seguridad para afrontar las situaciones de la vida, donde nos sentimos atendidos, valorados, queridos y aceptados, donde aprendemos a comunicarnos con otros seres y somos educados a través de distintos valores y formas de entender nuestro entorno. Es el origen de nuestra fuerza y nuestros lentes para ver el mundo, sin embargo y a pesar de la importancia que tiene, hoy hemos llegado a creer que este papel puede minimizarse, creemos que la estructura de la familia ha cambiado tanto que no podemos entenderla, decimos que la familia está en crisis y que por lo tanto está fuera de nuestros límites y del alcance de nuestra comprensión, y que por lo tanto no tenemos la capacidad, muchas veces, para darle dirección. 

Lo cierto es que tenemos miedo, y el miedo, al ser una emoción natural del ser humano, siempre es más difícil combatirla. Este miedo nos viene de no comprender la época en que vivimos, de no querer (o poder) cambiar la forma en que nos enseñaron que las cosas “debían” ser y encontrar nuestra nueva propia forma de comprender las experiencias por las que pasamos, porque asumimos que ver las cosas como lo hemos hecho siempre es suficiente para que el mundo sea como nosotros queremos. Hoy parece que padres e hijos hablan desde idiomas diferentes donde el único punto de encuentro es aquel que se habla con cosas materiales. Los padres tienen miedo de acercarse a los hijos porque creen que no cuentan con las herramientas suficientes para poder ayudarlos “porque las épocas son tan distintas” y que esto solo pone a prueba su madurez y experiencia en la vida, y que si no cuentan con las respuestas adecuadas entonces perderán el lugar, el estatus que hasta ese momento tienen como padres, como mayores, como adultos. Los hijos mientras tanto, tienen miedo a ser juzgados por sus figuras de autoridad, que mas que autoridad representan sus fuentes de cariño, de afecto, de seguridad, y entonces prefieren callar y buscar la comprensión en lugares donde sin saberlo pueden acercarse a factores de riesgo latentes e invisibles. La realidad de muchas familias es que hemos perdido la capacidad de entendernos unos a otros, de escucharnos realmente, conocernos, aceptarnos y apoyarnos. 

Es momento de comprender que es cierto que la familia está evolucionando, que es verdad que las épocas son distintas y que no podemos juzgar el presente por como ha sido el pasado. El mensaje a los padres es pedirles que se acerquen a sus hijos, que aunque el desacuerdo ante las decisiones que tomen esos nuevos seres que comienzan a descubrir la vida sea inevitable, se sientan orgullosos de que sus hijos ejerzan su poder de decisión e inteligencia que proviene de la seguridad que han adquirido de ustedes como padres, cuya labor es orientar y poner límites oportunos. A los hijos, el mensaje es que la familia, que los padres y hermanos son ese punto de encuentro donde uno simplemente “es”, que estar en casa significa ser aceptado y querido, pero también significa aceptar y comprender que viven en un grupo de normas y reglas donde uno puede buscar ser escuchado pero que siempre será a través del diálogo y la comunicación que va mas allá de palabras, que se dará a través de vínculos que se forjan día a día y cuya base siempre será el bien para todos y el amor. No elegimos en que familia nacemos, pero siempre podemos elegir como viviremos con esos seres que se nos han regalado para compartir la vida.

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