De Familia a Familia
Las redes sociales ¿en verdad nos acercan?
Las redes sociales ¿en verdad nos acercan?
Mariana Díaz
“¿Por qué esta magnífica tecnología científica, que ahorra trabajo y nos hace la vida más fácil, nos aporta tan poca felicidad? La respuesta es está, simplemente: porque aún no hemos aprendido a usarla con tino”.
Albert Einstein.
La humanidad es una constante evolución y nuestra sociedad como cada uno de nosotros vive un cambio constante. Con esto viene el desarrollo de tecnologías y herramientas que generan también transformaciones en la forma en que nuestras sociedades van pensando y en lo que se van convirtiendo. Surgen nuevas necesidades de las que no nos hacemos conscientes sino hasta que nos faltan, y un día debemos enfrentarnos a no tenerlas. Es ahí que todo nos parece mucho más complicado, sin darnos cuenta que hubo una vez en que no necesitábamos de ellas para realizar nuestras actividades, refiriéndonos desde las más sencillas hasta las que requieren un alto nivel de complicación. Nuestra comunicación antes era de forma directa; hoy hemos aprendido a conocernos a través de monitores y teclados, a hacerlo una forma importante de socialización donde uno incluso puede exponer no únicamente quien es, sino crear la fantasía de quienes queremos ser. No hay límites. Nos enfrentamos a una sociedad que entiende la cultura del Internet como un gran foro de expresión, un gran libro que no tiene principio ni fin, una lluvia de ideas que forma un océano de información. Un medio para estar siempre en comunicación, los tiempos privados ya no existen, a veces ni siquiera cuando dormimos.
No es la intención de este artículo satanizar la tecnología, porque se reconoce que es una gran herramienta sin la cual las distancias seguirían representando el principal obstáculo de un mundo globalizado que busca la verdad; sin embargo, si pretende ser una pausa de reflexión para todos los que nos hemos sumergido de forma cada vez más profunda hacia un mundo que constantemente abre más puertas y con esto mas verdades para las cuales tal vez aún no estamos listos. Hay una ley llamada “Ley de Krantzberg” acerca de la tecnología que menciona que esta “no es buena, ni mala, ni neutral, que todo depende de cómo se use” y es interesante mencionarla para analizar lo que sucede en nuestro país, donde se han realizado estudios que demuestran que el principal motivo de acceso a Internet en nuestra sociedad no es la búsqueda de información, sino el uso de las redes sociales. Los jóvenes que utilizamos las redes sociales, percibimos al Internet como parte de nuestra vida, nos parece complicado imaginar un mundo donde no existan, ya que o bien hemos nacido con ellas, o éramos muy pequeños cuando comenzaron a utilizarse. Sin embargo, el verdadero “bum” de las redes sociales es relativamente reciente y sin duda altamente necesario. Hoy para una gran mayoría, nuestro círculo social está reflejado en una red social. Hoy no podemos tener una idea sin quererla comunicar. Hoy se han fortalecido cada vez más los puentes digitales de la comunicación. Hoy las distancias físicas se ven anuladas, y de hecho estamos más cerca de quien está lejos, pero ¿estamos más lejos de quienes están físicamente cerca?
Creamos día a día nuestro mundo a través de gráficos, palabras, fotografías y canciones; lo hacemos saber, queremos que el mundo sepa de nosotros, nos importa ser vistos. Esto no puede representar mas que el más antiguo de los puntos de reflexión del psicoanálisis, donde se decía que todos necesitamos ser vistos, que si no somos observados por otro, entonces ¿cómo sabremos que existimos? Nos llenamos de información, nos sentimos rodeados y vistos, pero ¿en realidad estamos incrementando nuestro círculo de personas importantes, o es que corremos el riesgo de que un día observemos nuestro alrededor y veamos cuanto ha cambiado nuestro entorno y nosotros ni lo habíamos notado? Todo en esta vida es equilibrio, ese siempre será el verdadero desafío en todos los aspectos de nuestra vida. No es que las redes sociales sean malas, no es tampoco que sean buenas, pero definitivamente eso que un día comienza como un juego no puede representar mas que lo que es: un juego. No puede convertirse en nuestra forma de comunicarnos con el mundo. Nuestro reto no es seguir adquiriendo mas información o herramientas que nos permitan estar conectados, sino cultivar nuestros espíritus y mentes para guiar nuestras consciencias hacia el uso responsable de estas tecnologías que es un extraordinario mundo de oportunidades, pero que de no saber usarlas puede convertirse en la pérdida más grande de nuestro tiempo, pero sobre todo en un inmenso vacío que no encuentre ni siquiera un camino de regreso porque no sabemos cuándo nos perdimos.
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