lunes, 24 de octubre de 2011

HOY INVITO A: JORGE TRIAS (JOBS Y TERESA DE JESUS)

JOBS Y TERESA DE JESÚS

JORGE TRIAS SAGNIER

Día 24/10/2011
En el discurso de Steve Jobs en la universidad de Stanford el día de la apertura del curso del año 2005, habló primero de su complicada infancia, llena de ausencias, luego se refirió a las peripecias que pasó en sus inicios profesionales y, por último, fue directo al final de la vida, o sea a la muerte, a ese a dónde vamos como algo necesario para que tengan su sitio quienes nos siguen, con sus cambios y progreso.
Nada nace, pues, sino ha muerto algo primero. Y la muerte puede ser el inicio, también, del más fascinante camino por otra vida. Una vida que barruntamos pero que desconocemos y que incluso dudamos muchas veces de su propia existencia.
Steve Jobs creía en la vida, en la intuición, en los impulsos del corazón, en los infinitos tipos de caligrafía que tenemos impresa en nuestras singulares cabezas. Estos días he visto varias veces ese discurso del tímido mago de la tecnología en Stanford, y me paré a ver sus gestos, su forma de leer, o ese momento en el que saca la botella de agua de debajo del atril y sacia su sed.
Me acordé de Teresa de Cepeda y Ahumada, cuya festividad como Santa Teresa conmemoramos el fin de semana pasado. «Nada te turbe,/ nada te espante,/ todo se pasa,/ Dios no se muda;/ la paciencia/ todo lo alcanza.Solo Dios basta». Yo no sé en que creía Jobs, conozco el pasado judío y el cristianismo de Teresa, pero ambos tenían una fe sin límites en el ser humano y en que la muerte no es el final.
A Steve Jobs le gustaba la caligrafía, como persona sensible que era. La de Teresa era una obra de arte y del entendimiento. Conocemos las obras de las personas pero no nos paramos a observar cómo las hicieron, el temblor de sus manos, el dolor o el amor de sus almas, o las vivencias que pasaron.

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