domingo, 20 de diciembre de 2009

QUIERO LLEGAR A LA NAVIDAD

Cada Navidad nos cuentan historias: por qué san Francisco construyo su Belén en Greccio, por qué los cristianos tomaron el solsticio de invierno para recordar el nacimiento de Jesús. Por qué un abeto dejó de representar a Ygdrasil y comenzó a representar a Cristo.
Tanta historia no toca a los dos protagonistas de esta noche: Jesús, Hijo de Dios y de María, y cada uno de nosotros. Lo importante de esta noche no es qué pasó, sino qué nos pasa a cada uno.
Cada uno llega a cada Navidad con una historia diferente. Unos llegan tras haber destruido su matrimonio y haber tocado la soledad y la desprotección. Otros llegan con la vida resuelta económicamente, pero con el corazón destrozado por la adicción de sus hijos. Otros llegan tras haber perdido a su madre en un secuestro con un rescate frustrado que terminó en un tremendo derramamiento de sangre. Otros llegan tras haber perdido a un ser querido en la devastadora batalla del cáncer. Otros llegan en el desierto de la desesperanza por haber visto marchitarse ideales maravillosos. Otros llegan esperando que pasen las fechas para desenterrar sus hachas de guerra políticas, sociales, familiares, y que el mundo vuelva a girar en torno a su egoísmo.
¿Cómo llego yo a la Navidad? Como un pastor preocupado por lo que ve a su entorno sin la posibilidad de ponerle remedio. Como un mago de oriente, con el corazón ansioso por reconocer a alguien que me ayude. Como José que busca lo que Dios pide sin entenderlo la mayoría de las veces. Como María envuelta en el misterio de otra persona que marca toda mi existencia.
Quiero llegar a la Navidad, quiero contemplar a Jesús, impotente, desarmado, pequeño, luminoso. Quiero ver el signo que nos cantaron los ángeles, anunciando un salvador, un mesías, un señor, que tome mi vida y le dé la plenitud que yo no le puedo dar.
Quiero llegar a la Navidad. Quiero alegrarme con los pastores, con los magos, con María, con José. Quiero llegar a la Navidad para que ya no me cuenten historias, sino para que mi historia se cuente a partir de ahora al lado de Jesús.

No hay comentarios: