domingo, 4 de diciembre de 2011

Y EL VIDEO DEL DOMINGO ES: DOS PROFETAS, DOS CAMINOS

La llegada de Jesús al mundo no puede dejar nuestras vidas iguales. Requiere un cambio, una adaptación, estar dispuesto a moverse. Eso es lo que está en el evangelio detrás de los senderos enderezados y de los montes allanados como una metáfora de la vida que tiene que corregirse y ponerse en su correcto nivel. Pero eso requiere un corazón distinto. El video de hoy nos presenta a dos profetas. Un profeta tiene dos características, lleva un mensaje y sirve a otro. Gandalf  sirve al Rey que tiene que regresar y Denethor que es el senescal del Reino, es decir, el mayor de los siervos, pero siervo al fin. Uno anuncia lo que tiene que anunciar y otro decide servirse solo a sí mismo. Uno respeta lo que se le ha pedido y otro se apodera de lo que se le ha confiado. El adviento nos pone a Juan Bautista como el profeta que sabe lo que tiene que decir y sirve a quien tiene que servir. Y por eso invita al cambio de vida, el cambio hacia el futuro, en vez de estancarse en el pasado. Lo que Gandalf dice al final de este video en su conversación con Pippin es un examen de conciencia por cómo podemos echar a perder el don recibido si no estamos dispuestos a cambiar nuestras vidas, si seguimos empeñados en permitir que lo peor de nosotros acabe secando lo mejor de nosotros, cuando  nos encerramos en la soberbia, en vez de abrirnos a la esperanza que el cambio otorga. Denethor se auto otorga poderes que no son suyos, y eso le lleva a la ruina, no solo a él, también a su reino. La ruina de los responsables acaba por contagiar a quienes dependen de uno. Sin embargo, no todo se pierde cuando uno está dispuesto a pedir ayuda, cuando uno está dispuesto a romper el egoísmo o la soberbia del corazón. Recordar lo que somos y a quien le debemos lo que tenemos es el inicio de la esperanza de que los montes se abajen y los caminos se enderecen.


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