martes, 5 de enero de 2010

EN LA NOCHE DE REYES

Esta noche llegan los reyes magos. Cargados de regalos para Jesús y para todos los niños de edad y de corazón. Yo también tengo una foto con un rey mago. Un niño, abrigado del frío, con los ojos de par en par, llenos de susto, de ilusión por ver los juguetes el día siguiente. Hoy, muchos años después, quisiera estar en las rodillas de un rey mago para pedirle algo.
Y le pediría… Que sepa mirar al cielo cada día. Que haga el esfuerzo por poner mi existencia en manos de Dios, con la certeza de que, aunque yo no pueda, el me da fortaleza.
Y le pediría…. Que sepa algo de astronomía: que use todo lo que soy para construir el bien: mis cualidades, mi historia, los consejos de los demás. Todo sirve en la vida, cuando está apoyada en Dios.
Y le pediría…. Que siga adelante cuando pierda la estrella. Que no me rinda cuando no vea lo que me da sentido y fortaleza. Cuando descubra que las herramientas que tengo no sirven para lo que esperaba. Que lo siga buscando a Él.
Y le pediría…. Que me atreva a platicar con Herodes. Porque Herodes, que era malo, fue un bien para los magos. Por eso pido descubrir en cada persona, en cada circunstancia, la posibilidad de ser mejor, de encontrar nuevas oportunidades.
Y le pediría…. Que deje los dones en Belén a los pies de quien es mi esperanza: que sepa renunciar a la autosuficiencia, para tomar el camino de la esperanza que sólo da Dios. Mi oro, mi incienso, mi mirra, mis riquezas, mi espiritualidad, mis limitaciones, son para Dios, el Señor de mi esperanza.
Y le pediría…. Que sepa regresar a mi tierra: que haga de mi esperanza, esperanza para los demás, una esperanza contagiosa, para brindar a los otros la oferta de esperanza que ha llenado mi corazón.
Así cuando me baje de las rodillas del rey mago, mis zapatos estarán llenos, para poderlos ir vaciando a lo largo de este año recién estrenado. Feliz Noche de Reyes.

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