jueves, 19 de mayo de 2011

HOY INVITO A PONCHO VERA... SIEMPRE HAY UNA RAZON PARA VIVIR

Siempre hay una razón para vivir
PONCHO VERA

Aunque nuestra necedad y ceguera nos diga lo contrario, vamos a creerlo… compremos la frase, ése es ya un avance. Aunque no es nuevo, recientemente me topé con un promocional televisivo de la Conferencia Episcopal Española, en que con imágenes muy emotivas, entre las que destaca la de un anciano enfermo y en cama con una bandera española como una especie de bufanda, se encuentra con su hijo a su lado, y se escucha de fondo el audio de la narración original del gol que mete Andrés Iniesta a los holandeses con el que la “furia roja” se coronó campeona de la pasada Copa del Mundo. El viejo, que parece estar en sus últimos días, esboza una tierna sonrisa, a la vez que quien lo acompaña lo abraza y lo besa. Un momento bien logrado. A la par que aparecen estas imágenes, junto a otras también muy hermosas, surge un texto que dice: “Siempre hay una razón para compartir, para crecer, para celebrar, para llorar, para vivir… ¿cuál es la tuya?”. ¿Cuál es la tuya (la nuestra)? ¿Cuál es nuestra razón para vivir? Me parece afortunado detenernos un poco a meditar.

A veces somos muy injustos con la vida, y sólo nos concentramos en los problemas, en las cosas negativas. No debe de ser así. A pesar de los problemas, de las dificultades, TODOS tenemos una razón para vivir, y me parece que tenemos la obligación de encontrarla. Aunque sea incomprensible para todos, es un asunto totalmente personal y que, por lo tanto, no debe de satisfacer a nadie, únicamente a nosotros mismos. Esta vida está llena de opciones, sobran motivos para decir que es hermosa. Tiene que ver, por supuesto, con nuestra apertura que tengamos ante los caminos que existen.
Resulta verdaderamente triste el escuchar a alguien que dice que no tiene motivos para vivir. Entiendo las depresiones, las tristezas, los dolores por las pérdidas, pero siempre, siempre quedará “algo” para agarrarnos de él. La vida nos puede parecer en muchas ocasiones injusta. No lo es. Más bien que tiene sus caprichos. La decisión es nuestra, de cómo la veamos. Me gustaría desearles-pedirles, amables lectores de Crónica, que nunca nos falte un motivo para vivir, que cuando nos llegue la desesperanza, el aburrimiento y la tristeza, hagamos un esfuerzo real por encontrarlo, aunque nos cueste trabajo, estoy seguro que lo encontraremos. Todos lo podemos hacer.

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