martes, 4 de octubre de 2011

HOY INVITO A... ALEJANDRO LANDERO (Sí a la vida. Sí a la educación sexual)

Es interesante el punto de vista de este periodista del periódico "Cronica" de la Ciudad de México, porque plantea un punto propositivo ante un problema que tiende a polarizarse de modo irracional. Sus puntos de vista puede ser más o menos compartidos, pero no me cabe duda de que ofrece un sendero de solucion.


Estos últimos días se generó nuevamente un intenso debate entorno a la legalización del aborto, un tema que siempre despierta pasiones. En las redes sociales, la discusión se expresó mayoritariamente en dos bloques: #sialavida y #derechoadecidir, que a través de miles de mensajes expusieron sus argumentos. Con el voto de los ministros Aguirre, Ortiz, Luna y Pardo las reformas que tutelan el derecho a la vida desde la concepción en Baja California y San Luis Potosí no fueron declaradas inconstitucionales. Las principales tesis que sostuvieron estos ministros en sus distintas intervenciones pueden resumirse de la siguiente manera:
El ser humano no nacido sí es sujeto de derechos, comenzando con el derecho a la vida, puesto que existe suficiente evidencia científica que afirma que la vida humana comienza desde el momento de la concepción; no hay una transformación del genoma a lo largo de la gestación en el vientre materno: las capacidades diferentes y el grado de desarrollo de un ser humano no determinan su “humanidad”. Aunado a ello, está comprobado que el no nacido es un ser totalmente distinto de la madre, tiene un código genético diferenciado; se encuentra alojado en ella, pero no es parte de su cuerpo.
Las reformas constitucionales de Baja California y San Luis Potosí que se discutieron no criminalizan a la mujer, como engañosamente sostuvieron los defensores del aborto. Simplemente no hay criminalización porque son textos constitucionales que enuncian derechos, no son códigos penales que especifiquen penas. Adicionalmente, en la mayoría de estados que han aprobado reformas a favor de la vida, también se ha eliminado la pena de privación de libertad a las mujeres que abortan. Los ministros hicieron énfasis en el respeto al artículo 4° constitucional, que sostiene que toda persona tiene derecho a decidir de manera libre, responsable e informada sobre el número y espaciamiento de sus hijos. Las reformas no penalizan el uso de los anticonceptivos como falsearon algunos líderes de opinión. La mujer tiene derecho a decidir sobre si quiere tener hijos o no, ese derecho se debe ejercer a plenitud, pero antes de concebir. En el caso de violación o donde se encuentre la vida de la madre en peligro, los códigos penales de los estados vigentes no contemplan penalidad alguna. Además, los ministros no declararon inconstitucionales las reformas, porque al no estar plasmado en la Constitución Política de México el derecho al aborto, queda abierta la posibilidad de que las legislaturas locales tutelen el derecho a la vida, como lo han hecho dieciocho estados. 
Pero cabe decir que aunque resultan oportunas las reformas que protegen la vida, es necesario complementarlas con un paquete de políticas públicas que eviten embarazos no deseados, que ayuden a las mujeres a superar momentos difíciles y que faciliten los procesos de adopción. Entre otras políticas resulta también primordial intensificar la educación en la sexualidad humana. La revolución sexual que comenzó en los años 60 del siglo pasado trajo algunos avances como lograr que el tema de la sexualidad dejara de ser un tabú. Sin embargo, también a partir de ahí, comenzó una banalización de la vida sexual reduciéndola en mucho casos a un asunto genital, meramente biológico.
El ejercicio de la sexualidad nos conforma, nos configura, porque es una dimensión comunicativa, creativa, que complementa biológica, psicológica y espiritualmente a la mujer y al hombre. Como sostiene el sociólogo José Pérez Adán: “la sexualidad es un factor de peso en la integración o vertebración de la personalidad humana y de la constitución social y relacional de los individuos”. Para evitar embarazos no deseados y superar el drama del aborto, se requieren campañas de comunicación, pero sobre todo, una reivindicación de la sexualidad, de su importancia, para que sea considerada como un proyecto vital de compromiso, de plenitud y amor, que evite el utilitarismo y la “cosificación” de las personas. 
Hoy urge hacer un gran esfuerzo como país, que convoque a los padres de familia, con ayuda subsidiaria de las escuelas, los medios de comunicación y las instituciones de salud, a educar en una sexualidad responsable, que entienda la riqueza de las relaciones humanas afectivas que puede construir la persona desde la perspectiva del amor. Ante los procesos de liberalización sexual que vive nuestra sociedad, es conveniente reconducir el debate público y la educación, para que los jóvenes no se expongan a situaciones de riesgo, imprimiendo racionalidad, compromiso y valores a la etapa más importante de la vida que es la juventud. Los defensores de #sialavida y de #derechoadecidir pueden encontrar un punto de confluencia, de no polarización, que es evitar, con educación los embarazos no deseados. México ha dicho sí a la vida, es hora de decir sí a una educación sexual integral, con valores.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy interesante su artículo, ojalá le hagan caso las autoridades competentes