viernes, 2 de diciembre de 2011

CUANTO VALE EL TELETON

¿Cuánto vale el Teletón? Me queda claro que el teletón no vale lo que gana, sino que vale lo que da. Porque lo que el Teletón le da a México es mucho más de lo que en dinero puede recaudar. Hay quien ve al Teletón solo como la aportación de una sociedad compasiva y asistencial que se lava la conciencia de lo que no hace por los niños y jóvenes golpeados por la discapacidad física. El Teletón llena de valores a México, valores muy grandes, porque hacen mejor a toda la sociedad. El Teletón nos hace una sociedad que no se olvida de las obras que comienza, sino que progresa hasta lograr los objetivos que se propone. Porque el Teletón no es un esfuerzo hecho para que se quede en un museo de la autoexaltacion. El Teletón ha sido a lo largo de estos años una muestra de que los mexicanos podemos no solo hacer obras para la galería, para la foto del momento. El Teletón nos ha demostrado que somos capaces dar continuidad las obras que asumimos como un compromiso de cara a lo que ama y a lo que está cercano a su corazón.

Pero lo más valioso del Teletón son las personas. En primer lugar los niños que el Teletón atiende, esos niños semejantes a los que a veces nuestra sociedad condena a muerte dándoles el nombre de producto en vez de acompañar el dolor de las madres que los llevan en su seno. Niños que no habían conocido ningún otro apoyo que el de sus padres o el de su familia, niños que no cabían en ningún otro sistema de asistencia. Esos niños con distrofias musculares, lesiones medulares, amputados, accidentados, quemados. Pero niños completos en su dignidad como seres humanos, Las segundas personas valiosas del Teletón son los familiares de los niños. Los que los tienen en la casa, los que los llevan a las terapias, los que los animan a seguir adelante cuando los pasos son más cortos de lo que se esperaba. Familias que no se rinden ni ante la evidencia, porque saben que si la fe mueve montañas también puede mover los miembros de sus hijos. Las terceras personas son los trabajadores del Teletón: Los que no salen en la tele, a los que no se les aplaude, los que no suben al escenario del auditorio nacional en la gala final. Son los que continúan trabajando el lunes siguiente a que haya terminado el teletón y no paran hasta el viernes anterior a que comience el Teletón del año siguiente. Son los que cargan, los que curan, los que reciben, los que limpian, los que rezan, los que sonríen, los que sufren cuando los niños dejan de ir o cuando los niños ya nunca más van a ir, los que se emocionan con las lágrimas de los padres que empiezan a ver lo que jamás esperaron de sus hijos. Las cuartas personas del Teletón son los voluntarios, los que dan lo más importante que puede dar un ser humano, que es su tiempo: Voluntarios en los semáforos, voluntarios en los centros de rehabilitación, voluntarios en los eventos, voluntarios en la sombra.

Las quintas personas del Teletón son los mexicanos de todas las clases sociales, los mexicanos de las grandes empresas y los de la tienda de la esquina, los mexicanos de bolsillo abultado y los de bolsillo agujereado, los mexicanos de zonas residenciales y los de unidades habitacionales, mexicanos de carro del año y los de metro diario, los mexicanos de la tele, de la radio, de la prensa, del internet, del twitter... Porque el Teletón es de todos los mexicanos, no hay mejores ni peores, buenos ni malos, poderosos ni débiles, solo hay mexicanos que quieren que otros mexicanos “sus niños del Teletón” puedan seguir adelante. En el Teletón ningún mexicano da lástima. Todos son héroes, porque todos caminamos juntos.

1 comentario:

Fernando dijo...

P. Cipriano: como siempre, totalmente de acuerdo con estas bellas líneas sobre esta gran obra que ha cambiado y sigue cambiando el modo de ver las necesidades de las personas. Muchas gracias por estas reflexiones.