sábado, 8 de octubre de 2011

SOMOS TU FAMILIA... EL ALCOHOLISMO EN MI HOGAR

De Familia a Familia
El alcoholismo en mi hogar. (Dra. Guadalupe Maestre)
Como nos dice la Psicóloga Peruana Lupe Maestre, el alcoholismo es una enfermedad emocional y física, que está basada en una dependencia al alcohol. Genera un marcado deterioro en la vida de quien padece la enfermedad y en su familia.  Muchas veces no se sabe realmente que es,  se desconoce incluso que es una enfermedad y no se trata como tal.  Tampoco se sabe cuál es la causa.  Solamente se conocen los síntomas externos. Hay quienes confunden al alcohólico y piensan que "sólo tiene la mala costumbre de tomar", cuando en realidad estamos frente a una  enfermedad. Se conoce como enfermo alcohólico a toda persona que no puede controlar su manera de beber, lo que lo conduce a problemas personales (morales, espirituales y de salud), familiares (de trato, de comunicación y económicos), laborales y sociales. Es una persona que padece una compulsión física, emparejada a una obsesión mental por la bebida. Muchas veces se piensa erróneamente que es alcohólico aquel que toma hasta morir, pero no es así. Alcohólico es  también aquella persona que aunque toma un poco, su conducta se altera y no puede parar de tomar.
¿Qué caracteriza el trastorno por dependencia al alcohol?
·         Incapacidad para dejar de beber
·         Repetidos intentos para reducir la cantidad de alcohol consumida (incluso con períodos de abstinencia total)
·         Sobre ingesta esporádica
·         Períodos de amnesia para algunos sucesos ocurridos durante la intoxicación
·         Continuar con la bebida a pesar de percibir consecuencias negativas para la salud o para la conducta adaptativa (social, escolar, familiar, laboral)
Las causas más comunes del consumo de alcohol en lo jóvenes son:
·         Para sentirse bien y divertirse
·         Para descansar y olvidar el estrés
·         Para escapar
·         Porque les gusta el sabor de las bebidas alcohólicas
·         Para estar más a gusto en reuniones
·         Para ser parte del grupo
Consecuencias más habituales.
·         Conductas agresivas durante la intoxicación
·         Ausentismo laboral y en el caso de los jóvenes interfiere en sus estudios.
·         Pérdidas de empleo
·         Problemas legales (por ejemplo, arrestos por conducir ebrio, pleitos callejeros, etc.)
·         Discusiones con los familiares y amigos por el consumo excesivo de alcohol
·         En casos crónicos: demencia por alcohol 
Las familias que tienen un problema de alcoholismo en casa, se dan cuenta que algo extraño sucede. El alcoholismo altera su organización, sus costumbres, sus actividades cotidianas y sus relaciones afectivas, dando lugar a una serie de síntomas típicos que perturban el equilibrio o el orden que antes existía. En un primer momento hay desconcierto y confusión ante el problema. Nadie sabe cómo actuar y, en ocasiones, se justifica o se disculpa la conducta de la persona enferma ante los demás. Es un mecanismo de la negación. Aparece tensión, temor y estrés en todos los miembros de la familia. Las familias empiezan a verse metidas en discusiones y agresiones que no tienen fin. Se presenta una alteración de las normas, las costumbres y los valores familiares. Parece que todos son extraños y lo que en un inicio fue pactado con amor ahora simplemente ya no existe. Desconfianza y frustración son los sentimientos que empiezan a gobernar la casa tanto por parte de los padres como de los hijos, o entre los esposos. A esto se le suman sentimientos de culpabilidad y reproches mutuos. En la mayoría de casos esto hace que las familias se sientan avergonzadas y no hablen del tema, sumergiéndose cada vez más y más en esta enfermedad. Y para ayudarnos a detectar si  estamos padeciendo esta enfermedad,  proponemos estas 4 preguntas para ser contestadas a nivel personal:
1.    ¿Le ha molestado que la gente lo critique por su forma de beber?
2.    ¿Ha sentido alguna vez que debe beber menos? 
3.    ¿Alguna vez se ha sentido mal o culpable por su forma de beber?  
4.    ¿Alguna vez ha necesitado beber por la mañana para calmar los nervios o eliminar molestias por haber bebido la noche anterior? 

Una respuesta positiva para al menos dos preguntas puede indicarle que hay una enfermedad de alcoholismo latente en su vida. No debemos olvidarnos nunca de que a pesar de que el ALCOHOLISMO es una enfermedad, tiene TRATAMIENTO, un proceso que implica un compromiso por parte de quien lo padece y de quienes lo rodean. De ninguna manera es un camino fácil, se necesita de mucha voluntad y responsabilidad, pero cuando se consigue, el bienestar personal y familiar que se obtiene hará sentir que VALE LA PENA seguir el tratamiento.
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