viernes, 15 de julio de 2011

LAS DECISIONES DE UN PANDA Y UN PAVO

Dicen que segundas partes nunca fueron buenas, pero el cine infantil nos está acostumbrando a que las segundas partes sean buenas de modo diferente. La película Kung-fu Panda 2 nos presenta una trama diferente aun con los mismos personajes. El maestro Shifu se ha dado cuenta de que lo importante en es encontrar la paz interior, los cinco furiosos han aceptado a Po, el panda, en una relación de mutua solidaridad, y el Sr. Ping (el papá pato de Po) esta abrumado por la fama de su hijo. Pero el personaje más interesante, como es lógico, es Po. Su carácter no ha cambiado, se mantiene con una alegría vital, una candidez natural, un hambre inagotable y sencillez en sus responsabilidades trascendentales. Para encontrar la paz Po tendrá que emprender una búsqueda, en medio de aventuras, de peleas, y de chistes simpáticos (obviamente un pato no puede ser su padre). Esta búsqueda se teje con varias líneas: una es saber quién es, otra reconciliarse con el propio pasado, otra es aceptar quien se es en el presente y otra muy importante es reconocer las propias capacidades para vivir el futuro.


Kung-fu Panda nos enseña que solo somos culpables de no tomar la decisión de hacer lo que tenemos que hacer con nuestra vida, nos dice que cualquier pasado se puede reconciliar y que de cualquier situación podemos sacar algo positivo. El antagonista de Po ahora no es un tigre, sino Lord Shen, un pavo real blanco, cuya tarea será mostrarnos que lo que hace buenas o malas muchas cosas no son las cosas mismas, sino las decisiones que tomamos a la hora de usarlas. El pavo, tomo una decisión mala en el pasado y en consecuencia ha arrastrado una vida de maldad. Sin embargo, no está condenado a repetir ese camino. Lo que tiene que hacer es cambiar su decisión, y, lo que es más importante, darse cuenta de que nuestros destinos no están escritos. El gran error del pavo esta en pensar que su conflicto moral desaparece eliminando a quien le recuerda que lo que está haciendo está mal, pues se le ha profetizado que un guerrero panda lo derrotará en el caso de que se empeñe en seguir por el camino del mal. Pero el pavo no busca corregirse en su mal camino, sino eliminar a todos los pandas.


Cada personaje tiene su complejidad: uno tiene que reconciliarse con las tragedias de su pasado para encontrar la paz. Otro tiene que reconciliarse con las decisiones tomadas en el pasado para encontrar la paz. En el corazón de Po no hay rencor, mientras que el corazón de Shen está lleno de odio. Kung-fu Panda 2 conjuga la historia de cada personaje con las decisiones que los personajes toman. Por ello no deja de ser una maravillosa oportunidad para reflexionar como adultos sobre el propio pasado, el propio presente y el propio futuro y darnos cuenta de que lo que marca nuestra vida, no son ni las tragedias vividas, ni las decisiones pasadas, sino las opciones que hoy tomo para mi futuro con los elementos que tengo en mi presente. Po nos enseña que nadie tiene la culpa de cómo se vive lo que le pasa a uno, más que uno mismo. Como dice en unos de los diálogos de la película: “Deberías Shen. Tienes que dejar que se vayan las cosas del pasado, porque ya no cuentan. La única cosa que cuenta es lo que eliges ser ahora”. Merece la pena verla, y sobre todo comentarla con los niños, y con los no tan niños. Usar en el presente las decisiones y las circunstancias del pasado para decidir bien por el futuro es algo más que una película para niños.

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